PEF 2022, estrategia política con fines electoreros

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El Presupuesto de Egresos de la Federación contiene un conjunto de acciones encaminadas, más que a una política social a beneficiar tanto a la imagen del Ejecutivo como a la del partido de mayoría frente a su base electoral en un año que se prevén elecciones en seis estados del país

Agustín Vargas

La madrugada del pasado 14 de noviembre, la Cámara de Diputados aprobó, en lo general y en lo particular, el Decreto de Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2022, y lo remitió al titular del Poder Ejecutivo para sus efectos constitucionales.

El documento, que se desahogó en una sesión diferida que duró más de 42 horas, se avaló en lo particular, con 273 votos a favor, 214 en contra y cero abstenciones; prevé un gasto neto total de 7.8 billones de pesos. El monto total representa un incremento en términos reales de 8.6 % a lo aprobado para 2021; además, prevé un déficit presupuestario de 875 mil 570 millones 500 mil pesos.

Durante el análisis y discusión del dictamen se presentaron mil 994 reservas por parte de las y los diputados de los diversos grupos parlamentarios, quienes hicieron uso de la tribuna. El dictamen presentado por la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública quedó en sus términos; es decir, no hubo ningún cambio al que remitió el Ejecutivo Federal.

En la exposición de motivos el Poder Ejecutivo insiste en su principio de austeridad presupuestaria para fortalecer el equilibrio fiscal. Al mismo tiempo continúa canalizando mayores recursos a sus programas asistenciales con intenciones electorales y sus proyectos de inversión insignia de dudosa rentabilidad social y económica.

Prevalece la narrativa de los discursos oficiales y del partido del gobierno (Morena) que subraya que las políticas y acciones instrumentadas han sido vitales para enfrentar con éxito los efectos de la crisis sanitaria y son base de la sólida recuperación en la que se encuentra la economía del país.

Para diversos analistas y el sector empresarial, esa apreciación es inexacta, ya que los programas y proyectos que han persistido en el presupuesto fueron concebidos antes de que se supiera de la pandemia, que ha sido extraordinariamente disruptiva globalmente y que ha dañado a la actividad económica, al empleo y al bienestar de las personas de forma prácticamente inédita en el mundo moderno.

El apego al programa original ante circunstancias novedosas que incluye el proceso de aprobación del PEF 2022 no es la excepción, pues ante circunstancias cambiantes de la economía, la mayoría morenista de la Cámara de Diputados mantuvo el presupuesto propuesto por el gobierno.

Se aprobó un gasto total de 7,088 mil millones de pesos (mmp) y de 5,247 mmp de gasto programable; que no es tan austero como afirma el gobierno, puesto que en términos reales es la cifra más alta desde 2016 y la estructura del gasto del presupuesto para el próximo año se aprobó sin cambios que reconocieran un contexto de la economía distinto.

Recorte a organismos incómodos

La reasignación de recursos fue insignificante en el total del gasto, de 8,038 millones de pesos (mp), aunque muy dañina para algunos organismos. El total de recortes de la reasignación se concentra en organismos que han sido cuestionados severamente por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

En particular, el presupuesto del Consejo de la Judicatura Federal el Poder Judicial se redujo en 2,935 mp, 4.3% respecto al proyecto, y el del Instituto Nacional Electoral (INE) en 4,913 mp, 20.0% menor respecto al proyecto presentado por el organismo.

En contraste, la reasignación de recursos favorece a aquellos ramos administrativos que alojan a los programas prioritarios del presidente. Los ramos más beneficiados son los de Agricultura y Desarrollo Rural, con un aumento respecto al proyecto de 2,700 mp en su gasto (+5%), que se canaliza principalmente al reparto de fertilizantes.

El ramo de Bienestar con 2,475 mp adicionales (+0.8%), favorece a los programas de Pensión del Bienestar de las Personas con Discapacidad y Sembrando Vida. Por su parte, el ramo de Salud recibe 1,580 mp (+0.8%), beneficiando en buena parte al programa de vacunación, y Educación 116 mp (+0.03%).

Para el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp), estas acciones responden más que a una política social, a una estrategia política que ha beneficiado tanto a la imagen del Ejecutivo, como a la del partido de mayoría frente a su base electoral, más cuando en 2022 se prevén elecciones en seis estados del país (Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas).

Los altos niveles de aprobación continúan como consecuencia de las transferencias asistenciales sin condiciones por parte del gobierno, además de la rentabilidad de la estrategia de confrontación impulsada por el Ejecutivo y las afirmaciones cotidianas de que todo va muy bien.

Realidad frente a optimismo

El panorama no era tan favorable cuando se hizo el proyecto de PEF 2022 y recientemente la actividad se ha desacelerado, afirmó el organismo.

