Y se fue para no volver
Francisco J. Siller
Como las chachas, Evo Morales se fue de México sin despedirse. Dijo que iría a Cuba en un viaje temporal y de ahí se fue a Argentina donde solicitó refugio. Eso fue el jueves por la mañana. Su intención continuar su lucha por regresar a Bolivia, país al que gobernó 14 años y donde intentó prolongar su mandato al robar los resultados electorales.
La estancia de Morales duró apenas 24 días, en los que su activismo político no tuvo medida. Fue duramente criticado por la oposición, porque sus intenciones violaron los ordenamientos del asilo político. En México se le dio todo. Casa, sustento y tribuna. Bueno, hasta las llaves de la Ciudad de México le dieron.
Tras su viaje a Cuba, el gobierno mexicano aseguró siempre su regreso a territorio nacional, aunque sabía de la intención de viajar a Argentina a la toma de protesta de Alberto Fernández. Nunca nadie en la 4T imaginó que no regresaría, que poniendo un pie en Buenos Aires, solicitaría refugio y amparo. Los mexicanos, bien gracias.
Digamos que fue un acierto del gobierno Lópezobradorista el ofrecerle asilo –por razones humanitarias–, y defenderlo con eso de que lo ocurrido en Bolivia fue un golpe de estado, en oposición a la OEA que documentó las violaciones al proceso electoral. Lo criticable fue que no se le exigiera conducirse con discreción y respeto a nuestras leyes.
Como sea, la partida de Evo de México fue un insulto a las fuerzas de la 4T que se esforzaron por defenderlo y tratarlo a cuerpo de rey. Incluso dejó con un palmo de narices a esos legisladores que le entrarían con 500 pesos mensuales para apoyar sus gastos. ¿Será que el socialismo mexicano no fue de su agrado y por eso se fue?
Todo es especulación. Solo tres personajes saben las razones reales del porqué Morales se fue de México. Él, el canciller Marcelo Ebrard y desde luego el presidente López Obrador y mientras alguno de ellos no suelte la sopa, pues todo quedará en eso, en una vil especulación.
Ya hay quien se pregunta si Trump no cataficció con López Obrador la salida de Evo, por la declaratoria de cárteles terroristas. Eso podría no ser cierto. La realidad es que México está muy lejos de Bolivia. Morales necesita establecer una base cercana a sus seguidores para preparar un regreso triunfal a la tierra de los Moxos y el Chaco.
Sobre todo ahora que su partido político Movimiento al Socialismo lo nombró jefe de campaña del candidato que presentará a la presidencia en las elecciones del año próximo. Entonces, estar de refugiado en Argentina –país fronterizo con Bolivia– le favorece ampliamente. Bien podría ser él, el insaculado al final de todo.
Lo único malo es que se haya ido, así nomás, sin despedirse de los mexicanos y de ese gobierno que le brindó todo su apoyo.
CEO y Editor de Infórmate