- Hasta marzo debía 15,000 mdd
- Facturas rechazadas como garantía
- Moody’s degrada perspectiva
Agustín Vargas *
Durante las últimas semanas Petróleos Mexicanos (Pemex) ha estado en boca de todos, desafortunadamente no de forma positiva. Desde explosiones, derrames, degradaciones de calificación, multas, salarios aparentemente injustos, y ahora la ratificación de calificación de Moody’s (B1), pero con cambio de perspectiva de estable a negativa.
Este cambio se dio una semana después de que Fitch cambiara a la empresa a un grado de calificación crediticia de alta especulación. Esto fue precedido por la explosión de la plataforma de Nohoch-A de Pemex en el Golfo de México, y el derrame en los yacimientos marinos de Ek y Balam por fisuras en un ducto.
Cabe destacar que Pemex, dirigida por el tabasqueño Octavio Romero Oropeza, dio estimaciones bastante conservadoras de los daños del derrame, diciendo que tuvo una extensión de 0.06 km cuadrados, y un volumen de 58 metros cúbicos, lo que sería equivalente a 356 barriles de petróleo; esto queda bastante por debajo de las estimaciones de terceros de una extensión de 400km cuadrados, y un volumen de 1,000 metros cúbicos, equivalentes a 1.5 millones de barriles o a 175 pipas.
Adicionalmente la empresa se encuentra en negociación del contrato colectivo de trabajo 2023-2025, donde los integrantes de la Sección 44 del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) han rechazado sus propuestas de aumento salarial del 4.2%.
Califican de paupérrima la propuesta. El aumento, dice, “es insuficiente para enfrentar la inflación y carestía que afecta a los trabajadores y sus familias, que merecen un digno nivel de vida, ya que los trabajadores petroleros son productivos, generan riqueza, arriesgan sus vidas y merecen mejores salarios”.
Además advierten que los trabajadores están en constante riesgo y destacan que en lo que va del año se han registrado al menos 9 incidentes relacionados con la petrolera (con un saldo de al menos 12 personas muertas y 19 heridas).
Cuentas por pagar
De acuerdo con un reporte de Intercam Banco, hasta marzo Pemex tenía un adeudo de 15 mil millones de dólares en cuentas por pagar, de los cuales se ha encontrado incapaz o indispuesto a pagar; en algunos casos tardando más de 6 meses en liquidar las facturas.
Esto ha ejercido una presión significativa sobre los proveedores, y los ha orillado a recurrir a los conocidos “coyotes”; personas aledañas a Pemex que le pagan a los proveedores de manera anticipada con el cobro de comisiones que van desde 6- 12% sobre el monto total del adeudo.
Según el análisis de Intercam, se conoce incluso el caso de un proveedor que al ir en búsqueda de un crédito (para cubrir sus necesidades en lo que Pemex le pagaba) fue rechazado, donde los bancos no aceptarían una factura de Pemex como garantía.
La revisión de la perspectiva a negativa por parte de Moody’s fue fundamentada bajo las mismas bases de la degradación de Fitch: Pobres fundamentos ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG); un modelo de negocio poco efectivo; la falta de inversión de capital y la dependencia del gobierno federal para cubrir sus obligaciones en el corto plazo.
La calificadora considera poco probable un alza de calificación en el corto plazo, pero la perspectiva pudiera regresar a estable si se logra recuperar la confianza al mejorar su liquidez y desafíos ASG. Por otro lado, los detonadores para una degradación de calificación serían: a) una disminución en la producción y reservas, y b) afectaciones al desempeño operativo por falta de inversión de capital.
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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx