Ciudad de México.- Se espera que el mercado de nearshoring, una estrategia industrial que consiste en trasladar fábricas y producción a otros países, cobre impulso en toda América Latina durante 2024 y esto no será diferente para México. El país podrá aprovechar espacios que el año pasado no fueron atendidos en su totalidad y atraer servicios globales al territorio nacional.
Según Mario Veraldo, CEO de la empresa de logística MTM Logix, el sector manufacturero creció en productividad 4% en 2022 en comparación con 2021, y durante la primera mitad de 2023 se posicionó en 10% por encima de los años anteriores. “De hecho, la inversión en maquinaria y equipos, algo que aumenta la eficiencia y la capacidad productiva, está creciendo como no se veía desde 2011. En el primer semestre de 2023 creció 20% respecto al mismo periodo del año pasado”, apuntó.
Según el CEO, otro factor que debe generar grandes oportunidades para la economía mexicana es el comercio bilateral de México y China que hasta mediados de 2023 representaba alrededor de 116 mil millones de dólares, de acuerdo con cifras de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China, esto representa importantes ventajas que pueden aprovecharse para impulsar la relación.
Según un estudio de Deloitte, el mercado del nearshoring crecerá a una tasa compuesta de crecimiento anual (CAGR) del 10,3% entre 2021 y 2025. Es más, la última proyección del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señala que Brasil podría exportar 7,840 millones de dólares más si se sube a la ola del movimiento.
Deloitte también agrega que la producción de manufacturas de México puede crecer 5% al año gracias al impulso que le dará el nearshoring y considera que las exportaciones del país pueden crecer hasta en 50 mil millones de dólares adicionales al año y que la Inversión Extranjera Directa (IED) aumentaría 10% anualmente.
Desafíos 2024
Incluso con una perspectiva optimista, el país se enfrentará a retos durante este año, con una posible desaceleración del crecimiento mundial y tensiones geopolíticas, que podrían afectar a la economía, especialmente al mercado de materias primas. «Estas condiciones desfavorables también podrían convertirse en oportunidades si se produce una oleada de recortes de los tipos de interés y la devaluación del dólar a nivel mundial, lo que tiene muchas posibilidades de ocurrir», afirma Veraldo.
MTM Logix señala que el país también tiene una industria sólida y potencial exportador en ámbitos como el metalmecánico, automotriz, aeroespacial y eléctrico – electrónico, entre otros. En consecuencia, las exportaciones mexicanas de bienes industriales y, en particular, las de alto valor agregado, han mostrado un notorio incremento.
México también se enfrenta a una fuerte competencia de economías más cercanas a los principales mercados de consumo, y para sortearlas es necesario aprovechar su posición política y geográfica, ya que el país puede servir como puente entre América del Norte y el resto de América Latina.
Además, la ubicación de México es estratégica para los negocios chinos que buscan exportar a otros países de la región y tiene la posibilidad de llegar a los Estados Unidos ya que la guerra comercial con China no permite esta relación directa.
Se espera que la consolidación del nearshoring produzca importantes beneficios en toda la región latinoamericana, como la recuperación económica y la desaceleración de la inflación, reasignando inversiones por valor de entre 30 mil y 50 mil millones de dólares que antes se destinaban a Asia.
Cambios
Brasil y México se han promocionado activamente como destinos de nearshoring en Latinoamérica, especialmente para las empresas que buscan externalizar operaciones de fábrica. Brasil, por ejemplo, está mejorando su entorno empresarial para atraer inversión extranjera directa con medidas como la creación del Defensor del Inversor. Por su parte, México está trabajando en la obtención de recursos públicos y privados para capitalizar el “momento mexicano”, como infraestructura para el transporte, estructuras energéticas, de agua y gas natural, centros tecnológicos, mano de obra calificada y mayor seguridad, entre otros factores que, podrían impulsar la productividad y mejorar las tendencias de crecimiento a largo plazo.