Inclusión financiera en retroceso

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  • Predomina el uso de efectivo
  • Baja cultura de prevención
  • Constructores, ni los ven ni los oyen

Agustín Vargas *

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dieron a conocer los resultados y las bases de datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021, la cual muestra un importante retroceso en esa materia, pese a los esfuerzos que se han realizado para impulsar el uso de productos y servicios financieros entre la población.

Los esfuerzos de las instituciones financieras y autoridades por convocar a la población a que utilice los productos y servicios financieros y deje de lado el efectivo como medio de pago, hasta ahora no han dado resultados halagüeños.

Se supone que la tenencia de productos financieros constituye el elemento inicial necesario para desencadenar los beneficios económicos potenciales a nivel individual y social del sistema financiero. Sin embargo, en los últimos tres años México ha mostrado un significativo retroceso en este sentido, porque el uso de efectivo como medio de pago es lo que predomina en todo el país.

Los datos son contundentes. De acuerdo con la ENIF, la tenencia de productos financieros de la población adulta de 18 a 70 años de edad en México no mostró avances con respecto a la tenencia observada en 2018. El porcentaje de la población que afirmó tener al menos un producto financiero fue de 67.8%, es decir, 0.5 puntos porcentuales por debajo del nivel obtenido en la ENIF 2018.

Son cuatro los productos financieros básicos que se incluyen para la elaboración de la encuesta de inclusión financiera (cuenta o tarjeta de ahorro, crédito, seguro y cuenta de ahorro para el retiro o Afore), y según el documento no hay cambios significativos en esos rubros; por lo tanto, se mantiene una tenencia de productos por debajo del 50%, como se observó en 2018.

Resalta el porcentaje de tenencia de seguro de cualquier tipo, ya que sólo dos de cada 10 adultos de 18 a 70 años contaban con un seguro en 2021, lo que implica una baja cultura de prevención en México.

Uso de efectivo

La reducción del uso de efectivo es un reflejo de la inclusión financiera de un país. Sin embargo, en 2021 el efectivo continuó siendo el método preferido de pago para 90.1% de los cobros de 500 pesos o menos y 78.7% de los pagos de 501 pesos o más.

La encuesta destaca que el efectivo continúa siendo el medio principal de pago entre la población en México de 18 a 70 años. Para compras de 500 pesos o menos, 90.1% de los entrevistados para la elaboración de la ENIF declaró que usa efectivo como principal medio de pago, mientras que en las operaciones de 501 pesos o más, 78.7% usan el efectivo como medio principal.

Si bien se ha había observado un avance, aunque moderado, en la disminución del uso de efectivo, el cual era más notorio en las compras de 501 pesos o más: en 2018, 84.9% de las personas entrevistadas declaró que el efectivo era su principal medio de pago, mientras que para 2021 esta cifra se redujo a 78.7%.

Si bien existen esfuerzos de política pública para avanzar en la tenencia de productos financieros e impulsar la inclusión financiera (como la Política Nacional de Inclusión Financiera publicada en 2020) el estancamiento podría estar asociado, además del decrecimiento de la economía y la pérdida de empleo, también a las consecuencias derivadas de la pandemia.

Ni los ven ni los oyen

El sector de la construcción representa una de las ramas industriales que genera más empleo en el país y le da mucho valor agregado al Producto Interno Bruto. Sin embargo, en este sexenio ha sido uno de los más relegados y prueba de ello han sido los constantes reclamos a las autoridades por parte de sus representantes.

En lo que va de la administración de la autollamada 4T, los industriales de la construcción han presentado una serie de propuestas al gobierno para tratar de reactivar a esa rama económica.

Hace unas semanas, los integrantes de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), encabezados por su presidente Francisco Solares, se reunieron con la regañada secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, para exponer la situación por la que atraviesa el sector. Pero una vez más, parece que se toparon con pared. Es decir a los constructores, este gobierno ni los ve ni los oye.

En un nuevo intento por ser tomados en cuenta, apenas ayer los representantes de la CMIC acudieron a la Cámara de Diputados y ahí expusieron cuatro propuestas que, a su juicio, podrían reactivar al sector.

La primera es aumentar el presupuesto público destinado a la creación de obra, ya que actualmente se invierte alrededor de 2.5% del PIB, cuando la recomendación para países como México es del 5%.

En segundo término, reformar la Ley de Obras Públicas y Servicios relacionados con las mismas, para hacer obligatorio el anticipo en la contratación de obras. Propuso, en tercer punto, eliminar los vacíos legales en materia de subcontratación laboral y, como cuarta propuesta destacó la necesidad de la planeación a largo plazo para garantizar el fortalecimiento de la infraestructura ya existente.

Los constructores confían en que el Poder Legislativo sí los escuche y los vea, aunque como están las cosas en esta legislatura, con la mayoría de sus integrantes totalmente serviles a los intereses del señor de Palacio, no se espera nada extraordinario.

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx