NAMSI, la versión “militar” del T-MEC
Norberto Vázquez
Bajo el oficio CI-017/11 en el expediente VI, la Secretaría de Marina revela de manera parcial y argumenta como reservadas todas las operaciones militares que desde 2008 realizan México-Estados Unidos-Canadá.
Las operaciones han sido estratégicas, pero guardadas con un sigilo muy especial. Los integrantes del acuerdo comercial del T-MEC, también han llevado el acuerdo comercial a la salvaguarda marítima y militar en América del Norte: Canadá, Estado Unidos y México cooperan bajo la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN).
Con el oficio CI-017/11 en el expediente VI, la Secretaría de Marina reveló en una petición de información de manera parcial a Expedientes MX, como se integran las estratégicas operaciones de la Iniciativa de Seguridad Marítima de América del Norte (NAMSI, por sus siglas en inglés), que entró en funciones en mayo de 2008.
La información proporcionada revela como en 2008, el ex secretario de Marina, Francisco Saynez Mendoza y el jefe de Comando Norte de Estados Unidos, Víctor Eugene Renuart, —incluido el comandante de la Guardia Costera— firmaron una “Carta de Intención” que les permitiría actuar de manera coordinada para prevenir los actos ilícitos en la mar que pudieran comprometer la protección de ambos países.
Esta carta fue firmada, en el marco de la Iniciativa de Protección Marítima de América del Norte de la ASPAN, con el propósito de fortalecer el intercambio de información y cooperación en asuntos de seguridad marítima para mejorar las capacidades bilaterales respecto de la coordinación operacional, lo que ha implicado la creación de un grupo de trabajo permanente con base en el concepto de operaciones coincidentes.
De acuerdo a la Semar, los resultados de NAMSI han fueron tan exitosos que, en 2009, el gobierno de Canadá decidió formar parte de éste, lo que dio lugar a un nuevo acuerdo conocido como Maritime Operations Interoperability Manual (MOIM).
Por lo anterior, “si el gobierno de México, Canadá o el de Estados Unidos tiene motivos razonables para creer que un buque que enarbola su pabellón se dedica al tráfico ilícito de estupefacientes o sustancias psicotrópicas, podrá solicitar la cooperación de su contraparte para pasar inspección en la mar o ejecutar el derecho de visita”, dice el expediente.
Se establecieron conjuntamente los Procedimientos Sistemáticos Operativos para realizar inspecciones en la mar, los cuales especifican: “abordar el buque, inspeccionarlo y, si se descubren pruebas de implicación en el tráfico ilícito, adoptar medidas adecuadas respecto al buque, la carga y las personas que se encuentren a bordo”.
Este tipo de operaciones fue denominado operaciones coincidentes, un concepto que, aunque ya se había utilizado desde la década de 1980, no se reconocía oficialmente. De acuerdo con la Carta de Intención del NAMSI, son operaciones coincidentes “aquellas que realizan organizaciones de cada país bajo sus propios mandos, con planeamiento y ejecución mutuamente coordinados que permitan implementar de manera efectiva los acuerdos y las disposiciones internacionales mutuamente reconocidos”.
Esta estrategia para blindar la frontera detecta desde buques hasta minisumergibles utilizados para el tráfico de drogas.
La Patrulla Fronteriza, la Oficina de Inmigración y Aduanas, así como la Guardia Costera y la Semar realizan acciones que por aire, mar y tierra que se aplican para enfrentar la amenaza común de los cárteles del crimen organizado bajo un enfoque multidimensional.
En lo que respecta a la Armada de México, ésta tiene la responsabilidad de pasar inspección a buques sospechosos con bandera mexicana dentro de la Zona Económica Exclusiva de México. Si el abordaje por la Armada de México no se lleva a cabo en tiempo, entonces las Fuerzas Marítimas de EU deberán solicitar autorización a través de la autoridad competente mexicana para detener a los buques sospechosos.
La efectividad de la cooperación entre las fuerzas marítimas de estos países bajo la estructura de NAMSI arrojó que hasta 2019 se había logrado capturar casi 227 toneladas de cocaína y más de 317 toneladas de marihuana distribuidas por embarcaciones semisumergibles de autopropulsión, buques pesqueros, además de decenas pequeñas embarcaciones. No se quisieron revelar, el destino de los narcotraficantes detenidos, por cuestiones de “seguridad nacional”. Veremos.