El mago de la comunicación
Francisco J. Siller (*)
A quien le pareció una buena puntada la rifa del avión presidencial, pues no fue así. Quizá una ocurrencia, de esas que pueden salir más que bien. Quien haya pensado que fue una cortina de humo para cambiar el debate nacional, pues si. Al presidente López Obrador hay que irle aprendiendo. Es un verdadero mago de la comunicación.
Claro que él avizoró “desde denantes”, las burlas, los memes y todo el tiempo que llevamos hablando, discutiendo, soñando y escribiendo del Avión Presidencial, tema central de su campaña presidencial y que durante un año permaneció en el olvido en un hangar californiano.
Para rematar, esta semana el mandatario le puso la cereza a la corona. Presentó el símil del “cachito” con sus siete ceros y una leyenda: “Es una cooperación para equipos médicos donde se atiende de manera gratuita a la gente pobre». Chairos, fifis, adversarios,conservadores y enemigos, a sacar la billetera.
Igual podría pasar si López Obrador propusiera una “coperacha” para juntar harta lana para la atención médica de los pobres mexicanos, para que éstos no pasen carencias de medicinas especializadas, como las del cáncer para los niños afectados por esa enfermedad, de amplia mortalidad.
Votaron por el casi 30 millones de ciudadanos, ¡claro, muchísimos de ellos pobres!, pero otros tantos no, que pueden darse el lujo de deshacerse de un billetito de 500 y por un día comer en casa, no pasarse por la cantina, ni gastar en esos miles de cosas suparfluas y que no necesitamos y que nos pasan por la mente.
¿Se venderán los seis millones de “cachitos”? Eso lo veremos el próximo 5 de mayo, cuando la Lotería Nacional rife el ave de la discordia. Cabe la posibilidad que nadie se lo saque, que la rifa se declare desierta y que se vuelva a rifar. Como negocio me parece excelente. Ojalá asi fuera con los otros temas económicos, de urgente resolución.
Por cierto que tras un año de crecimiento cero y estar prácticamente en recesión económica y un casi nulo crecimiento del PIB (0.1%), en Palacio Nacional sigue sin reconocerse la gran necesidad de México de crecer. El decrecimiento en la parte final del año de sectores como el comercio y servicios, parece no importar.
La respuesta de “tengo otros datos” y culpar de los resultados del Inegi al neoliberalismo, no llevan comida a la boca de millones de mexicanos, como tampoco lo hacen los programas sociales. Son una ayuda y eso hay que reconocerlo, pero de ahí a que sean fuente de desarrollo y bienestar, eso es otra cosa.
Algo que no queda claro, es que sí hay decrecimiento en dos sectores tan importantes como el comercio y los servicios, se siga argumentando que “hay capacidad de compra con los programas sociales”, como tampoco que lo que tenemos ahora es una mejor distribución del ingreso.
Ya lo dije, el dinero de los programas es una ayuda, más no una solución, ni en el corto o el largo plazo. Para lograr el nivel de bienestar que López Obrador espera para las familias se requiere de un ingreso cercano a los 8 mil pesos mensuales, o por lo menos eso dicen los especialistas. Casa comida y sustento, nada más.
Si se piensa que los adultos mayores pueden vivir con dos mil 450 pesos bimestrales, hay un error de cálculo, ni sumando dos (esposo y esposa) se llega a la cantidad ideal, para no pasar penurias, ni penas ajenas. Y no se diga de los ninis, de los becarios o de los estudiantes que reciben apoyo para que no abandonen sus estudios.
Así como le “giró el coco”, para pensar en una rifa popular para deshacerse del avión, debería abandonar la retórica mañanera para encontrar los caminos al verdadero crecimiento económico del país, que seguramente dará un bienestar real a las familias y paso a una mejor distribución de la riqueza. ¿O no..?
(*) CEO y Editor de Infórmate