La trama del destape 

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José Antonio Meade Kuribreña, se “auto destapó” como precandidato del PRI a la Presidencia de la República para las elecciones del 2018. Al no ser militante de ese partido político, el ex titular de la SHCP se convirtió, de hecho, en el candidato ciudadano del tricolor y por tanto tendrá también la obligación de hacer aportaciones económicas para financiar su campaña presidencial, según los estatutos de ese organismo político.

Agustín Vargas

La postulación de José Antonio Meade, como candidato a la Presidencia de la Republica se consumó desde el pasado 25 de septiembre de este año con la publicación en el Diario Oficial de la Federación de las modificaciones a los estatutos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
La acción a favor de la candidatura de Meade Kuribreña se fraguó casi un mes antes (12 de agosto), en la Sesión Plenaria XXII Asamblea Nacional Ordinaria del PRI, cuando en la aprobación de las reformas se abrió la puerta a los no militantes, es decir a los llamados  «simpatizantes» del partido que gocen de prestigio y credibilidad pública. 
De tajo los priistas eliminaron también del articulado de estatutos el candado que establecía que los aspirantes de ese partido a la candidatura presidencial, además de ser militantes activos, deberían haber tenido antes un cargo de elección popular, entre otros requisitos.
La anterior disposición quedó suprimida de tal forma que en el artículo 181 del Capítulo III De la postulación de candidaturas a cargos de elección popular Sección 1. De los requisitos para ser candidatos y candidatas, establece entre otros puntos que conforme a lo dispuesto en la ley de la materia, la Comisión Política Permanente, aprobará la participación en el proceso de postulación de candidaturas a cargos de elección popular federales, gubernaturas y jefatura de Gobierno, a ciudadanas y ciudadanos simpatizantes, cuando su prestigio y fama pública señalen que se encuentran en el nivel de reconocimiento y aceptación en condiciones de competitividad para ganar.
Según el ordenamiento jurídico del tricolor, quienes sean postulados bajo esos términos deberán comprometerse con el cumplimiento de los principios y el Programa de Acción del Partido.
Nada a la casualidad

Se dice que en política nada es casualidad. De ahí que las declaraciones de Luis Videgaray Caso, secretario de Relaciones Exteriores, sobre José Antonio Meade, el miércoles 22 de noviembre, no fueron una ocurrencia. Videgaray allanó el camino para el autodestape de Meade.
“Uno de los mexicanos más talentosos, más preparados, con una trayectoria implacable y que ha sido protagonista de las transformaciones y de los éxitos de las políticas públicas de México en las últimas décadas y que hoy conduce con gran inteligencia disciplina, patriotismo y visión de Estado, la política macroeconómica de México”, indicó Luis Videgaray frente al cuerpo diplomático acreditado en México.
Más aún, el eufórico Videgaray se atrevió a comparar a José Antonio Meade con el expresidente Plutarco Elías Calles.
“El único mexicano que junto con Plutarco Elías Calles ha ocupado cuatro secretarías distintas en dos gobiernos diferentes”, comentó el titular de la SRE.

La cargada

De esta manera el lunes 27 de noviembre la «cargada» a favor de José Antonio Meade, es decir la euforia desbordada por los tres sectores del PRI, obrero, campesino y popular, el corporativismo partidista en pleno, no debió sorprender a nadie puesto que ya estaba más que anunciado entre los mismos priistas.
El candidato del PRI a la Presidencia de la Republica ya estaba definido desde entonces y por supuesto con la anuencia del  Presidente Enrique Peña Nieto, quien se erigió y autodenominó como el gran elector en una cena privada que se llevó a cabo a finales de octubre con empresarios de todo el país.
Como candidato simpatizante del PRI (no militante) a la primera magistratura del país, Meade Kuribreña tiene la obligación de hacer aportaciones económicas directamente para financiar su campaña política.
Al menos eso es lo que establece el artículo 181 de los estatutos partidistas, el cual indica que los “candidatos a puestos de elección popular federales simpatizantes sólo podrán aportar recursos al partido en dinero o especie durante los procesos electorales federales o locales. Los recursos que, en su caso, aporten a sus respectivas campañas deberán observar los límites establecidos por la normatividad de la materia”.
En los momentos actuales que vive el país, tanto en lo económico, político y social, diversos especialistas coinciden en que México requiere de un técnico como es el caso de Meade, personaje que goza incluso de prestigio internacional, aunque sin ninguna experiencia política, cualidad que, indican otros analistas, debería estar considerada ante la crisis política que atraviesa la nación por la ineptitud de los partidos políticos.
Al despedirse como titular de la Secretaria de Hacienda y pasar la estafeta a Jose Antonio González, Meade Kuribreña se “autodestapó”, como posible sucesor del Presidente Enrique Peña Nieto.
“Voy a solicitar mi registro como precandidato a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional. Lo hago tras 20 años de servir a mi país de manera ininterrumpida, con integridad y honradez.
“Con esta experiencia, tengo la convicción de que el país cuenta con el talento y las condiciones para que, con el esfuerzo y en beneficio de todos, México sea una potencia: un país en donde las familias tengan siempre comida en la mesa, seguridad en las calles, techo, salud y educación de calidad. Un país justo en el que se cumpla la ley. Un país en el que los sueños y anhelos de cada mexicano encuentren las oportunidades para hacerse realidad. Lo hago con profunda convicción y emoción”, comentó el extitular de la SHCP.

De esta forma Meade se convirtió en el candidato ciudadano del propio PRI, algo que en algún momento los dirigentes del partido consideraron como posibilidad para la contienda presidencial del 2018. Falta ver ahora sí el candidato simpatizante del PRI logra revertir la tendencia electoral y la intención del voto a favor del tricolor en las elecciones del primer domingo de julio de 2018.