Gasto público electorero

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  • Más recursos a programas gubernamentales
  • Cautela empresarial y de consumidores
  • Balance público deficitario
  • México de los más contaminantes

Agustín Vargas *

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) dio a conocer recientemente los resultados de las finanzas públicas durante enero en donde se nota, entre otros puntos, que el gasto relacionado con las actividades electorales consumió casi dos terceras partes del gasto público en el primer mes de este 2024.

El informe de la SHCP, a cargo de Rogelio Ramírez de la O, revela también que los ingresos registraron un aumento de sólo 0.8% anual en términos reales, lo que resalta la debilidad que diversos analistas preveían de las fuentes de recursos públicos.

Si bien es cierto que la recaudación tributaria creció 4.8%, esto se debió principalmente al incremento de 61.1% en la recaudación por concepto del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), sobre todo por el alza de 354.4% en el IEPS gasolinas y diesel.

No obstante, la recaudación por concepto de ISR se contrajo 1.2%, mientras que la de IVA lo hizo en 3.8%, lo que puede estar respondiendo, según los especialistas, al debilitamiento que la actividad económica muestra desde el último trimestre del 2023 y a una dinámica del consumo más lenta de lo que se esperaba.

Por su parte, el gasto, aun cuando resultó ligeramente menor a lo programado, tuvo un incremento de 21.3% real, esto significa que, si se hubiese cumplido la estimación oficial, el gasto habría crecido 27%.

Este comportamiento del gasto refleja sin duda los efectos del inicio de un año electoral, toda vez que, al menos en el primer mes, casi dos terceras partes del aumento del gasto tuvo su origen en los conceptos de subsidios, transferencias y aportaciones, e inversión física, que podrían relacionarse con la asignación de mayores recursos a los programas y proyectos insignia de este gobierno.

La SHCP resalta el mayor incremento del gasto programable (28.6%), aunque es importante señalar que su evolución refleja también la mayor asignación de recursos a rubros que se asocian con actividades electorales. Destaca el incremento de 27.9% en el gasto en desarrollo, dentro del cual el gasto en salud creció 36.3%, en protección social 31.3% y en educación 28.6%.

Balance público deficitario

De esta manera, en enero el balance público resultó deficitario en 159.1 mil millones de pesos (mmp), 385% por arriba del déficit del año pasado, e históricamente el más alto para el mismo mes. Un punto de preocupación es que el balance primario fue negativo en 76.9 mmp, también históricamente el más alto para el primer mes del año.

El saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público (SHRFSP), que es el concepto más amplio de deuda pública, ascendió a 15.1 billones de pesos, 1.2 billones más que en enero del año pasado y 4.6 billones más en lo que va del sexenio.

En general los resultados de las finanzas públicas siguen mostrando debilidad en sus fuentes de recursos y un excesivo crecimiento del gasto con el objetivo de concluir lo más rápido posible los proyectos insignia y ampliar los programas asistenciales del gobierno, sobre todo en un año electoral.

En este contexto, la percepción empresarial y del consumidor comienzan a reflejar más cautela. Para febrero el indicador de confianza del consumidor registró una disminución mensual de 0.04 puntos, mientras que los indicadores de confianza empresarial también tuvieron resultados negativos: el indicador del sector construcción bajó 2.9%, el del sector manufacturero 0.1 puntos y el del sector comercio 0.3 puntos.

A pesar de un mayor gasto público por motivos electorales, la inversión y el consumo privados podrían mantenerse cautos hasta no tener clara la situación política y económica tras la contienda electoral, señal de que la inversión y el consumo en los siguientes meses podrían enfriarse.

México de los más contaminantes

México tiene cada vez mayor relevancia a nivel mundial en términos económicos y demográficos, pero también en la emisión de gases efecto invernadero, o lo que es lo mismo es uno de los países más contaminantes del planeta.

En el año 2022 México fue la economía número 14 en términos de PIB nominal y la número 13 considerando la paridad de poder adquisitivo, de según datos del Banco Mundial.

Además, de acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, con 126 millones de habitantes, México es el undécimo país más poblado del mundo o bien el décimo si se considera la estimación más reciente del Fondo de Población de las Naciones Unidas (2024). Estas variables son por demás importante porque de acuerdo con estudios de organismos internacionales desempeñan un papel clave en los niveles de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI).

Al año 2022, México se posicionó como el noveno mayor emisor de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en el mundo, mientras que en América Latina fue el segundo, solamente superado por Brasil, según destaca el informe sobre Cambio Climático, elaborado por el BBVA.

Cada persona en México emite en promedio 6 toneladas de CO2 equivalente por año, con lo cual el país se localiza en el lugar 79 en emisiones per cápita. Para capturar este nivel de emisiones, por cada individuo en México se requieren sembrar anualmente 5 árboles y que estos vivan por lo menos 50 años.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx