A través del mecanismo elegido por sus respectivos institutos políticos, este domingo los tres asumieron el cargo en eventos en la capital del país
Al tomar protesta como candidato de Morena a la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador prometió que, en caso de ganar las elecciones, cumplirá todas sus propuestas de campaña; “no habrá decepción”, dijo.
Afirmó que actuará con terquedad y rayando en la locura para lograr el desarrollo social y económico de México, devolver la seguridad al país y combatir la corrupción.
En un hotel del Centro Histórico de la Ciudad de México, el presidente del Consejo Nacional de Morena, Horacio Duarte, tomó protesta a López Obrador como candidato presidencial.
Ante cientos de consejeros de Morena, López Obrador expuso 56 compromisos básicos, entre ellos, no permitir en el gobierno el amiguismo, el influyentismo, ni el nepotismo; bajar a la mitad los sueldos de los altos funcionarios y que éstos no viajen en aviones ni helicópteros privados; desaparecer el Cisen; castigar la violación a derechos humanos; reactivar el campo; no aumentar impuestos, y detener los gasolinazos.
También garantizar educación y empleo para que no haya ninis; construir el tren turístico de la zona maya Cancún-Tulum-Calakmul-Palenque, y dar acceso a internet gratuito en carreteras, centros de salud, escuelas y plazas públicas.
López Obrador, aseveró: “Soy terco, es de dominio público, necio, obcecado, perseverante o como suelen llamarse a quienes defienden ideales, principios o alguna causa. Con esta misma convicción actuaré como presidente”.
Luego enfatizó: “con convicción, con perseverancia, con intransigencia, vamos a promover el desarrollo de México. Va a haber crecimiento, va a haber empleo, el mexicano va poder trabajar en donde están sus familiares, donde están sus tradiciones, sus costumbres”.
El político tabasqueño afirmó que en su eventual gobierno habrá libertad de prensa y se protegerá, dijo, a los que trabajan en medios de comunicación. “Se va a respetar el derecho a disentir y el régimen de concesiones actual de radio y televisión será respetado. No se va a alterar. No va a haber censura”, aseveró.
En medio de tensiones internas en el PAN y PRD debido al reparto de las candidaturas al Senado de la República, Ricardo Anaya Cortés, tomó protesta como candidato a la Presidencia de la República de la coalición Por México al Frente, integrada por estos dos partidos y Movimiento Ciudadano.
En las afueras del Auditorio Nacional podían verse los grupos de banderas de cada uno de los partidos, juntos pero no revueltos. En una esquina se apreciaban los banderines amarillos con el sol azteca; por otro lado, los estandartes azul con blanco y por otro más, los naranja. Cada uno entonando sus arengas; todos coreando el nombre de Ricardo Anaya.
Hora y media después de lo programado, Ricardo Anaya, salió al escenario del Auditorio y se colocó en el estrado que le fue dispuesto. Anaya Cortés se dijo listo para ser presidente. “Yo estoy listo para que, juntos logremos el cambio que hoy México necesita”.
El candidato presidencial abrió su discurso descartando un conflicto con el gobernador de Chihuahua, Javier Corral, quien en la víspera se había inconformado por la repartición de las principales candidaturas a senadores.
Como lo hizo durante los meses de precampaña, Anaya Cortés prometió a militantes y simpatizantes del PRD, Movimiento Ciudadano y PAN que combatirá la corrupción, la violencia y la desigualdad.
Para acabar con la corrupción, “lo que México necesita no es un mesías con ínfulas de perdonavidas, lo que México necesita es la aplicación inequívoca de la ley. yo sí voy a terminar con el pacto de impunidad, no va a haber venganza, pero sí habrá justicia, el que la hizo la va a pagar”, sentenció Anaya en alusión a su contrincante, el aspirante de la alianza Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador.
Refirió que “la corrupción mata”. Como muestra de ello, habló del socavón formado en un tramo de la carretera México–Cuernavaca, donde murieron Juan Mena Ruiz y su hijo, Juan Mena Romero.
José Antonio Meade Kuribreña ofreció que, de ganar la Presidencia, habrá apoyos personales para que los mexicanos puedan cumplir sus sueños.
“Las necesidades son siempre personales; el apoyo del gobierno también lo será. Para llevar a cada mexicano no hay esfuerzo que escatimar, ni tiempo que perder”, prometió tras ser ungido como candidato presidencial del PRI, el primero en la historia del partido tricolor que no milita en él y sólo es simpatizante.
El suyo será, dijo, “un gobierno a la medida de cada quién” para que “cada mexicano pueda vivir en lo individual en libertad y alcanzar sus metas”. “En mi gobierno cada quién va a tener el apoyo que necesita y pueda cumplir esa meta, ese anhelo. Mi compromiso es hacer realidad los sueños de los mexicanos”.
Anunció que hará “un cambio sin precedente en la política social” tras iniciar, en campaña, “el primer registro nacional de necesidades de cada persona” a fin de “dar un apoyo real, a tiempo y transparente para que con él podamos cumplir sus sueños”.
Por ejemplo, explicó, para quien su prioridad sea estudiar, “tendrá su beca”; si es poner un negocio, “tendrá respaldo financiero”; si es la movilidad, “tendrá apoyo para su transporte”. “¡Bravo!”, incitó el maestro de ceremonias a los presentes.
“¡Sí! Protesto”, exclamó Meade, en punto de las 10:30 horas, cuando Enrique Ochoa, presidente del PRI, le tomó la protesta legal ante 18,920 delegados asistentes a la Convención Nacional que ratificó su precandidatura, en el Foro Sol.
De entrada, envió un claro mensaje a los priistas al afirmar que tienen que ir “adelante” y que quienes no compartan las convicciones de los priistas, “quedan libres de ir hacia atrás”.
Sus palabras arrancaron aplausos a la gente del graderío, que ya llevaba más de dos horas bajo los inclementes rayos del sol y a medio discurso se empezó a ir.
Meade reconoció que hay desaliento y enojo de muchos mexicanos.
“No podemos desatender ni ignorar las exigencias de la sociedad tenemos que hacernos cargo de las expresiones de malestar y decepción”, concluyó.