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Del robo de semáforos a góndolas con oro

Norberto Vázquez

Cuando platicaba cierta ocasión con el difunto premio nobel mexicano Mario Molina, me decía que la mente humana era una maravilla, pero que se movía en dos círculos: mentes altamente prodigiosas para crear cosas buenas, pero que tenían también su lado negativo: mentes audaces dedicadas a crear caos y todo lo negativo.

Creo que lo último está ganado la batalla en México. Le cuento. En agosto del presente año Puebla fue escenario de un hecho inaudito. En la colonia Barrio De Santiago, ubicada cerca del centro histórico de la entidad, tres jóvenes protagonizaron el robo de un semáforo que causó la atención de cientos de usuarios en redes sociales, pues incluso se llevaron el poste que lo sostenía.

Esa es solo una muestra de lo que ocurre a pequeña escala. Ya en otras latitudes, hace unos días miembros de la delincuencia organizada asaltaron seis tractocamiones, propiedad de la compañía minera Peñasquito, perteneciente a la estadunidense Newmont, y robaron los concentrados de minerales que transportaban en la carretera federal número 54, Zacatecas-Saltillo.

El colmo es que hasta el momento poco se sabe del robo del siglo en el que el comando se llevó 249 toneladas de oro, plata y otros minerales. En rueda de prensa, el Ejército, la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad y la Fiscalía General de Justicia del Estado poco hablaron de lo sucedido.

Los hechos ocurrieron el pasado 31 de octubre en la mina a cielo abierto Peñasquito que se ubica al norte de Zacatecas, de acuerdo con los reportes, el grupo armado robó seis góndolas que remolcaban tres camiones sobre la carretera Zacatecas-Saltillo.

Los delincuentes sometieron a seis choferes y dos agentes de seguridad privada a la altura de la comunidad de San Tiburcio, para el sábado 9 de noviembre, autoridades locales y federales desplegaron un operativo en el que lograron recuperar parte de lo robado.

Además, la Guardia Nacional informó que “al parecer hubo otros tractocamiones que pudieron enganchar las seis góndolas restantes y sustraerlas del área”.

El cargamento salió de la minera Peñasquito, que es filial de la empresa estadounidense Newmont y que opera en el municipio de Mazampil, cabe señalar que a Peñasquito se le considera la mina de oro más grande de México, tan sólo en 2023 produjo más de 143 mil onzas en 2023. También la consideran la segunda mina más importante del territorio por la producción de plata.

Los ladrones tuvieron tiempo para hacer cambios de los remolques, desmontaron las góndolas y sustituyeron los tractocamiones para evitar ser detectados mediante el sistema de geolocalización y perseguidos.

El general Juan Manríquez Moreno, coordinador de la Guardia Nacional N en la entidad, señaló que en un tramo de la carretera federal 54, a la altura de la comunidad San Tiburcio –unos 200 kilómetros al norte de la capital– un número no determinado de sujetos armados interceptaron a los conductores que conducían las seis unidades de carga y los obligaron a hacer alto.

En ese lugar los delincuentes desengancharon las góndolas (contenedores especiales de acero), de los tractocamiones que habían salido de la mina de oro a cielo abierto Peñasquito, cargadas cada una con alrededor de 40 toneladas de minerales molidos, con distintas concentraciones de oro, plata, zinc y plomo.

Para huir, los sujetos armados llevaban otros tractocamiones, a los que engancharon las seis góndolas hurtadas y escaparon, presuntamente, con destino al puerto de Manzanillo, Colima.

La maniobra la habrían realizado para no ser rastreados por el sistema de seguimiento satelital antirrobo que los automotores tienen instalados comúnmente en las cabinas.

Newmont no ha confirmado el tipo de minerales o la cantidad que fue sustraída. Solo se sabe que los contenedores cuentan con capacidad hasta 40 toneladas de material.

De lo poco que han dado a conocer en un comunicado dirigido a los inversionistas, aseguraron que solo se reportaron daños materiales y ninguna de las personas involucradas resultaron lesionadas.

Este esto es en los hechos lo que me contaba el químico, Mario Molina. Lo creadores tienen de compañía a los destructores. A los que con la mano en la cintura roban lo poco o lo mucho de los demás. El Estado de Derecho está desapareciendo en un país donde no hay reglas, ni autoridad que ponga orden. Es un problema sociológico, sí, pero causado por mentes negativas.

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