Expedientes MX

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Sale a relucir pacto de impunidad Pemex-EPN

Norberto Vázquez

Pemex consideró “confidencial” la compra en 2013 durante la gestión de Emilio Lozoya del 51 % de un astillero en Galicia, España, así como su venta en 2020 supuestamente para transferir el conocimiento tecnológico para crear capacidad constructora de buques petroleros.

Cuando la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) investiga el caso es que el asunto destapará una enorme cloaca de malos manejos y corrupción. Hoy la dirección de Pemex a cargo de Octavio Romero Oropeza, consideró “confidenciales” –mediante una petición vía el INAI– dos contratos accionarios para la compra y después venta del 51% del capital accionario de un astillero en Galicia, España, que involucra directamente a Emilio Lozoya Austin cuando fue director de la paraestatal, y a su jefe directo, Enrique Peña Nieto.

A un año de iniciada la administración de Peña Nieto; Emilio Lozoya, planeó dentro de su estrategia modernizadora para la paraestatal, la edificación de una flota de buques tanque para transportar crudo. El primer paso que dio, fue la entrada el mercado ibérico con la compra accionaria del 51% de del astillero Hijos de J. Barreras S.A (HJB) a fin de traer a México la capacidad constructora de buques especializados para atender la demanda de Pemex Exploración y Producción (PEP), mediante la creación de un ecosistema de astilleros.

El 26 de noviembre de 2013, Pemex adquirió el 51 % del capital social de la sociedad denominada HJB lo que quedó formalizado mediante el Contrato de Inversión firmado con las empresas Albacora, S.A., Electromecánica Naval e Industrial, S.A. y Baliño S.A. (accionistas de la empresa). HJB, es un astillero español con sede en Vigo, España, la empresa se fundó en 1892 y su objeto social consiste en la construcción, conversión, modificación, transformación, reparación y desarme de todo tipo de embarcaciones.

Al igual que lo sucedido en México, por la compra fraudulenta de la firma Agronitrogenados a Altos Hornos de México (AHMSA), –por la que el “Rey del Acero”, Alonso Ancira, tuvo que devolver 216 millones de dólares para evitar la cárcel– en España se tuvo esta desatinada compra que redituó una pérdida cercana a los 50 millones de euros, cuando PMI Comercio Internacional filial de Pemex, tuvo que vender el 31 de marzo de 2020, el 51% de la acciones que poseía en el astillero hispano.

Conforme a la presentación de la propuesta de inversión realizada por el director general de Pemex, Lozoya Austin, en abril de 2013, HJB aportaría a Pemex los beneficios de transferir el conocimiento (Know how) del astillero, a fin de traer a México la capacidad constructora en buques especializados para atender parcialmente la demanda de transporte de crudo.

Lo inverosímil, durante siete años, nunca se construyó un sólo barco petrolero para apoyar a Pemex. Ante tal situación, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha desarrollado diversas indagatorias sobre lo que ocurrió, para dar certeza de lo que sucedió con esta inversión multimillonaria, que hasta ahora, se ha mantenido en la opacidad incluida la compra y venta de dos buques (Cerro de la Pez y Reforma Pemex) de alojamiento del personal que trabajaban en las plataformas petrolíferas de Galicia, España, para la supuesta construcción de estos buques a favor de Pemex.

Entre los argumentos esgrimidos por la petrolera para no proporcionar información sobre estos dos flóteles, cuya construcción había sido encargada a HJB, está que se encuentra sujetas a cláusulas de confidencialidad negociadas entre partes privadas.

Aquí no parece haber prisa. A pesar de que por esta situación el titular de Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto, determinó que habría una investigación por este caso, lo cierto es que desde que fue extraditado a México tras haberse dado a la fuga, Emilio Lozoya no ha pisado la cárcel en ningún momento. Pese a seguir legalmente procesado por los casos Odebrecht y Agronitrogenados, y a que se le ha imputado su probable responsabilidad en cuatro delitos, no ha tenido que acudir a un reclusorio ni siquiera para firmar cada 15 días su libertad condicional.

Ante tales irregularidades y pérdidas, el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, mediante Pemex, vendió el 51% de las acciones que poseía en el astillero. Fue en mayo del 2020, que PMI Holdings B.V; una de las filiales de la petrolera, transfirió a Cruise Yacht Yard los derechos económicos que poseía sobre el astillero a cambio de 5.1 millones de dólares, según información vertida en un informe enviado a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés).

Pemex sabe de lo grave de esta situación, por lo que consideró de “máxima seguridad” no revelar cómo fueron estas transacciones que ya rastrea la UIF a cargo de Santiago Nieto. La cloaca, está por destaparse.