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Casi 30 años de AMLO en la escena pública: los saldos

Norberto Vázquez

Participó en dos elecciones presidenciales, y en la tercera, logró llegar al Poder Ejecutivo. Fueron largos 18 años que le llevó para poder administrar al gobierno federal, y hoy, casi se cumplen seis más de su gestión. Son casi 30 años ininterrumpidos, en que Andrés Manuel López Obrador, está de lleno en la escena política nacional.

Dirían los historiadores, el Antonio López de Santa Anna o el Porfirio Díaz, moderno. Ningún presidente (antes o después) en los últimos 50 años, habría logrado estar tanto en la boca de los mexicanos.

Tres décadas en la tira floja política, con caravanas porque dijo que le robaron la elección en Tabasco, tomas de pozos petroleros, gestión administrativa en el entonces DF, desafueros, invasión de Reforma, dos elecciones presidenciales perdidas y todo un compendio de discursos por cualquier motivo en el Zócalo, principal plaza pública del país.

No hay que negarlo, toda una vida de lucha social encaminada a tomar el poder administrativo del país. Pero analicemos los saldos de su administración, según los expertos.

Logró sacar a una clase política que era indolente, con el manejo del gobierno y el presupuesto federal. Consiguió establecer un sistema de salud, mejor que el de Dinamarca.

La pobreza en México pasó de 34.3 millones a 24.7, es decir, en 5 años 9.5 millones de mexicanos salieron de la pobreza. En contraste, en México, uno de cada 165 habitantes murió por Covid-19, en Japón, uno de cada 23 mil y en Vietnam, uno de cada 18 mil.

Hoy sigue la anuencia con los criminales y sus organizaciones delictivas, para dejar un país inseguro y violento con un saldo cercano a los 200 mil asesinatos y 352 mil desaparecidos a lo largo y ancho del territorio nacional.

El Instituto Nacional de Educación para los Adultos, reporta que al concluir su administración habrá 27 millones 158 mil personas de 15 años o más en condición de rezago educativo porque no saben leer, escribir, ni hacer cuentas o no han concluido la educación básica.

La grave situación en que deja las finanzas públicas es de pensarse, dado el monto del déficit fiscal; los compromisos por el pago de la deuda externa, además de que terminó con los “guardaditos” que había en fondos y fideicomisos desapareciéndolos.

Deja tres magnas obras. El Tren Maya, la refinería Dos Bocas y el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, todas ellas, con sobre costos para el erario público con el objetivo “a fuerzas” de lograr su edificación. Todas estas obras públicas, tendrán que ser subsidiadas por un largo rato, lo que a todas luces quitará margen de maniobra en materia de obra pública a la siguiente gestión, por lo menos durante todo 2026.

Rescató la aerolínea estatal Mexicana de Aviación, pero será subsidiada hasta 2028, y una vez que tenga ganancias (si es que antes no quiebra) serán para las Fuerzas Armadas.

Se armaron dos plebiscitos para su presunta revocación de mandato, y otra más, para juzgar a los expresidentes de la República, aquí de verdad, déjeme decirlo con todas sus palabras: pura demagogia. Ni encarcelaron a nadie, ni era necesaria su consulta, dinero tirado a lo tonto.

Deja la concentración del poder en manos del Ejecutivo, para que sea solo una persona la que mantenga en sus manos todo el control de los hilos del poder del Estado mexicano: el Poder Legislativo y ahora se busca el control absoluto de Poder Judicial.

En la dinámica y construcción de esta etapa política de México no se construyó ciudadanía, y los expertos aseguran, que se pagarán las consecuencias. Solo se escuchó la voz de un sujeto, sus ocurrencias y sus órdenes. Nadie disintió, nadie dijo nada, y los que opinaron lo hacían sigilosos. Largas tres décadas buscando el poder político, dirían en el vox populi, para salir con su churro. Les quitó el presupuesto a unos, para dárselo a otros, vaya forma de ejercer un gobierno, carente de crear personas civilizadas, educadas y que logren emprender para ganarse el sustento con el sudor de su frente. Creé que con hacer un país de “estira la mano” se hace un buen gobierno. Estas líneas no son de un adversario, así traté a los del PRI y el PAN, ¿por qué no hacerlo ahora? A la democracia mexicana la mató el populismo.