Expedientes MX

108

Réquiem al INAI y nadie dijo nada…Todos callaron

Norberto Vázquez

Los que crecimos profesionalmente con la cultura de la transparencia y el acceso a la información, tenemos todo el derecho de decir que el periodismo de investigación casi agoniza.

Hoy leo con desolación como la comisionada Josefina Román Vergara al participar en un conversatorio coordinado por la Comisión Nacional de Ética e Integridad de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), le echa casi el puño de tierra a toda una era que muchos reporteros vivimos con mucho entusiasmo periodístico.

La funcionaria dijo que, desde el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), se han construido cimientos fuertes, a nivel nacional e internacional, para que la defensa y el ejercicio de los dos derechos que tutela continúe en nuestro país.

“Me gustaría que se queden con la tranquilidad de que estamos haciendo lo humana y técnicamente posible para que con estos cimientos que hemos dejado en el INAI se sigan construyendo derechos. Deseamos que se sigan construyendo, se sigan exigiendo y se sigan trabajando. No en todo el mundo la protección de datos personales y la privacidad es un derecho humano reconocido en la Constitución”, dijo Román Vergara.

Una vez que comenzó a funcionar este mecanismo de información yo me fui con todo contra el Estado, —yo jamás en mi profesión he tenido filias partidistas, era el Estado, el gobierno y funcionarios— a pedir información que sabíamos estaba ahí y como reporteros queríamos que fuera de interés público. Peticiones de información que solían ser en su mayoría notas periodísticas para muchos medios de comunicación, por supuesto, por el gran interés que causaban las peticiones y el revuelo a los políticos que involucraba.

En mi redacción me hacían burla mis compañeros porque yo era “el particular”, que mencionaban todos los periódicos y revistas sobre cierta petición de información.

Algunos de ellos. El expediente de dos niños que resguardaba la entonces Procuraduría del DF, los menores, en un accidente, mataron a su sirvienta con un rifle calibre .22, ellos eran Carlos y Raúl Salinas. Los contratos de compra-venta de Banamex, Altos Hornos, Ferrocarriles Nacionales de México, Imevisión, Aseguradora Hidalgo, Teléfonos de México e infinidad de paraestatales.

Que decir de contratos de Pemex, CFE, las recargas nucleares para Laguna Verde, los contratos con países para la puesta en órbita de diversos satélites, contratos para la Estela de Luz, el Nuevo Senado, los préstamos a Cuba y otros países. Los expedientes Colosio, Ruiz Massieu, Mouriño, Manuel Buendía, Enrique Camarena, Zenli Ye Gon y a dónde fue a parar el dinero decomisado, informes sobre la isla Bermeja y los descubrimientos en Ojuelos.

Todo, todo lo escabroso, lo inédito, lo que sabía estaba en las entrañas del gobierno y vería la luz. Mucho fue vetado, mucho se entregaba, pero con hojas completas borradas, pero hay que decirlo: mucho se ventiló y logré desarrollar grandes reportajes, al grado que uno se transformó en un libro de investigación mundial…Cazatesoros modernos.

El acceso a la información nos emocionó y nos motivó a hacer buen periodismo. Nos urgía demostrarle al gobierno que había ciudadanos profesionales a los que no les vería la cara de ignorantes, que sabíamos lo que hacían, y queríamos que se hiciera público todo lo oculto.

Hoy el INAI está a punto de ser historia. Dos frentes lo sepultaron, su excesiva burocracia que se volvió exquisita y los enemigos de la transparencia. Esos dos lastres, le dieron el tiro de gracia.

A mí en lo personal no me alegra que desaparezca el INAI. El periodismo se volverá aburrido. Porque como decimos los verdaderos periodistas, las “filtraciones no valen”, nuestro reto es el investigar, el ponerle ojos al ciudadano.

Cuando un verdadero periodista de investigación realiza sus pesquisas, no está pensando que lo van a catalogar “enemigo del gobierno” —una terrible calificación del actual gobierno— se investiga y ya, se quiere publicar un hecho oneroso, catastrófico e inmoral. Que no se vea con filias partidistas, ese, no es nuestro objetivo. Es revelar el hecho. Así he sido con el PRI, PAN y PRD, pero ya no se podrá con Morena.

Adiós pues a la transparencia y al buen periodismo. Larga vida a la opacidad y al “yo lo hago” y a ti “que te importa”. Réquiem al INAI y nadie dijo nada. Todos callaron.