- Embargo económico obsoleto; gobierno cubano obsoleto
- Biden y la difícil tarea de relanzar política de Obama hacia Cuba
- México sin capacidad para ayudar a dirimir conflictos
Juan Barrera Barrera
Uno de los objetivos del gobierno de John F. Kennedy con el decreto de embargo económico y comercial fue aislar a la isla de Cuba del resto del mundo, contrarrestar el avance del comunismo y la presencia de la desaparecida URSS en la región latinoamericana. Pero con el tiempo ese argumento se ha revertido. A seis décadas el régimen cubano, y otros gobiernos, tienen como retórica que todas las carencias y los males que vive la isla son por el maldecido bloqueo estadounidense. Tienen razón en gran parte.
Fue una muy mala estrategia de parte del gobierno del asesinado presidente demócrata. La arrogancia imperial y prepotencia de sus gobernantes no aceptaban que un pequeño país, lo que ellos consideraban su patio trasero al igual que los demás países latinoamericanos, pudiera salirse de su esfera de control, en pleno apogeo de la guerra fría, y tener la presencia soviética a unos cuantos kilómetros de sus costas.
Con el tiempo la guerra fría llegó a su fin, cayó el bloque soviético, cayó el Muro de Berlín y con ello el llamado socialismo real, pero el bloqueo económico estadounidense hacia la isla de Cuba se ha mantenido, como una medida necesaria, a pesar de ser condenado y repudiado en varias ocasiones por la mayoría de los países de las Naciones Unidas que exigen sea levantado, ya que no tiene razón de ser. La restricción no derrocó al régimen castrista y afectó a la población cubana.
Embargo económico obsolteto, justificante de gobierno parásito
El embargo, se ha demostrado, es una medida obsoleta, injusta e inhumana. Aparte de los estragos que ha causado a la economía de la isla, al mismo tiempo ha servido para que la burocracia gobernante se radicalice imponiendo medidas cada vez más rígidas con relación a su población, especialmente con el sector disidente, que exige libertades como el derecho de manifestación, de expresión, de reunión, su derecho al uso de la internet, entre otras.
El sistema socialista cubano ha tenido sus avances, sin duda, como en lo educativo o en salud, aspectos relevantes reconocidos a nivel mundial. Pero Los anquilosados gobernantes se han convertido en verdaderos parásitos porque no han sido capaces de impulsar estrategias para producir sus propios alimentos, pues la mayoría que consumen los cubanos son importados.
Durante mucho tiempo la isla caribeña dependió básicamente de la ayuda que le brindaba la URSS, pero con el resquebrajamiento del bloque soviético Cuba quedó en la orfandad, pero aún quedaban algunos países del hemisferio occidental con los que podía comerciar, entre ellos México que es su referente moral.
La represión a manifestantes complica diálogo con Cuba
La administración del presidente Barack Obama dio un gran paso histórico en 2014 para levantar el embargo al que consideró un fracaso, y romper el hielo en las relaciones bilaterales; reabrieron las embajadas en ambos países; Obama acepto, con apoyo de los empresarios, flexibilizar viajes para turistas; las remesas y el sistema financiero. Todo esto se coronó con la visita, en 2016 (86 años después del anterior presidente que pisó tierras cubanas) del mandatario estadounidense a la Habana en donde se reunió con Raúl Castro.
La comunidad internacional aplaudió entonces el esfuerzo de relanzamiento de las relaciones bilaterales Cuba-EU, ahora condena la actitud represiva de Díaz-Canel. Y por primera vez el organismo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, encabezado por Michelle Bachelet, ha pedido al gobierno isleño la liberación de los presos políticos y que dé cuenta de los desaparecidos.
Con los cambios políticos en la potencia del norte que llevaron a Donald Trump a la Casa Blanca, todos esos esfuerzos se vinieron abajo. Joe Biden, empero, en su campaña electoral prometió echar abajo las políticas restrictivas de su antecesor con respecto a Cuba.
Pero la represión del gobierno de Miguel Díaz-Canel contra los manifestantes y tras las acusaciones de éste contra Estados Unidos de estar detrás de las protestas, complicaron los escenarios de una posible negociación, pues revivió las críticas de Washington hacia el gobierno cubano sobre las violaciones a los derechos humanos y por la falta de democracia en la nación isleña. Al mismo tiempo Biden le echa gasolina al fuego al calificar a Cuba de Estado fallido.
Mientras republicanos y demócratas cierran filas contra el régimen castrista, ejercen presión sobre el presidente Biden quien “está evaluando facilitar el envío de remesas, ampliar su equipo diplomático en La Habana y explorar iniciativas para hacer más accesible internet en la isla”.
Como se sabe, la política de Washington hacia Cuba tiene una importante dependencia del poderoso Lobby anticastrista cubano-estadounidense y el próximo año habrá elecciones en La Florida, un estado clave en los comicios presidenciales y eso ata las manos del mandatario en sus iniciativas favorables hacia el pueblo cubano.
Biden es conocedor de las relaciones internacionales y está consciente de que la “democracia” que pugna Estados Unidos para la isla no será posible con el bloqueo económico y sin esa restricción y otras más le quitaría al mismo tiempo mecanismos justificatorios a la burocracia cubana gobernante y aliados que lo ven, con justificada razón, como el culpable de la magra situación de los cubanos.
México sin credibilidad para mediar conflictos
La nación caribeña, asimismo, necesita de gobiernos que tengan como propósito ayudar a la distensión y tender puentes de entendimiento en esta nueva fase de confrontación Washington-La Habana. Lo gobernantes acostumbrados a lanzar consignas y acusaciones definitivamente no son útiles a la causa cubana, por el contrario la complica.
En esa línea se enmarca la declaración acusatoria del presidente López Obrador con relación a las protestas del 11 de julio en unas 50 ciudades de Cuba las más importantes desde el triunfo de la revolución cubana. El gobierno dejo la retórica de la no intervención y asumió partido en favor de la Habana al afirmar que en las manifestaciones hubo injerencia extranjera.
A México los cubanos no le reprochan que pertenezca al bloque comercial geopolítico de América del Norte que lidera Estados Unidos. La imprudencia de AMLO en sus declaraciones podría afectar la relación bilateral en algunos temas como en el de la seguridad y combate los carteles de las drogas. Coincidencia o no, pero el gobierno de EU recién informó sobre la decisión de mantener el cierre parcial de la frontera por un mes más cuando AMLO consideraba que ya había condiciones para la reapertura.
La posición del presidente López Obrador en la cuestión cubana refleja las carencias de credibilidad de México en el concierto internacional, en donde éramos ejemplo mundial y factor esencial como mediadores en conflictos regionales. El gobierno mexicano perdió la brújula.