Ciudad de México.- El nuevo normal no es reflejo del tema de salud, sino de una aceleración de tendencias ya existentes antes de la pandemia que están cambiando los hábitos de trabajo afectando la vivienda, comercio, el entorno del ser humano, y las empresas que aún no se atrevían a hacer modificaciones en su forma de laborar, no tuvieron opción que apresurar los procesos.
Lo anterior fue señalado por especialistas en espacios de oficinas y urbanismo en la mesa: Nuevos modelos de negocio 2021 -coworking, cohousing alianzas y branding, dentro de la Expo Real Estate México 2021, en la que participaron Alberto Laris, socio director de desarrollo estratégico de Gaya; Martín Larrea, director de Sinergia Uruguay; Eduardo Molina, VP de crecimiento de WeWork Latam y Marcelo Satulovsky, director académico de la escuela de negocios de Real Estate EN R.E. y cuyo moderador fue Sergio Pérez, director ejecutivo de Cuentas Corporativas en América Latina de Newmark.
Destacaron que todo el episodio de la pandemia aceleró exponencialmente las disrupciones que venían en curso en relación al comportamiento, el uso de espacios y la conformación de las ciudades.
“No hay un nuevo normal si no un estado de flujo de cambio continuo que es asimétrico según las distintas zonas de las ciudades, de los países, donde conviven modos de vida, de trabajo, necesidades, capacidades que corren a distintas velocidades, y el impulso de la salida de las ciudades a los suburbios de las clases sociales superiores es una realidad, pero depende de lo que se haga hoy para que este cambio sea una fuerza positiva y podamos consolidar, desde el punto de vista inmobiliario, las periferias metropolitanas para la construcción de urbanidad o se seguirá expandiendo la huella territorial sin que sea Ciudad lo que se está haciendo”, señaló Marcelo Satulovsky.
Agregó que la pandemia trajo consigo nuevas geografías urbanas, la posibilidad que da la digitalidad que permite una nueva dinámica de trabajo y una vida diferente; activar la interrelación entre barrio y la centralidad, entre lo público y lo privado, entre lo físico y lo digital y finalmente, capitalizar esto en una tendencia hacia la construcción de mejor calidad de vida, de ciudades y procesos de desarrollo inclusivos y sostenibles.
Los especialistas afirmaron que los suburbios, las periferias de las ciudades comienzan a tener una integralidad de servicios, de amenidades, con proveedores de tecnología, para que la gente pueda tener una alta calidad de vida sin tener la necesidad de gran movilidad, por lo que se rompe el esquema de Ciudades Dormitorio y los Centros Corporativos ahora se enriquecen con otros usos que reducen el movimiento de la gente en pequeño o mayor grado, y se hace más versátil el espacio laboral, el teletrabajo y el coworking.
“Lo que hemos visto en encuestas internacionales es que la gente que no quiere regresar a la oficina es la minoría. Es un mayor número de empleados el que quiere regresar de manera permanente. 20% se quiere quedar en su casa; 30% quiere regresar de tiempo completo a la oficina, pero el 50% quiere tener flexibilidad de poder ir 2, 3, 4 días a la oficina y esto nos lleva a la aceleración de tendencias”, precisó Sergio Pérez.
Y dentro de estos cambios que se generan está el factor de la multidisciplina, para que actividades laborales, recreativas y de descanso permitan estar en una misma ciudad y que ésta sea amable y amigable.
“Cada vez menos la gente joven está dispuesta a moverse en auto o transporte, y hoy los espacios físicos urbanos de plazas, parques y andadores están recobrando importancia y la mezcla del uso de suelo es más común en ciudades europeas que en América Latina, que es responsabilidad de una comunidad, por lo que el diseño a futuro, los nuevos modelos, tienen que ser multidisciplinarios para lograr tener mejor calidad de vida y de edificaciones”, precisó Alberto Laris.
La evolución tocó a las viviendas y el habitar cambió a mayor bienestar, una mejor percepción del espacio, del aire, de la luz, las texturas y hoy se buscan departamentos que tengan áreas exteriores, espacios de interacción exterior-interior.
“La pandemia nos puso un corte, un antes y un después y permitió la recuperación del tiempo, sin necesidad de traslados y esta temporalidad se cambió a flex and mix, flexibilidad extrema en el uso de los espacios y mezcla de usos, con una digitalidad que es esencial en los espacios del hábitat para recuperar la calidad de vida”, indicó Martín Larrea.
Agregó que hoy por hoy se diseñan viviendas para un mercado nuevo donde los jóvenes entre 18 y 35 años no quieren ser dueños de su casa, que buscan espacios bien ubicados, con rentas de 6 meses promedio, que cubran sus necesidades, con un énfasis en con quién comparten ese techo, mayor flexibilidad para vivir y trabajar en un mismo lugar, con espacios para recreación o descanso que permitan tener mascotas y poder moverse a otros barrios para estar cerca de su zona de trabajo.
En relación a estos cambios, los coworkings o espacios colaborativos de trabajo evolucionan y se modificarán con base en la tecnología de la información y su inmediatez, son áreas de trabajo para actividades específicas, ya sea interacción o labor focalizada, reuniones o para una fuerza laboral que está dispersa por varias zonas de la ciudad y no quiere desplazarse al corporativo. Hay un movimiento fuerte de trabajo remoto, desde donde sea.
“Antes de la pandemia, en los últimos 4 años había cien ubicaciones en zonas tradicionales de oficinas y algunas en zonas residenciales, hoy hay mayor interés por los espacios en zonas residenciales y con más de una ubicación”, señaló finalmente Eduardo Molina.