Ciudad de México.- Las expectativas para el presente año son complejas, pero también las condiciones pueden ser las propicias para plantear soluciones contundentes en temas que son fundamentales para establecer un ambiente de libertad y seguridad para invertir.
Así lo consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), al reconocer que diversos elementos generan un ambiente de nerviosismo que propicia la percepción de un bajo ritmo de crecimiento no solo para este año, sino para los dos siguientes.
Entre estos está la incertidumbre ante el entorno por la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y la reforma fiscal de Estados Unidos, refirió en su publicación “Análisis económico ejecutivo”.
Asimismo, por la posibilidad de que la inflación se mantenga fuera del rango objetivo del Banco de México (Banxico), de 3.0 por ciento con un margen de un punto porcentual, y por el periodo electoral, apuntó.
Según la estimación preliminar del INEGI, para 2017 el avance del Producto Interno Bruto (PIB) fue de 2.1 por ciento, y si bien es similar al pronóstico de los especialistas, estuvo por debajo del pronóstico de 2.3 por ciento de Criterios Generales de Política Económica (CGPE), que anticipan para el presente año un avance de 2.5 por ciento.
Mientras que los especialistas del sector privado, según la encuesta del Banxico durante enero, anticipan un incremento del PIB de 2.19 por ciento para 2018, 2.35 por ciento para 2019 y 2.41 por ciento para 2020.
El organismo de investigación y análisis del sector privado apuntó que en materia de inflación, el riesgo proviene de la volatilidad del mercado cambiario y del aumento del precio internacional del crudo.
Por otro lado, apuntó, en el informe de la Secretaría de Hacienda sobre la situación económica y las finanzas públicas al cuarto trimestre de 2017 se perciben esfuerzos por una mayor disciplina en la asignación de los recursos, pero también cierta debilidad en las fuentes de ingresos recurrentes.
Destacó que una buena señal es que, después de 10 años consecutivos al alza, la deuda total del sector público como porcentaje del PIB se redujo de 48.7 por ciento del PIB, en 2016, a 46.2 por ciento en 2017, es decir, 2.5 puntos porcentuales menos.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que este resultado integra el remanente del Banxico que se destinó a pago de la deuda, pues si se excluye este concepto, la reducción de los compromisos totales del sector público habría sido de 1.5 puntos porcentuales.
No obstante, el hecho a resaltar es que pareciera ser el inicio de una tendencia a la baja en materia de deuda, subrayó el CEESP.
Añadió que el resultado más relevante durante 2017 fue el aumento en los recursos que entraron al país por concepto de remesas, las cuales sumaron 28 mil 71.2 millones de dólares, cifra históricamente y representó 542 mil 954 millones de pesos que fortalecieron el consumo interno.