Las cifras oficiales refutan la percepción optimista bajo la que se elaboró el proyecto de PEF 2022. De entrada, el panorama no era tan favorable en ese momento. Si bien el PIB ha caído durante la pandemia, también lo hizo en mayor proporción antes de ella, coincidiendo con decisiones oficiales perjudiciales para la economía.

Durante 2020 la pérdida neta de establecimientos motivada por la crisis sanitaria fue de 391 mil. Proporcionalmente, México ha destinado al combate de los efectos de la crisis sanitaria menos recursos que la gran mayoría de los países y se ha mantenido como el cuarto país con más fallecidos por Covid y el tercero con mayor tasa de mortalidad. La pobreza aumentó en 3.8 millones de personas en tan solo dos años, en los que 15.6 millones de personas perdieron el acceso a los servicios de salud.

En materia de corrupción, en el ranking internacional México se ubicó en el lugar 135 de 139 países y en cuanto a orden y seguridad en la posición 130. Asimismo, el creciente ambiente de incertidumbre propició que, en 2021, por segundo año consecutivo, México estuviera fuera de los 25 países más atractivos para la inversión extranjera directa.

Para los analistas y el Ceesp, al menos por el lado económico el país dista de ir muy bien. Más aún, recientemente la economía ha mostrado signos de desaceleración, la precariedad del mercado laboral se profundiza y la inflación ha tomado fuerza. Se ha presentado un agotamiento del consumo y se incrementa la incertidumbre que inhibe la inversión.

Los resultados más recientes de algunos indicadores confirman la estimación preliminar de la caída de 0.2% del PIB en el tercer trimestre del año. La producción industrial registró una disminución mensual de 1.4% durante septiembre, porcentaje que supera el pronóstico que el Inegi dio a conocer a través del Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), en el que anticipaba que la producción industrial tendría una baja de sólo 0.5%. Así, la producción industrial se aleja 7% de su nivel de julio del 2018.

Tendencia del consumo

El indicador de consumo privado en el mercado interior durante agosto también registró una caída mensual, de 0.6%, con lo que acumuló tres meses consecutivos con cifras negativas. Esta evolución representa una fuerte desaceleración del consumo, que desde la segunda mitad de 2020 y hasta mayo pasado parecía reactivarse sólidamente.

Es probable que el cambio de tendencia del consumo se relacione con la precarización del mercado laboral que se refleja en varios indicadores. Basta mencionar que el porcentaje de la población ocupada que percibe menos de un salario mínimo ha subido paulatinamente, desde 15.8% en el tercer trimestre de 2018 a más de 25.8% en el segundo de este año. Más del 82% de este grupo está en el mercado informal.

De acuerdo con el indicador mensual del Inegi, la inversión fija bruta reportó un incremento mensual en agosto de 1.1%. Si bien puede considerarse un dato favorable al acumular dos meses seguidos al alza, se debe tener en cuenta que este avance fue notoriamente menor al del mes previo, cuando creció 2.5%.

En todo caso, en agosto pasado el índice de inversión estaba aún 15% por debajo de su valor de julio del 2018. El aumento mensual de la inversión fija bruta respondió al alza de 3.2% en la inversión en construcción; la inversión en maquinaria y equipo se contrajo 1.0%.

Por su parte, la inflación sigue aumentando. Como consecuencia, el Banco de México elevó su tasa de referencia en 25 puntos base.

Si bien se considera que ello responde a factores de oferta temporales, éstos persisten y se agudizan. Al parecer las expectativas inflacionarias comienzan a resentirlo y ya se presentan correcciones de los pronósticos para el 2022 que ubican al aumento generalizado de precios por arriba del límite superior del rango de tolerancia del Banco de México.

En octubre los precios al consumidor registraron un incremento de 0.84%, su mayor alza para el mismo mes desde 1998.

El Banco de México aumento su tasa de referencia en 25 puntos base para ubicarla en 5%. En general se espera que en diciembre suba otros 25 puntos. La función de dichos incrementos es la moderación de las expectativas de inflación a futuro, pero dichos incrementos si bien refuerzan el atractivo de los activos financieros en pesos, también ponen un obstáculo adicional a la reactivación económica.

Otro riesgo, es que el crecimiento esperado no se realice, que si acaso alcance el ritmo decepcionante del 2018 o el 2019 y que con ello el mercado laboral siga precarizándose y el bienestar de los hogares continúe estancado. En la encuesta que realiza el Banco de México entre los especialistas del sector privado ya se aprecian pronósticos de crecimiento para 2022 por debajo del 2.0%. Asimismo, la estimación más reciente de Citibanamex anticipa un crecimiento de sólo 1.9%.