Ligera desaceleración del PIB de México en 1T24: CIBanco

Para el segundo semestre, estimamos que la economía entrará a una fase de mayor desaceleración, con los agentes económicos asimilando los resultados de la elección presidencial en México y en espera de los anuncios de las nuevas directrices por parte de la fórmula que resulte ganadora.

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Ciudad de México.– De acuerdo con las más recientes cifras del IGAE y su indicador oportuno (IOAE), el PIB nacional se habría expandido cerca de 1.90% anual durante el primer trimestre del año.

Se trata de una moderación mayor a la prevista en el ritmo de crecimiento económico. Hay que recordar que desde finales de 2023 la economía se había desacelerado un poco con un crecimiento de 2.70%, que contrastó con las expansiones superiores al 3.0% de trimestres previos.

A inicio de año se anticipaba que desde este periodo de enero-marzo los impactos de un mayor gasto público podrían comenzar a reflejarse, esto en gran parte por la dinámica del ciclo político con el económico. En enero no fue así, pero en febrero el IGAE parece haber ciertas señales de efectos positivos por la fase expansiva del gasto público en año electoral.

El problema es que no está muy claro que las mejoras de febrero se hayan mantenido a lo largo de marzo (y abril).

El empleo formal retrocedió en marzo; el consumo privado medido por las ventas de la ANTAD se desaceleró en el tercer mes; la asociación mexicana de la industria automotriz reportó una caída en la producción de vehículos, también en marzo; la producción industrial tuvo en febrero su tercera caída en los últimos cuatro meses y; la inversión fija bruta creció apenas 0.1%. El sector externo fue el que salvó la cara, con datos relativamente positivos en febrero, apoyado por la sorpresiva resiliencia de la economía norteamericana.

Con este desempeño trimestral es probable que se observen algunos ajustes a la baja en los estimados para el resto del año por parte de la mayoría de los analistas y operadores financieros. Todavía las expectativas para el segundo trimestre son de un crecimiento ligeramente mejor ante la consolidación del gasto público de las campañas políticas y del gasto de construcción de obra pública y privada no residencial.

Para el segundo semestre, estimamos que la economía entrará a una fase de mayor desaceleración, con los agentes económicos asimilando los resultados de la elección presidencial en México y en espera de los anuncios de las nuevas directrices por parte de la fórmula que resulte ganadora.

En este sentido, nuestro estimado para todo el 2024 es un crecimiento en el rango de 2.0% – 2.5%.

El escenario no está exento de riesgos, sobre todo externos. Entre los que destaca el desempeño de la economía estadounidense, sobre todo después de que la Fed mantendría en un nivel alto la tasa de interés por más tiempo; el complejo entorno geopolítico, que de por sí ya se consideraba el peor momento en materia de conflictos bélicos en varias décadas, se deterioró aún más con la inclusión de Irán en la disputa entre Israel y Hamás y; las elecciones en EUA, con el probable regreso de Trump.

Este último punto a México le afectaría de manera muy directa, en función de las políticas que emprenda tanto en el ámbito migratorio como en materia comercial.