Foshan.- Country Garden, la mayor promotora inmobiliaria de China, espera informar hacia finales de este mes de unas pérdidas de entre 45,000 y 55,000 millones de yuanes (entre 6,243 y 7,630 millones de dólares, entre 5,698 y 6,946 millones de euros) en el primer semestre del presente año.
En un comunicado remitido anoche a la Bolsa de Hong Kong -donde cotiza-, la compañía adjudica este posible resultado a la caída de los márgenes brutos de beneficio y al aumento de las provisiones por deterioro sobre sus promociones inmobiliarias debido a la caída de ventas en el marco de la crisis del sector, así como a otros factores como las fluctuaciones de divisas extranjeras.
Concretamente, las ventas de Country Garden -líder nacional en este apartado en 2022- cayeron un 35% interanual en los primeros siete meses de este año hasta unos 140,800 millones de yuanes (19,597 millones de dólares, 17,836 millones de euros), cifra que representa asimismo un descenso del 61% con respecto al mismo período de 2021.
Tan solo en julio, la promotora vendió un 60% menos que en el mismo mes del año pasado y un 78% menos que en el de hace dos años.
“Desde 2021, el sector ha entrado en un período de dificultades sin precedentes”, indica el comunicado.
Esta situación, unida al “reciente deterioro del entorno de financiación”, ha provocado también que los fondos de la firma se hayan “reducido continuamente”, entrando en una situación de “presión de liquidez progresiva”.
“Uno debe levantarse por sí mismo cuando ha caído. La compañía cumplirá con sus responsabilidades, hará todos los esfuerzos por rescatarse a sí misma, tomará medidas efectivas y luchará por revertir las dificultades imperantes”, apunta el documento, que revela que la directiva ha establecido un grupo especial de trabajo para afrontar las “mayores adversidades” desde su fundación.
Country Garden entregó 700,000 propiedades en 2022 y espera igualar ese número este año, en línea con una de las grandes prioridades de Pekín en el marco de la crisis inmobiliaria: la finalización de proyectos vendidos sobre plano, de gran importancia para la estabilidad social del país ya que las viviendas son uno de los vehículos de inversión más habituales entre las familias chinas.
Pese a sus problemas, la compañía aseguró que tiene “suficientes activos netos y abundantes reservas de terreno”: concretamente, a finales de 2022 contaba con unos 309,600 millones de yuanes (42,955 millones de dólares, 39,210 millones de euros) en activos netos y con un total de recursos vendibles de 1.21 billones de yuanes (167,729 millones de dólares, 153,027 millones de euros).
Informaciones surgidas recientemente en la prensa internacional indicaron que la promotora habría incumplido con los plazos de pago de los intereses de unos bonos extraterritoriales (‘offshore’).
El diario hongkonés South China Morning Post recordó que la compañía se enfrentará a un gran volumen de vencimientos de deuda en los próximos meses: entre diciembre y enero, necesitará un total de unos 2.000 millones de dólares para afrontar pagos de bonos ‘offshore’.
Por su parte, el “pico” de deuda emitida en China (‘onshore’) llegará antes, en septiembre, cuando la promotora deberá pagar el equivalente a unos 1,000 millones de dólares en bonos.
Las acciones de Country Garden en Hong Kong caían hoy un 7.7% poco antes de las 12.00 hora local (04.00 GMT) y ya han perdido más de un 64% de su valor en lo que va de año.
La posición financiera de muchas inmobiliarias chinas empeoró después de que, en agosto de 2020, Pekín anunciase restricciones al acceso a financiación bancaria a las promotoras que habían acumulado un alto nivel de deuda, entre las que destacaba Evergrande con un pasivo de casi 340,000 millones de dólares.
En los últimos meses, ante la coyuntura, el Gobierno anunció diversas medidas de apoyo, con los bancos estatales abriendo asimismo líneas de crédito multimillonarias a diversas promotoras.
Recientemente, las autoridades anunciaron que prolongarían el paquete de medidas de apoyo y prometieron “ajustar y optimizar” las medidas sobre el sector tras reconocer “importantes cambios” entre la oferta y la demanda en el sector inmobiliario.