Perfiles Políticos

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La Estafa legislativa de Morena

Francisco J. Siller

El asunto de Rosario Piedra Ibarra se complica más a cada momento que pasa. Nadie en el senado lo adelantó, pero su candidatura a la presidencia de la CNDH no debió ser aceptada. Ahora resulta que la morenista formaba parte de los órganos de dirección del partido de Andrés Manuel López Obrador.

¿De quien fue el engaño? De Piedra Ibarra que omitió informar que en el momento de su elección era consejera nacional. ¿De los senadores de Morena que se hicieron de la vista gorda y la dejaron pasar? O de ambas partes. Como sea es imperdonable y una violación flagrante a la Constitución y a la Ley de la Comisión de los Derechos Humanos.

Pero López Obrador está satisfecho, lo celebra y felicita al senado por la designación de su cercana amiga, sin importar el cochinero que los senadores de Morena dejaron en el camino. Sin embargo lo ocurrido en el senado sirvió para demostrar que si hay una oposición dispuesta a defender la legalidad, y una mayoría para violarla.

Fuentes del Instituto Nacional Electoral –consultadas por esta columna– confirmaron que Piedra Ibarra es Consejera Nacional de Morena desde 2015 y que su registro a tal cargo sigue vigente al día de hoy. Y ese es el principal impedimento para que siquiera fuera contemplada como candidata a participar en alguna terna.

La Ley de la CNDH –les faltó leerla a los senadores– establece entre los requisitos para ser presidente de la CNDH “no desempeñar ni haber ocupado cargo de dirección nacional o estatal en algún partido político en el año anterior a su designación”, esto entre otros aspectos, que probablemente si cumplió.

Claro ahora Morena y la propia Ibarra podrán decir que el Consejo Nacional no es un órgano de dirección, que no tiene capacidades ejecutivas, pero en los estatutos que ese partido tiene registrados en el INE se puede ver que en su artículo 41º “El Consejo Nacional será la máxima autoridad de MORENA entre Congresos Nacionales”.

Tómala chato, cómo es posible que con estos antecedentes legales se hayan atrevido a proponer a Piedra Ibarra, a sabiendas que se violaba la ley. Y entonces no sorprende ese penoso asunto de los dos votos robados. Cuanta saliva y golpes se habrían ahorrado si los de Morena respetaran las leyes.

Ahí hay otro punto muy importante que aportar para la demanda que los partidos políticos de oposición interpondrán ante el Tribunal Electoral de la federación y la Suprema Corte de Justicia de la Nación. ¿Se someterán estas entidades del Poder Judicial al capricho presidencial de que Piedra Ibarra encabece a la CNDH?

Además Piedra Ibarra mal empieza con su relación con los medios de comunicación. Tras su protesta en el senado, le preguntaron sobre la violencia contra periodistas. “¿Han asesinado periodistas? Cínica respuesta. Luego en un programa de radio al ser inquirida sobre las críticas mañaneras a la prensa, descartó cualquier ataque.

Para ella las actitudes presidenciales solo son opiniones a las que no les da importancia, incluso dijo que si hay quejas en lo particular del ejecutivo, pues que se las haga llegar. Ya veremos a la CNDH haciendo recomendaciones a los medios de comunicación que se retracten ante el presidente y que lo traten mejor. ¿Más?

Por cierto, Piedra Ibarra ha arremetido con alguna constancia contra los medios de comunicación a los que califica como chayoteros. Poco o nada ha variado su opinión que pinta de cuerpo entero a la 4T que promueve López Obrador. Así que porqué espera que hoy no sea blanco de criticas.

El presidente debe pensar para sí que lo ocurrido en el Senado no debió pasar, bueno, por lo menos como quedó registrado. El proceso debió ser limpio, pero los senadores de Morena –igual ocurre en San Lázaro– querían quedar bien, deseaban el reconocimiento del hombre que los llevó al poder.

Que le hacen caso a López Obrador, pues si, pero eso no siempre puede ser. El presidente escribe su carta a Los Santos Reyes ¿y que le traerán? Lo que se pueda y sea legal. Los legisladores no deben someterse con las manos dobladitas a todos sus caprichos y ocurrencias, por ejemplo sacar el PEF 2020 como él lo envió.

Igual que en el Senado en la Cámara de Diputados donde cumplieron cinco días sin sesión por los bloqueos que obligaron el cierre de San Lázaro, buscando recursos para el campo y los municipios, y que los diputados no pueden ceder porque López Obrador no quiere que se le quite ni una coma al texto que les envió.

Claro, si se otorgan los recursos que se le exigen a los diputados para el PEF 2020, los programas sociales –compra votos– se verían seriamente afectados, así como otros como el Aeropuerto de Santa Lucía, la Refinería de Dos Bocas –con sus inundaciones temporales– y el Tren Maya que ya presenta oposiciones por cuestiones ambientales.

Pues bien, el presidente debe escuchar lo que ocurre más allá del Palacio Nacional y dejar de rodearse de quienes le hablan al oido con irrealidades y mentiras. Su popularidad va bajando. México elige señala que cayó –entre octubre y noviembre–, un 11.3 por ciento para situarse en un 52 por ciento. En febrero tenía un 83 por ciento.

También está la encuesta realizada por Mitofski, que le da una popularidad de 60.4 en octubre, 3.4 por ciento menos que en Septiembre. Cada vez son menos los ciudadanos de 30 años o más que desaprueban su gestión. Desde luego que entre encuestas hay diferencias, pero lo real es que va hacia abajo.

Y esto que sucede al presidente es algo normal. Le a pasado a todos aquellos que le antecedieron en el Palacio Nacional. Comienzan altos, con buen ritmo y como avanza su gestión esa popularidad va cayendo poco a poco. Las decisiones de gobierno no gustan a todos, siempre hay aquellos que se sienten afectados.

López Obrador tiene muchos puntos en contra.Cero crecimiento económico, el Aeropuerto de Texcoco, las estancias infantiles, la falta de medicinas, la desaparición del Seguro Popular y –entre otros aspectos– el fracaso en mejorar la seguridad y de alguna forma propociar que el crimen organizado opere con impunidad. Y hoy la CNDH.

Así que hoy, la cereza del pastel fue Piedra Ibarra, pero falta ver como se reparten las rebanadas. ¿Tocará la mayor parte a la población civil?

Francisco J. Siller
CEO y Editor de Infórmate