Ciudad de México.- Históricamente la participación de las organizaciones sociales ha sido y será fundamental en la conformación de espacios de orientación y representación social, fundamentalmente para los más desprotegidos quienes muy comúnmente quedan en el abandono y desprotección del estado; y para el sector de la vivienda no es la excepción.
La construcción y reconstrucción de la Ciudad de México por sus condiciones geográficas y demográficas ha representado un reto titánico que demanda la intervención de sociedad y Gobierno; es ahí donde el papel de las organizaciones formales, con reconocimiento y trayectoria como lo es Grupo Cedros A.C. cobra fuerza; es en ella donde recae el deseo y los sueños de obtener un patrimonio pues aun y cuando las condiciones de impulso gubernamental se encuentran estancadas con un rezago creciente en los techos presupuestales y políticas de administración crediticia y financiera con un rezago de más de 5 años, sin que esto sea un obstáculo para dejar de empujar a este sector.
En el marco del Día Mundial del habitat, declarado por las Naciones Unidas con el fin de concientizar y reflexionar sobre la importancia del derecho fundamental de acceder a una vivienda digna y decorosa, es importante reconocer el trabajo de todas esas personas que fuera de un cargo público buscan mejorar las condiciones de vida de sus comunidades; y entender que una vivienda no solo es un patrimonio de una familia, también representa un factor detonante para el desarrollo económico y cultural de la Ciudad de México.
En la capital del país la política habitacional se orienta a contribuir en forma progresiva con la realización de este derecho, reconocido y consagrado en el artículo cuarto constitucional, derecho que se precisa en la Ley de Vivienda de la Ciudad de México, no obstante hoy en día es un derecho no cumplido para amplios sectores de la población, las condiciones de vivienda se deterioran, en especial las de aquellos que viven en la pobreza o vulnerabilidad, habitando en condiciones de riesgo y sin tener condiciones de acceso a un crédito o mecanismo de financiamiento para resolver sus necesidades.
Esperemos que pronto esta opacidad y olvido quede solo en un mal recuerdo y que pronto organizaciones sociales y gobierno puedan trabajar en pro de una mejor calidad de vida y bienestar social.