Juan Barrera Barrera
Después de haber sido sometido a una intervención quirúrgica por un tumor cerebral maligno, el senador republicano, John McCain, principal crítico de su partido del presidente Donald Trump, regresó este martes al Senado estadounidense, un organismo pasmado por su ineficacia, por la ausencia de consensos y acuerdos, con nuevos bríos y con su discurso sacudió la conciencia de sus colegas.
El martes se discutía en el Senado uno de los asuntos en el que el presidente Trump está especialmente interesado o acaso obsesionado: el sistema sanitario de la administración de Barack Obama, mejor conocido como el Obamacare que ha dado cobertura a 20 millones de personas y que el mandatario republicano intenta liquidar lo más pronto posible para alzarse con “una gran victoria”.
“Hemos estado perdiendo el tiempo en asuntos importantes porque insistimos en querer ganar sin buscar la ayuda del que está al otro lado del pasillo. No estamos logrando nada…”, dijo en su retórica ante sus atónitos compañeros de Cámara. Fuerte crítica a la incapacidad de los senadores para gobernar el país desde el Poder Legislativo y aprobar, reformar o derogar leyes que requiere el país para su desarrollo como nación.
“Yo mismo he dejado a veces que la pasión gobierne mi razón. No creo que ninguno se sienta orgulloso de nuestra incapacidad. Dedicarse a impedir que tus oponentes cumplan sus metas no es el trabajo más inspirador. La mayor satisfacción es respetar nuestras diferencias pero sin impedir los acuerdos”, afirmó el octagenario senador por Arizona.
Tenía unos días de que Trump había regañado a los senadores de su partido por la escasa capacidad con que se han conducido en la discusión sobre el Obamacare y para unificar criterios entre el divisionismo que priva entre la bancada los republicana en torno a la propuesta oficial, la cual ya se daba por pérdida. El magnate no cuenta con un proyecto alternativo claro al cuestionado programa de salud de su antecesor, que para muchos estadounidenses sería más lesivo que el actual y para muchos senadores eliminarlo tendría un costo electoral muy alto en sus estados.
McCain votó a favor de la moción para que el debate se abra y se presenten enmiendas. Lo que viene ahora son intensas discusiones y negociaciones durante varias semanas que se esperan agotadoras, dicho de otra forma ahora sí habrá trabajo legislativo sobre la materia. La votación fue de 51 votos a favor y 50 en contra. Pasó de panzazo Si McCain no hubiera asistido a la sesión senatorial la moción no habría prosperado.
El poder del Legislativo frente a Trump
En su discurso John McCain también les recordó a sus compañeros de Cámara la importancia que tiene el Legislativo frente al Ejecutivo, concretamente ante los excesos de un Donald Trump que parece que anda dando palos de gallina ciega y caminando sin rumbo fijo. “No somos subordinados del presidente, somos su igual” dijo el senador por Arizona.
Con esa frase el legislador conservador reafirmó su independencia respecto de Trump y recordó que como legisladores son “servidores de una gran nación” y “que el éxito del Senado es importante para que continúe teniendo éxito Estados Unidos.” Esta responsabilidad es más importante que cualquier interés personal u afiliación política.” Nada más oportuno cuando el Senado está dominado por intereses de partido y de grupos.
El Congreso ya ha dejado sentir su poder e importancia frente al autoritarismo de Donald Trump que intenta eliminar las sanciones que el gobierno de Barack Obama impuso a Rusia. Este martes la Cámara de representantes aprobó por abrumadora mayoría un nuevo paquete de sanciones a Rusia por su interferencia en las elecciones presidenciales del 2016 y por su intervención en Ucrania en 2014 y por la cuestión siria.
Pero la novedad es que estas nuevas sanciones fueron presentadas como un proyecto de ley, con el objetivo de que sea el Congreso quien decidiría su implementación final, incluso si el presidente Trump se opusiera a su firma y decidiera vetarlo, porque involucra a Irán y Corea del Norte, otros dos dolores de cabeza del inmobiliario presidente y rechazar el proyecto beneficiaría a esos gobiernos.
Unión Europea afectada por las sanciones a Rusia
El mandatario estadounidense siempre ha sido partidario de mejorar las relaciones con el gobierno de Moscú y su interés por eliminar las sanciones a los rusos se ha visto como un apoyo al kremlin y concretamente a Vladimir Putin a quien admira. El gobierno ruso es visto como uno de los adversarios históricos de los Estados Unidos, y junto con Irán y Corea del Norte son conocidos como el eje del mal.
Sin embargo, hay un pero en las medidas legislativas contra Rusia. La Unión Europea teme ser afectada por las nuevas sanciones al Kremlin, por el gas que reciben desde el Cáucaso y ha advertido, con inusitada dureza, que habrá represalias si las medidas afectan los intereses europeos, informó el diario El País que tuvo acceso a un documento de la Comisión Europea.
Aunque los republicanos parecen no poder o no querer hacer mayor cosa, pues el presidente estadounidense sigue manteniendo su base de apoyo entre los republicanos, a pesar de que sus propuestas y promesas de campaña no avanzan.
Rusia y la Unión Europea son dos asuntos que ensombrecen la agenda del presidente Trump, el más impopular de la historia reciente de los Estados Unidos con una aceptación del 36% entre los estadounidenses, y si a eso le agregamos la incapacidad de su administración para integrar un equipo de gobierno estable (a seis meses de haber iniciado su gestión aún no han podido ratificar a muchos mandos de segundo nivel) podemos hablar ya de un gobierno en descomposición.