- México-Estados Unidos, crisis migratoria y de vacunas
- AMLO endurece posición para recibir migrantes de EU
- Kamala Harris designada responsable para detener migración
Juan Barrera Barrera
Primera queja, ¿primer conflicto entre México y Estados Unidos?
El tema de la migración seguirá siendo un tema recurrente en la relación bilateral entre México y Estados Unidos, pero ahora también lo será con nuestros vecinos centroamericanos que han sido protagonistas de caravanas de personas desesperadas por huir de la situación de violencia y pobreza que padecen en sus respectivos países del llamado Triángulo Norte de Centroamérica: Honduras. El Salvador y Guatemala.
Como sabemos, durante el periodo del presidente Donald Trump, las relaciones con el gobierno de México se tensaron por el tema migratorio a tal grado que Washington no se cansó de amenazarnos con la construcción del muro en la frontera y con el incremento de aranceles a algunos productos si no hacíamos lo suficiente para detener el flujo migratorio centroamericano.
Con el presidente Trump, el gobierno de AMLO siempre estuvo a la defensiva como estrategia, a tal grado que el tabasqueño se aventuró a afirmar que el magnate era amigo de México. Sin embargo, al parecer el mandatario mexicano ha pasado a la ofensiva con Joe Biden, quien este jueves se quejó de que México se está negando a acoger familias que son deportadas por Estados Unidos
AMLO pasa a la ofensiva, conflicto que viene
“Estamos negociando con el presidente de México, creo que vamos a ver un cambio, todos deberíamos poder ser devueltos”, dijo el presidente estadounidense. Añadió que “nada ha cambiado en la frontera con México y que el aumento de los menores que llegan solos por esta vía pasa todos los días”.
Estados Unidos enfrenta una crisis migratoria por la llegada de menores de edad a su territorio que ha colapsado el sistema de acogida de este país lo que ha desatado una ola de fuertes críticas a su administración por parte de los republicanos, quienes critican al nuevo gobierno de estar destruyendo lo que Trump construyó para evitar el paso de migrantes ilegales a su territorio.
Según diversas informaciones, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza tiene bajo su custodia a más de cinco mil menores de edad, mientras que albergues del Departamento de Salud tiene en custodia a 15 mil niños que han cruzado la frontera sin la compañía de sus padres o tutores.
No hay información de la parte mexicana respecto a esta queja, pero no es buena señal. Un conflicto México-EU en estos momentos por supuesto que no conviene a ninguna de las partes (aquí estamos en plena efervescencia electoral de medio tiempo). México se había convertido, en los hechos, por presiones de Donald Trump, en un tercer país seguro que recibía migrantes expulsados de Estados Unidos, hasta que su petición de asilo fuera aceptada o rechazada.
Con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, el nuevo gobierno estadounidense ha intentado dar un giro de 380 grados a las políticas migratorias antihumanitarias de su antecesor, como fue la separación de los niños de sus papás, persecución y deportaciones en forma indiscriminada y a veces violenta, posición que fue entendida como de abrir la puerta a los migrantes.
La reciente designación por parte de Biden de su vicepresidenta Kamala Harris como responsable para gestionar el flujo migratorio en la frontera sur de Estados Unidos que se ha incrementado desde abril del 2020, indica que el migratorio seguirá siendo un tema urgente en la agenda estadounidense. Trabajará con México y los países del Triángulo Norte Honduras, El Salvador y Guatemala. Tal vez en esta tarea Harris se esté jugando, a temprana hora, la nominación demócrata a la presidencia de su país.
En esta misma semana tuvimos la visita de altos funcionarios de la administración Biden que encabezó la experimentada ex embajadora de México en nuestro país, Roberta Jacobson, principal asesora de la Casa Blanca en temas fronterizos. La agenda al parecer se la anotó la cancillería mexicana, pues el tema que trataron en la reunión fue la cooperación para el desarrollo de Centroamérica y el sur de México y los “esfuerzos conjuntos” por una migración segura, ordenada y regular, que son los objetivos del plan migratorio del gobierno mexicano.
La delegación estadounidense parece tener claro y coincide con la parte mexicana de que para detener el flujo migratorio es necesario invertir en el desarrollo de los países expulsores de migrantes, atacar decididamente la corrupción, el combate al tráfico de drogas y a las organizaciones de delincuentes. Para ello se tiene que vigilar escrupulosamente el destino de los recursos.
Vacunas por sellar la frontera sur de México
El otro asunto que enfrentaba la administración Biden, igualmente herencia del mal recordado Trump, fue la pandemia del COVID-19 a la que el mandatario estadounidense atacó frontalmente como lo había prometido en campaña. Esta acción le hizo congraciarse con los estadounidenses en tan poco tiempo y con los medios de comunicación.
En Estado Unidos se han aplicado dos millones de vacunas por día llegando a los más de 120 millones de personas beneficiadas con la aplicación del fármaco, incluso rebasó las expectativas del número de vacunados que se impuso para los primeros cien días de su administración.
Sin embargo, pronto le explotó la primera crisis en el manejo del fenómeno migratorio y con ello también en automático la primera negociación-concesión entre los presidentes Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador: 2 millones 700 mil vacunas, vendidas no donadas, por ocho mil 500 efectivos de la Guardia Nacional para sellar la frontera sur de México.
Pero está afirmación es insultante para el presidente López Obrador que ha negado, como se esperaba, haber cedido a presiones de Washington para obtener el biológico que nos había negado por darle prioridad a su población, pero ambos hechos son muy coincidentes. Todavía a principios de marzo el presidente Biden había descartado la posibilidad de compartir vacunas con México.
El gobierno mexicano ha basado su política exterior hacia la obtención de vacunas. López Obrador mantiene una protesta ante los máximos foros internacionales por la falta de distribución de vacunas a países que no tienen recursos para obtenerlas pues es un desafío global para detener la propagación del coronavirus.
La estrategia regional de Estados Unidos agrega el de la distribución de vacunas anti COVID-19 necesariamente a los temas de la seguridad, migración, cooperación comercial y el cambio climático para poder mantener los equilibrios de la región. Aceptar militarizar nuevamente la frontera sur de México por vacunas de Estados Unidos parece ser que valió la pena.