Fráncfort.- Los responsables de la política monetaria del Banco Central Europeo volvieron a apoyar el jueves otra gran subida de las tasas de interés, en un momento en que la inflación de la mayor economía de la zona euro alcanzó los dos dígitos, superando las expectativas y augurando otra cifra récord para el conjunto del bloque.
El BCE ha subido las tasas en un total de 125 puntos básicos en sus dos últimas reuniones y ha prometido nuevas subidas a medida que los elevadísimos costos de los alimentos y la energía se filtran al resto de la economía e intensifican las presiones subyacentes sobre los precios.
La inflación alemana se disparó al 10,9% este mes, muy por sobre las expectativas de una lectura del 10%, reforzando los argumentos a favor de una nueva subida de 75 puntos básicos. Esto sugiere que la cifra para la zona euro de 19 países, que se publicará el viernes, probablemente también supere el 9,6% previsto.
«Mi opción sería 75 (puntos básicos)», dijo a Bloomberg TV Gediminas Simkus, responsable de la política monetaria del BCE, al margen de una conferencia en Vilna. «Entiendo que puede haber un par de opciones sobre la mesa, pero 50 es el mínimo».
Otras autoridades, como el eslovaco Peter Kazimir, el austriaco Robert Holzmann y el finlandés Olli Rehn han puesto sobre la mesa un aumento de 75 puntos básicos en los últimos días, a pesar de que aún falta casi un mes para la próxima reunión del BCE, el 27 de octubre.
Pero Simkus, al igual que Holzmann un día antes, rechazó las sugerencias de un alza de 100 puntos básicos, sugiriendo que los funcionarios de línea dura aspiran a lo sumo a repetir la subida de 75 puntos básicos de este mes, incluso si las presiones de los precios están lejos de disminuir.
«No hay relajación a la vista, y el año que viene es probable que la tasa de inflación caiga porque es improbable que los precios de la energía vuelvan a subir tanto como este año, en parte debido a la intervención del gobierno», dijo el economista de Commerzbank Ralph Solveen sobre las cifras de inflación alemanas.
Simkus, gobernador del banco central lituano, también dijo que el BCE debería iniciar conversaciones «lo antes posible» sobre la reducción de su balance, una opinión de la que hizo eco su homólogo estonio, Madis Müller, en el mismo evento.
Esto probablemente se llevaría a cabo mediante la no sustitución de algunos de los billones de euros en bonos que el BCE compró durante la pasada década -cuando trataba de elevar un crecimiento de precios demasiado bajo- a medida que vayan venciendo.
Pero el portugués Mario Centeno y el español Pablo Hernández de Cos se opusieron a esta idea, por temor a que desestabilice el mercado de bonos.
«El endurecimiento cuantitativo podría causar turbulencias en determinados segmentos del mercado», dijo de Cos en un discurso en Bilbao. «Esto podría poner en peligro la senda de normalización monetaria en un momento en el que todos nuestros esfuerzos deberían centrarse en ese objetivo».
Aunque pocos responsables monetarios se atrevieron a estimar dónde podrían terminar las subidas de las tasas de interés, De Cos dijo que los modelos sugieren una tasa terminal significativamente más baja de lo que los mercados esperan ahora.
«De acuerdo con la información disponible actualmente, el valor mediano del tipo terminal en los distintos modelos se sitúa en el 2,25% y el 2,50%», dijo De Cos.
Actualmente, los mercados esperan que las tasas alcancen el 2% a finales de año y que luego suban a alrededor del 3% en la próxima primavera boreal.
De Cos también dijo que si el BCE empieza a reducir su balance antes de lo que los mercados esperan ahora, eso reduciría la tasa terminal, lo que sugiere un equilibrio entre las subidas de tipos y las operaciones de balance.
Las conversaciones sobre la subida de tasas se están intensificando incluso cuando aumentan los temores a una recesión. El indicador de la confianza económica de la Comisión Europea publicado el jueves cayó más de lo que se temía, reforzando las expectativas de que el bloque podría entrar en recesión en el cuarto trimestre.