Política Global

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  • El árbitro electoral prevé anulación de comicios
  • Guerra abierta entre Palacio Nacional y Lorenzo Córdova
  • Tribunal Electoral alimenta a la pandemia política

Juan Barrera Barrera

A escasos días de las elecciones federales intermedias más disputadas de los últimos tiempos, el ambiente electoral se torna cada vez más ríspido en el que prácticamente todos los protagonistas, candidatos, partidos políticos, organismos electorales, Tribunal Electoral, presidente de la República y los que se acumulen en la semana, están intensificando el calor político.

Ha llamado poderosamente la atención la entrevista de Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, a mitad de semana, al consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien en la plática pone especial énfasis en la posible anulación de las elecciones de este 6 de junio.

La violación a los principios constitucionales en materia electoral, entre ellos la imparcialidad de los funcionarios públicos, podría causar la anulación de los comicios del próximo 6 de junio, son los principales argumentos que esgrime el alto mando del Instituto Nacional Electoral.

Posibilidad de anular las elecciones

Estas declaraciones de Córdova Vianello, sin embargo, las emite en un contexto de alta polarización política y por el contenido de las mismas tienden a abonar al ambiente de división. Tienen relevancia sus conceptos por la investidura que representa, pero también representan una buena carga de preocupación a pesar de que jurídicamente es viable la anulación.

El INE y las figuras de Córdova y de Ciro Murayama han estado expuestos a una fuerte andanada de cuestionamientos por parte del presiente López Obrador, del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, y de otros activos del partido oficial. La gota que colmó la paciencia de Los Pinos fue la anulación de varias candidaturas, pero la que causó más daño personal fue la del impresentable Félix Salgado Macedonio, frustrado aspirante a la gubernatura de Guerrero.

Dice Lorenzo Córdova que las amenazas al propio INE, surgidas de la descalificación directa y estridente del proceso electoral desde la máxima tribuna del país, son contrarias a la democracia, mientras que la polarización política, un factor normal en las campañas, se ha visto aderezada por la intolerancia.

Las posiciones políticas de descalificación al árbitro electoral “son parte de la pasión política, pero es muy delicado cuando la pasión política desborda los límites legales”, advirtió.

Lorenzo Córdova se contagia de pasión política

Casi todos los protagonistas del proceso electoral se han instalado en el pancracio que en una democracia es algo normal, pero que el árbitro electoral entre a la una confrontación con uno de los principales protagonistas no de un proceso electoral, sino de la política nacional, realmente es algo que podría considerarse como políticamente incorrecto.

Lorenzo Córdova asegura que “nunca se había visto una descalificación tan estridente, tan directa y tan delicada como la que hoy se está haciendo desde la máxima tribuna del país”, dicho de otro modo, del presidente López Obrador, pero no solo a él, sino que esto “ha envalentonado a algunos actores afines a la actual postura en el gobierno para que hagan afirmaciones que son absolutamente impensables en un contexto democrático como que el INE debe morir, o bien que el INE debe ser exterminado

Tiene razón el presidente del INE. AMLO ha sido demasiado rijoso, agarra parejo. En sus conferencias mañaneras desde Palacio Nacional denuncia, acusa, ataca, critica, así sean amigos o enemigos. Pero Córdova parece que se ha dejado llevar por la ola de la pasión política que desde su punto de vista ya desbordó los límites legales.

Lorenzo Córdova es el árbitro electoral y tiene la obligación de construir y promover la certeza y certidumbre para que un proceso electoral inicie y termine bien y no promover la hipotética posibilidad de la anulación cuando no todavía no hay elección alguna.

Por eso el consejero presidente señaló que “el poco apego a las reglas del juego democrático que linda en la irresponsabilidad, pone en riesgo la validez de las elecciones”, aunque dijo que eso no le toca decidirlo al INE, sino al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

José Luis Vargas contamina el ambiente político

El TEPJF pasa en estos momentos por una fase de descrédito debido a que su presidente, José Luis Vargas Valdez, ha sido señalado por cinco de los siete magistrados de ese organismo judicial, de presionarlos para que le envíen anticipadamente el sentido de su voto en cada uno de los asuntos para ser discutidos y resueltos en la sesión pública.

De lo contrario “la sesión pública será suspendida momentáneamente y cuantas veces sea necesario a fin de contar con las condiciones genuinas y óptimas para poder reflejar de manera puntual el resultado de la votación y en consecuencia, que se lleve a cabo la lectura de los puntos resolutivos”.

El TEPJF difundió que esa petición es un paso previo, de práctica común, pero que no se ha implementado en ese organismo y que el objetivo era dar celeridad a las sesiones públicas, siempre en el entendido de que los magistrados podían cambiar su voto y emitirlo libremente en ese momento.

Pero Vargas Valdez no es creíble y sus pares denunciantes consideran que requerir previamente el sentido de sus votos “carece de todo fundamento legal y atenta contra nuestra independencia y autonomía que, como juzgadoras y juzgadores tenemos en lo individual y como integrantes de un órgano jurisdiccional colegiado”.

Grave, muy grave lo que sucede en el Tribunal Electoral que ha de calificar la elección del 6 de junio. Sigue la degradación del ambiente político.