Ciudad de México.- Las inversiones chinas en América Latina ascendieron a un total de 110 mil millones de dólares durante 2013 y 2016, y seguirán creciendo en los próximos años, dada la alta calidad de las materias primas, las necesidades de infraestructura y tendencias demográficas favorables de la región, señaló Moody’s Investors Service.
En un nuevo informe, la calificadora internacional de riesgo crediticio precisó que si bien el aumento de las inversiones chinas en la región brinda oportunidades de crecimiento, especialmente para los países más pequeños, también intensifica ciertos riesgos.
Al comienzo, refirió, el objetivo de las inversiones chinas en la región eran los recursos naturales, aunque con los años el alcance se volvió cada vez más diverso y abarcó desde materias primas hasta servicios, incluidos los financieros.
Si bien hay distintas formas de invertir, ya sea a través de inversión extranjera directa o préstamos, el flujo de los recursos de China a América Latina sigue aumentando, con diferentes impactos en toda la región, comentó.
“Los préstamos de China a gobiernos latinoamericanos y entidades estatales han favorecido especialmente a países con acceso limitado al financiamiento”, dijo la managing director de Moody’s para corporativos no financieros de América Latina, Marianna Waltz.
“No obstante, una dependencia de préstamos altamente discrecionales introduce elementos posiblemente adversos en los perfiles crediticios de algunos soberanos, como mayores cargas de deuda y balances comerciales más débiles y, por lo tanto, aumenta el riesgo de refinanciamiento”, agregó.
Waltz apuntó que durante 2005-2016, China otorgó créditos por unos 222 mil millones de dólares a gobiernos de América Latina y el Caribe (Brasil solo recibió 53 por ciento de este monto), y alrededor de la mitad fueron destinados a proyectos de infraestructura y un tercio a proyectos de energía.
Moody’s refirió que desde 2015, las compañías chinas invirtieron más de 20 mil millones de dólares en los sectores de electricidad, sanidad y transporte en toda la región, aprovechando las dificultades financieras de los grupos locales de infraestructura y el control de los gobiernos del gasto público.
La mayor parte de las inversiones chinas en América Latina son destinadas a Brasil, donde los préstamos de los bancos chinos se utilizan principalmente para el financiamiento de los proyectos de infraestructura, energía y minería.
La agencia evaluadora consideró que estas inversiones reflejan un interés por fomentar el crecimiento de las compañías chinas en Brasil, así como el comercio entre los dos países.
Junto con la inversión directa en fusiones y adquisiciones o proyectos nuevos en Brasil, los préstamos de los bancos chinos también generan flujos de capital, añadió.
Precisó que si bien las inversiones chinas representan diversidad de financiamiento para los países de América Latina, en el caso de grandes economías como Brasil no tendrán un impulso significativo en el crecimiento económico, aunque sí puede darse a nivel regional o subnacional.
Pero existen riesgos, incluida la creación de deuda y el riesgo crediticio concomitante, cuando los proyectos financiados con deuda no generan suficientes ingresos para pagarla, señaló Moody’s.
Por otra parte, apuntó, en la medida en que los proyectos tienen requerimientos de importaciones, el fondeo puede estar destinado en su mayoría a financiar importaciones, incrementando los déficits en cuenta corriente.