Juan Barrera Barrera
Este miércoles el PRI inició los trabajos de su XXII Asamblea Nacional en medio de la expectación del priísmo nacional, puesto que de las reformas que decidan realizar dependerá en gran medida la elección del candidato a la presidencia de la República por ese partido, principalmente, y con miras al 2018
En la mesa Temática de Estatutos en Campeche, una de las cinco, se avanzó en la eliminación de candados que no permitían a simpatizantes ser candidatos a la presidencia de la República por no cumplir el requisito de una militancia mínima de diez años (artículo 166) para ser elegido, en cuyo caso están el titular de Educación Pública, Aurelio Nuño y de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade.
Este tema ha sido uno de los más polémicos pues levantó la protesta de la línea dura del partido tricolor, pero terminó imponiéndose la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto y de su círculo más cercano, lo que ha suscitado sospechas de que se trata de una Asamblea para la imposición de los intereses futuristas del mexiquense.
Meade Kuribreña y Nuño Mayer, beneficiados
Es de todos conocida la confianza que Peña Nieto le tiene a Nuño Mayer, un personaje muy cercano al canciller Luis Videgaray, quien al parecer ha perdido ya toda posibilidad de aspirar a la candidatura priísta, pero con aquél puede compensar ese déficit.
Porque en realidad la XXII Asamblea Nacional del otrora partido invencible tiene como objetivo primordial darse los mecanismos necesarios para evitar perder el poder en el 2018, en momentos en que el PRI vive horas bajas, a pesar de las actitudes triunfalistas de su dirigencia nacional.
La corrupción y la impunidad que afectan gravemente a la sociedad, son dos asuntos han golpeado fuertemente la credibilidad del partido gobernante a lo que se suma también la baja popularidad del presidente Peña Nieto, a pesar de las reformas estructurales que se atribuye (energética, de comunicaciones y educativa), pues no han dado los resultados esperados.
El PRI viene perdiendo importante caudal de votos y cuando gana elecciones no convence, como es el caso reciente del estado de México, en donde todo el aparato del Estado se volcó hacia Alfredo del Mazo para evitar una estrepitosa derrota, no tanto para el PRI, sino para Peña Nieto.
Peña Nieto intentará salir fortalecido por las reformas que arroje la Asamblea Nacional y tratará de imponer candidato presidencial, pero esa sola posibilidad traerá fuertes encontronazos al interior de su partido y que sus opositores a sus intereses podrían cerrar filas en torno a la figura del secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Construir candidatura competitiva
El hidalguense y Aurelio Nuño, como se sabe, no se llevan nada bien desde el conflicto magisterial. El primero tiene la ventaja de ser el mejor posicionado en las encuestas de opinión entre los precandidatos del PRI, mientras que el segundo está muy abajo lo mismo que José Antonio Meade.
El asunto es que ninguno de los tres es políticamente competitivo frente a sus rivales opositores. El PRI en los sondeos de opinión cae hasta la tercera posición por debajo de Morena y del PAN. El grave problema es cómo construir un candidato o candidata ganadores, ante un escenario muy adverso al PRI.
Que el PRI requiere de una reforma profunda, por su puesto, pero nos preguntamos si esta Asamblea Nacional no estará diseñada para cambiar y que todo siga igual, porque es bien sabido el gatopardismo a que nos tiene acostumbrado el partido en el poder.
Con la reforma al artículo 166, el PRI intenta enviar un mensaje a la sociedad de fortaleza, de apertura y de inclusión de los ciudadanos sin partido, como un gesto de modernización del instituto político, pero el cambio democrático interno aún está por verse, pues las tentaciones autoritarias no se eliminan con reformas estatutarias, sino con acciones creíbles.
Las resoluciones a las que lleguen los representantes estatales, de los sectores y de las organizaciones del PRI, se llevarán al Pleno de la Asamblea Nacional, la cual se realizará este sábado en la Ciudad de México, y que encabezará el presidente Enrique Peña Nieto. Vamos a ver a quien dirige su discurso.
