Juan Barrera Barrera
Ricardo Monreal Ávila no será candidato a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por Movimiento de Regeneración Nacional. La decisión está tomada y no hay vuelta atrás. La dirigencia nacional de este partido no acepta las exigencias del zacatecano de reponer el proceso: la realización de una encuesta base y dos espejo; o una consulta abierta a la ciudadanía.
El jefe delegacional en Cuauhtémoc ha optado por la presión política que la institucional para lograr sus objetivos. El miércoles mostró músculo político en la explanada de la delegación que representa. Muchos esperábamos una definición igualmente de tipo política más contundente que hacer acto de fe lopezobradorista, o reiterar que no se irá de Morena o exigir nuevamente la rectificación del proceso.
Me parece que el avezado político está entrando ya en una etapa de desgaste político, con una retórica que pareciera congruente de un personaje comprometido con ciertos principios y causas partidistas, pero al mismo tiempo deja entrever que no descarta la vía rupturista.
Un día antes de la convocatoria varios medios de comunicación destacaron entrevistas en donde Monreal Ávila señalaba que en caso de no ser candidato por Morena lo sería por otra vía.
En reiteradas ocasiones ha dicho que sólo tiene un plan A: ser candidato a Jefe de Gobierno de la CDMX. Cuestiona la falta de transparencia y opacidad con que se realizó el ejercicio demoscópico mediante el cual se eligió a Claudia Sheinbaum, mientras que a él lo mandaron, dijo, hasta el cuarto lugar, no el tercero como se había dicho en un principio. Se queja de un mal trato, de humillación.
Pero en una entrevista en Enfoque Noticias, a pregunta de Ricardo Raphael de que si Andrés Manuel López Obrador le pidiera que le dejara la vía libre a la jefa delegacional de Tlalpan para ser la candidata de Morena, la respuesta de Monreal fue afirmativa, sí y sólo sí AMLO se lo pidiera.
Entonces, por un lado el ex gobernador de Zacatecas cuestiona el dedazo disfrazado de encuesta que le cerró sus aspiraciones, pero por otro está dispuesto a aceptar una orden del dirigente nacional de Morena ¿sólo así el dedazo es legítimo? ¿Es una cuestión de principios o de pragmatismo partidista?
Monreal sostiene que en su exigencia de limpiar y reponer el proceso interno no quiere decir que deba ser él quien salga triunfador en la encuesta, pero no mueve el dedo del renglón de que está firme en su plan A, gobernar el principal bastión de la izquierda mexicana.
Monreal sigue desojando la margarita
Pero a pesar de que Monreal ha ganado muchas batallas políticas desde la gubernatura de Zacatecas, diputación federal, senaduría, la delegación Cuauhtémoc, fue coordinador de la campaña presidencial de AMLO y que encabezó 17 de 20 encuestas independientes y toda una trayectoria política, sabe que no hay marcha atrás. En los próximos días deberá tomar una decisión, nada fácil. Él mismo ha reconocido que está pasando por “los días más difíciles de su vida”,
El delegado en la Cuauhtémoc afirma que no está pensando en la ruptura con Morena, ni mucho menos con Andrés Manuel López Obrador con quien lo unen 20 años de amistad, pero se percibe la posibilidad de abandonar el partido cuando señala que tomará una decisión con la cabeza fría, respecto a su futuro en “función de lo que la gente diga”
Si afirma que no se irá de Morena, entonces por qué está pasando “por los días más difíciles de su vida”. Ya no habrá otra encuesta, no habrá rectificación. El error de origen se ha consumado y no hay vuelta atrás. ¿Realmente estaba seguro que sería el triunfador y por eso aceptó las reglas del juego? Algo pasó, acaso por eso el mutis de Andrés Manuel, con quien no platica desde hace dos meses.
El jefe delegacional de Cuauhtémoc ha sido muy cuidadoso en deslindar de cualquier acto cuestionable al dirigente nacional de Morena, pero se queja del mal trato que le han dado, humillante, de la nomenclatura morenista. Dice tener pruebas de la parcialidad de que fue objeto por parte de operadores políticos cercanos a AMLO.
Para Monreal todo esto es un asunto de dignidad y de lealtad. Muchas veces ha dicho que nunca traicionará a López Obrador, quien se ha alejado del foco del conflicto, pero el daño de credibilidad para Morena está hecho: todos salieron perdiendo. Corresponde al líder nacional de la formación política intentar cerrar las heridas y mantener la unidad, pero cómo.
Monreal no romperá con Andrés Manuel, pero sí estaría buscando una “salida digna”. En todo caso la ruptura será con la llamada nomenclatura, una élite cerrada que controla el poder dentro del partido a la que por supuesto pertenece el tabasqueño ¿Qué podría hacer AMLO para retener a Ricardo Monreal y evitar una crisis interna que podría complicar un triunfo casi seguro de Morena en la CDMX.
AMLO reconocerá el triunfo de Sheinbaum
Dice la vox populi que todos somos necesarios, pero nadie es indispensable. AMLO no querrá dejar ir a su amigo quien afirma que nunca ha sido lambiscón ni un adulador, sino un político serio, que no busca cargos de consolación, ni tampoco posiciones, por eso rechazó la propuesta de un grupo de consejeros de Morena para ser candidato a senador.
¿Qué le puede ofrecer Andrés Manuel a su amigo? ¿Otra vez la coordinación de su campaña presidencial y luego, si gana la secretaría de Gobernación? ¿Aceparía Monreal? El ex priísta quiere ser abanderado a la Jefatura de Gobierno de la CDMX porque tiene la certeza de triunfo, no sabemos si de la elección presidencial también, pero dice que hará lo posible para que gane López Obrador.
Ricardo Monreal no ha seguido los cauces institucionales para exponer su descontento y no lo hará porque sabe que lo rechazarán. El miércoles dijo que no aceptó la propuesta de cinco partidos políticos (percibo que del PMC, PES, PT, PRD y PVEM) para representarlos en la elección del 2018, porque, nuevamente, no pretende salir de Morena.
El problema es que a Ricardo Monreal un sector de la opinión pública ya lo está considerando un chantajista y dada su indefinición la única salida es la candidatura independiente o de plano quedarse chiflando en la loma. Sin duda, los enemigos de AMLO se frotan las manos por ver la desestabilización de Morena, el partido a vencer en la presidencial.
El domingo López Obrador encabezará una concentración para la Firma del Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México, escenario en donde seguramente “El Peje” reconocerá el triunfo de Claudia Sheinbaum.
¿Compartirá Monreal el pódium? ¿Se avecina otra etapa más de incertidumbre para Ricardo? ¿Habrá sorpresas?