- Estrella para Marcelo Ebrard por la cuestión migratoria
- Donald Trump satisfecho y presume a sus bases
Juan Barrera Barrera
El martes, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, expuso en Washington los resultados de los últimos 90 días de la política de contención de migrantes ilegales en la frontera sur que pretenden llegar a los Estados Unidos, lo que le mereció el reconocimiento de la delegación estadounidense encabezada por el vicepresidente, Mike Pence.
El canciller convenció a sus interlocutores, con cifras y números en la mano, que el flujo de caravanas de migrantes ha disminuido en un 58 por ciento a partir de junio (en mayo la cifra de personas llegó a 144 mil) cuando se estableció el acuerdo migratorio bilateral.
El ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México ha demostrado su capacidad política negociadora en el manejo de un fenómeno sumamente espinoso y delicado como es el migratorio que escaló en forma masiva en las postrimerías del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Ebrard Casaubón ha soportado y sorteado las fuertes críticas y cuestionamientos por parte de organizaciones sociales y de derechos humanos nacionales como internacionales por las medidas asumidas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador en el trato a los migrantes porque atenta contra los derechos humanos de quienes intentan atravesar el territorio nacional y son detenido y/o deportados.
Marcelo Ebrard demuestra capacidad
La reunión se desarrolló sin sobresaltos y en medio de un buen ambiente, ya que en lugar de amenazas arancelarias de la delegación estadounidense encabezada por el vicepresidente, Mike Pence, el secretario de Estado, Mike Pompeo, el titular de Seguridad Interna, Kevin McAleenan, y el asesor y yerno de Donald Trump, Jared Kushner, hubo reconocimiento a México por los resultados positivos en la cuestión migratoria.
El gobierno mexicano todo el tiempo ha tenido en la mente la relación comercial y ha hecho los esfuerzos necesarios posibles, a pesar de las fuertes críticas de sus opositores de hacerle el trabajo sucio al gobierno estadounidense, por evitar que Trump en un arranque de locura llegué a castigarnos con el petate de los aranceles.
Es entendible la estrategia de AMLO de no confrontación, puesto que nuestras economías están estrechamente ligadas de tal suerte que el 80 por ciento de lo que se produce en México se exporta a la potencia. Pero México igualmente le es necesario a Washington geopolíticamente, por su situación geográfica, y el tema migratorio es un botón de muestra, y aunque se insista en que México no será un tercer país seguro, por lo menos se parece.
El canciller impone tema
El jefe de la diplomacia mexicana, Marcelo Ebrard, ha publicitado los grandes avances en la tarea migratoria que para él es una tendencia irreversible. Los datos eran la carta de la delegación mexicana integrada también por la embajadora Martha Bárcena, y por el comisionado Nacional de Migración, Francisco Garduño, para imponer o revertir el tema migratorio por el del control de tráfico de armas ilegales que entran a México.
El tema del control de armas ilegales pues ya está en la mesa de discusiones, pero no en la agenda del gobierno de Donald Trump, quien gusta de utilizar el poder para imponer y no acepta que le impongan agendas y mucho menos en asuntos como el de las armas cuando sus principales aliados son los fabricantes agrupados en la poderosa Asociación Nacional del Rifle.
Donald Trump sigue en la ruta trazada en la relación bilateral con México y al mismo tiempo construye dos muros para presumir a sus electores que está cumpliendo sus promesas de campaña: uno de concreto en su frontera con nuestro país y otro en la del sur de México con la nueva política migratoria de contención del gobierno mexicano, y el neoyorquino avanza en su campaña releccionista en el 2020, pero también Ebrard, que está en segundo lugar como funcionario mejor avaluado detrás de Arturo Herrera de Hacienda, en la ruta del 2024.