En el sexenio de la infraestructura, ésta sigue rezagada porque hacen falta proyectos ejecutivos en los estados y mayor inversión del sector privado; México está dentro de las 15 economías del mundo, pero a nivel de inversión e infraestructura se ubica en las primeras setenta, afirma el director general del Grupo Financiero Interacciones
Agustín Vargas
Desde el inicio del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto su administración fue definida como el sexenio de la infraestructura y en efecto se detonaron obras importantes como la construcción del tren suburbano México-Toluca y el inicio de lo que será el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, por mencionar las más destacadas.
Las necesidades de infraestructura en el país son enormes, pero lo que ha hecho falta, además de recursos para solventarlas, son proyectos ejecutivos viables en las entidades federativas y mayor participación del sector privado para financiar las obras.
Carlos Rojo Macedo, director general del Grupo Financiero Interacciones, destaca que México a nivel de Producto Interno Bruto está en las primeras 15 economías pero se ubica hasta las setenta en nivel de infraestructura.
Esto, dice, tiene que ver en parte con la satanización de la deuda de los estados y municipios. “Yo creo que una entidad federativa jamás debe endeudarse para financiar gasto corriente, es ilógico y va contra cualquiera de los principios financieros; ni una entidad federativa, ni una empresa, ni una persona debe tomar crédito para financiar su gasto, pero si para financiar su capacidad de generar más recursos o de elevar la calidad de vida o atraer más valor, más inversión a su empresa, a su región, a su persona”.
La deuda de los estados como porcentaje del PIB representa apenas un 3%; en países que están en vías de desarrollo es de 6% y 12%, pero si el dato se compara contra países que están desarrollados representa entre 12% y 25%. Esto significa que ha faltado financiamiento para la infraestructura.
No financiamos a gobernadores, sólo infraestructura
Enfatiza en que la satanización de la deuda de los estados y municipios fue un factor que durante muchos años impidió la realización de infraestructura en el país. “Bajo mi óptica (esa visión) es incorrecta, tenían que haber satanizado a los nombres de las personas que cometieron fraudes o que se portaron mal, pero en Interacciones nunca hemos financiado un gobernador ni a ninguna de estas personas, hemos financiado a proyectos de infraestructura de las entidades federativas y en función a eso es que encontramos una oportunidad”.
Economista de profesión, con postgrados en ingeniería financiera y finanzas corporativas, Carlos Rojo, quien se incorporó a Interacciones en el año 2000 y desde el 2014 es el director general, afirma que el éxito en la gestión de negocios del grupo ha sido su especialización en el financiamiento de infraestructura y adoptar la estrategia correcta.
“Poder entender con un enorme nivel de detalle como armar un proyecto de infraestructura, dónde ubicar fuentes de pago del Gobierno Federal, asegurarnos que el proyecto tenga todo lo que se requiere para que se termine en tiempo y forma es importantísimo; si a eso le sumas una estrategia correcta, una buena especialización y armar un equipo de gente brillante, es lo que nos permitió que pasáramos en los últimos casi 30 años de ser el banco más chiquito del sistema financiero a ser el octavo banco del país”, comenta en entrevista.
Explica que parte de sus créditos tienen como fuente de pago las participaciones federales de los estados, “pero no todos nuestros clientes están dados así, lo que buscamos es que haya una viabilidad técnica y financiera de un proyecto de infraestructura y cuando un proyecto tiene esa viabilidad de entrada la otra se convierte nada más en una fuente de pago, no en una garantía, no damos un crédito basado en las garantías lo damos basado en la viabilidad del proyecto, que son los que generan los recursos que se requieren para pagar los créditos”.
Detalla: “Como banquero tienes que analizar un crédito, no en función de tu garantía sino en función de la capacidad de la persona o del mismo proyecto, de podértelo pagar. Imagínate nada más el costo que tendría porque para poder cobrar una garantía además no es un proceso nada más de agarrarla y ya es mía, tienes que seguir procesos legales. Quien da un crédito así, bajo mi óptica, es irresponsable; una manera responsable de dar el crédito es asegurarte que tenga viabilidad técnica y si además tienes una fuente de pago que es de muy alta calidad, como es el caso de nosotros porque es el Gobierno Federal, pues que mejor”.
Se buscan oportunidades, no problemas
Comenta que en Interacciones siempre han escogido, en momentos de volatilidad financiera o de crisis, estar de lado positivo y buscar oportunidades en lugar de problemas. “Los problemas los vemos, los medimos y los mitigamos, pero las oportunidades las hacemos nuestras”.
Muestra de ello, dice, es que el índice de morosidad del banco es el más bajo del sistema financiero mexicano, de apenas 0.02%. “Hace un año pensábamos que teníamos el más bajo, 0.05%; hace dos creíamos que era el más bajo, en 0.18%. Hemos tenido la capacidad de bajarlo aún más, porque el nivel de especialización que tenemos nos permite entender muy bien como armar un proyecto”.
Este año Interacciones prevé alcanzar un crecimiento de la banca de infraestructura de 33% respecto el año anterior, esto significará que este segmento dentro de la cartera total llegue a representar entre 34% y 35%.
La derrama económica prevista para 2018 será superior a 37,487 millones de pesos, de los cuales 16,376 millones de pesos corresponden a proyectos de infraestructura que ya están en fase de construcción y 21,111 millones de pesos a proyectos nuevos.
Además, existe otro tipo de proyectos de infraestructura en etapa de madurez o análisis en los que podrían participar y cuyo monto de financiamiento sería del orden de los 32,000 millones de pesos.
Carlos Rojo, también vicepresidente de la Asociación de Bancos de México, considera que las condiciones en el país están puestas para que se detonen los proyectos y el financiamiento a la infraestructura vía el sector privado, dejando de lado la satanización de la deuda de entidades federativas y municipios.
“Hoy las cosas se alinean para que esto avance por dos razones: primera porque tenemos Ley de Disciplina Financiera, la cual entre otras cosas dice que una entidad puede tomar un financiamiento siempre y cuando vaya para inversión productiva y en este país la inversión productiva casi por definición es invertir en infraestructura social, entonces de entrada hoy están los lineamientos regulatorios y legales; y la segunda es que hoy nos estamos abriendo a que hay ya un componente en el sector privado en el desarrollo de la infraestructura mediante las Asociaciones Público Privadas”.
En este sentido destaca que los países que han invertido en infraestructura en los últimos años lo han hecho a través de estas modalidades. “Esto hace que el dinero alcance para hacer más cosas, aunado a la creación de nuevos productos; que la Banca de Desarrollo participe con otro tipo de garantías más allá de las que hoy participan y desarrollando mercados que hoy no se tienen”.
El director general de Grupo Financiero Interacciones afirmó que la fusión con Banorte le dará mayor capacidad a la institución para responder a la demanda de desarrollo de obras de infraestructura subnacional.
“Lo que vamos a ver es una entidad financiera con un potencial enorme para impulsar proyectos de infraestructura, con un menor costo de fondeo ante el tamaño de Banorte”, precisó por último.