Ciudad de México.– La emergencia sanitaria por COVID-19 tomó a todos por sorpresa, poniendo a prueba el sistema de salud en México y la responsabilidad de todos los ciudadanos, quienes desde marzo han visto modificados sus hábitos diarios, desde permanecer en casa hasta la forma de acceder a servicios de todo tipo.
El acceso a la atención médica en hospitales públicos y privados se convirtió en un gran dilema para la mayor parte los mexicanos: algunos fueron seleccionados para atender únicamente casos de contagio por el virus SARS-CoV-2, y otros se saturaron y no cumplían con las medidas de higiene y distanciamiento social requerido para evitar más contagios.
Si bien hasta la primera quincena de agosto la Ciudad de México no registraba altos niveles de ocupación hospitalaria, con un promedio de 52% en disponibilidad de camas generales y 61.4% en las de intubación, existe un temor generalizado de asistir a una consulta médica y elevar el riesgo de contagio, pues no se han consolidado las condiciones necesarias para pasar de color narana a amarillo en el semáforo epidemiológico.
El doctor Ricardo Alvarado Ballinas, Administrador del Área Médica del Hospital Promédica San José, mencionó que la situación económica y la necesidad de frenar la cantidad de empleos perdidos fueron de los principales factores que detonaron la reactivación de actividades en todo el país. Por este motivo, invitó a todos a adaptarnos a la “nueva realidad” y tomar responsabilidad de las acciones y el cuidado propio, que se extiende como un beneficio para todos los demás.
Durante las últimas semanas se han reactivado sectores y actividades que eran considerados no esenciales, con medidas sanitarias obligatorias y restricciones de aforos. Pero también se informó que para la etapa 3 de la epidemia, en la que se encuentra el país, 745 centros hospitalarios se reconvertiría.
El esfuerzo constante del sector salud debe ser reconocido, pero también se debe valorar la paciencia de los usuarios con otros padecimientos, quienes en algunos casos han padecido la cancelación y tenido que reagendar sus citas por la saturación hospitalaria y medidas para evitar contagios.
La principal opción para atender otros padecimientos es informarse de los hospitales libres de casos COVID-19, donde no existe un foco rojo de contagio al no atender dicho padecimiento y tener un control extremo de las condiciones en las que ingresan los pacientes.
“En el Hospital Promédica San José tomamos temperatura y saturación a nuestros pacientes. Por requisito deben utilizar cubrebocas y careta, así como presentar una prueba de anticuerpos COVID. Además, implementamos todas las medidas sanitarias, como lo son: aplicación de gel antibacterial, uso de tapete sanitizante y recepción con ozono”, aseguró Ricardo Alvarado.