Expedientes MX

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Inseguridad y pandemia, elevan abandono de casas de interés social

Norberto Vázquez

La situación de vivienda deshabitada en el ejercicio 2018 fue de cinco mil 767 casas; para 2019 se detentó en siete mil 612; y para 2020 por causas de la pandemia sanitaria, se elevó a diez mil 113.

A la crisis de inseguridad generada por el crimen organizado, se sumó la crisis sanitaria del Covid-19. Pero hay más variables, legado del presunto boom inmobiliario que los ex presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón heredaron a los ciudadanos. A la falta de planeación urbana y demográfica adecuada, la corrupción y la lejanía con los centros escolares y de trabajo, fueron factores que a la larga provocaron que decenas de familias emigraran y tuvieran que dejar atrás su ilusión de tener una vivienda propia.

Todo se conjugó. Bandas del crimen organizado que se apoderaron de viviendas de interés social abandonadas, para luego rentarlas en diversas entidades del país. No se sabe durante cuánto tiempo, han administrado ese negocio el crimen organizado.

En el estado de Morelos, la secretaria de uno de mis directivos no visitaba su casa conseguida mediante un crédito del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit). No pasaban ni seis meses, y su casa fue ocupada por extraños. Intervine incluso, para hablar con el procurador del estado de su momento, y todo fue en vano. Se supo que era la delincuencia organizada y ni la autoridad estatal pudo recuperar la vivienda.

Son filas y filas de casas deshabitadas a todo lo ancho y largo de la República Mexicana. Un cementerio de viviendas abandonadas a las que se suma la variable del Covid-19. Casas a las que sus dueños se aferran, por haberles dedicado más que dinero, tiempo y vida. Hoy en día, de aquellos prometedores complejos habitacionales sólo quedan lugares fantasma, con pocos habitantes, servicios escasos y aún menos oportunidades, lo cual provocó la huida de sus habitantes.

De acuerdo a un requerimiento de información con número de folio 0063500079421, se le solicitó al Infonavit el “número de casas deshabitadas, debido a la inseguridad, falta de servicios, y por diversos problemas tanto sociales como económicos, reportadas por el Infonavit de enero del 2018 a enero del 2021”.

Con fundamento en el artículo 21, fracción VI de los Lineamientos de Transparencia, Acceso a la Información, Archivos y Protección de Datos Personales del Infonavit, y de conformidad con la información proporcionada por las unidades administrativas competentes del organismo, se estableció que la situación de vivienda deshabitada en el ejercicio 2018 fue de cinco mil 767 casas; para el cierre del ejercicio 2019 se detentó en siete mil 612, y para el cierre del ejercicio 2020 por causas de la pandemia sanitaria, se elevó considerablemente a diez mil 113 viviendas abandonadas.

El organismo crediticio de vivienda, señaló que sólo se proporcionaron datos de viviendas que alguna vez tuvieron un crédito con el organismo, puesto que el Instituto sólo realiza inspecciones y genera información acerca de las viviendas que se encuentran como garantía hipotecaria de los créditos otorgados por este Instituto, y no del total de viviendas, que puedan llegar a estar abandonadas en alguna entidad federativa.

De igual forma, se me indicó que se contabilizaron viviendas abandonadas en función de lo que establece la definición del Diccionario de Terminología Especializada del Infonavit, “para determinar si es procedente una estrategia de recuperación de créditos”.

Por este motivo, se me expuso, pueden existir más viviendas que presenten estas características físicas pero que ya fueron sujetas a un proceso de recuperación de créditos y por esto no se contemplan en este conteo. En términos del Diccionario de Terminología Especializada del Infonavit, se considera que una vivienda está abandonada cuando no se encuentra ocupada habitualmente y no tiene mobiliario, ni mantenimiento. Estas viviendas presentan características intermedias de deterioro.

Si el gobierno de la 4T busca sanear este dilema, se debe buscar hacer de la vivienda el centro de la prosperidad a través de la recuperación del valor patrimonial de las casas, el desarrollo económico y social, la reducción de la violencia, y permitiendo la movilidad entre los centros residenciales y laborales.

Los estudiosos en materia urbana lo vienen diciendo desde hace años, no se trata de hacer desarrollos en solitario. Se deben potencializar los desarrollos inmobiliarios para construir ciudad en su entorno, es decir, se debe edificar la vivienda y organizar a una comunidad interactiva.

Además de generar un entorno próspero, con actividad económica, con movimiento social, cultural y educativo. Se debe acabar con el círculo vicioso de edificar casas, para luego ser abandonadas.