Copenhague.- Las marcas de moda son un motor clave de la demanda de combustibles ecológicos para el transporte marítimo, según el grupo naviero Maersk, en un momento en que el sector se enfrenta a la presión de consumidores y reguladores para reducir su huella climática.
Los minoristas envían enormes volúmenes de ropa desde los centros de producción de países como China, Vietnam y Bangladés a los consumidores de todo el mundo, lo que provoca emisiones de dióxido de carbono.
En conjunto, se calcula que la industria textil es responsable de entre el 2% y el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente publicado el mes pasado.
La industria naviera, que a su vez aspira a conseguir emisiones netas cero para 2050, ha empezado a ofrecer combustibles de bajas emisiones, como biocombustibles fabricados a partir de aceite de cocina y residuos alimentarios o metanol producido a partir de energías renovables, como alternativa al fuelóleo.
La industria de la moda representó el 26% de los más de 240.000 contenedores que Maersk transportó el año pasado utilizando biocombustibles en el marco de sus contratos ECO Delivery, lo que la convierte en el mayor sector que utiliza el servicio de combustible de bajas emisiones, según informó la empresa.
«Muchas de las marcas de moda han sido en realidad las que han apostado por esto», declaró a Reuters Josué Alzamora, responsable global de la vertical de estilo de vida de Maersk, en la Cumbre Mundial de la Moda celebrada esta semana en Copenhague.
«Por supuesto, las empresas de moda también sienten la presión de los consumidores», dijo Alzamora.
Casi uno de cada 10 contenedores que Maersk, la segunda empresa mundial de transporte marítimo de contenedores, gestionó para propietarios de marcas de moda el año pasado se envió utilizando biocombustibles, dijo.
Los contratos ECO Delivery se venden a un precio superior al del transporte marítimo regular.
