Ministros de Finanzas del G7 tratan en Canadá los aranceles y la invasión de Ucrania

"Estabilidad, predictibilidad y el Estado de derecho son ingredientes fundamentales para la prosperidad. Vamos a hablar de eso": Philippe Champagne

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Toronto.- Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G7 iniciaron este miércoles una reunión en la localidad canadiense de Banff (Alberta, suroeste) dominada por la inestabilidad económica mundial causada por los aranceles de Estados Unidos y el conflicto en Ucrania.

En el encuentro participan además de los máximos responsables económicos de los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido) el ministro de Finanzas de Ucrania, Sergii Marchenko, y representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Banco Mundial.

La jornada se inició con la tradicional foto de familia del grupo, realizada con el trasfondo de las Montañas Rocosas del oeste de Canadá, y una sesión de apertura conjunta de los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales.

Durante el resto del día, está previsto que se lleven a cabo sesiones sobre la situación de la economía global, la resiliencia económica y la seguridad, y la situación en Ucrania.

Gran parte de la atención de la reunión está centrada en la posición que el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, adoptará ante las demandas del resto del G7 de estabilizar la economía mundial tras el caos provocado por los aranceles impuestos por la Administración de Donald Trump.

Antes de partir hacia Canadá, el Departamento del Tesoro señaló que Bessent se concentrará en «la necesidad de responder a los desequilibrios económicos globales y las prácticas no basadas en el mercado tanto en el G7 como en otros países, así como la necesidad de generar un crecimiento liderado por el sector privado».

En la noche del martes, el anfitrión, el ministro de Finanzas de Canadá, François-Philippe Champagne, reconoció que los aranceles de Estados Unidos están provocando «tensiones» en las conversaciones de los representantes de los países más industrializados del mundo.

Pero Champagne se esforzó en ofrecer una imagen de unidad, resaltando los puntos que los siete países comparten, y explicó que el objetivo del G7 es «devolver la estabilidad y el crecimiento» a la economía global.

«Es una oportunidad para hablar de prácticas no basadas en el mercado, sobre capacidad, políticas de crecimiento, lucha contra el crimen financiero. Hay un conjunto de cuestiones que debemos abordar y que serán muy relevantes para la economía mundial», añadió.

Champagne calificó la reunión de Banff como una vuelta a la esencia del G7.

«Estabilidad, predictibilidad y el Estado de derecho son ingredientes fundamentales para la prosperidad. Vamos a hablar de eso. Hay mucho que debatir. Y creo que el mensaje de mis colegas es bastante claro: un sistema multilateral de comercio libre, justo y basado en normas es aquel en el que todos salimos ganando», afirmó.

Bessent también va a ser presionado por los otros ministros de Finanzas para adoptar sanciones más severas a Rusia y así aplicar una mayor presión sobre Moscú de cara a unas posibles negociaciones de paz.

«Nos gustaría que esas sanciones fueran más fuertes porque es la única forma posible de ejercer la presión necesaria sobre Rusia para llegar a acuerdos cuando haya negociaciones relativas a la guerra», declaró el martes Marchenko.