Política Global

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  • Brasil espera una segunda vuelta muy disputada
  • Lula” Da Silva el favorito, pero Bolsonaro no se despega

Juan Barrera Barrera

A tres días de la segunda vuelta, las elecciones en Brasil se pronostican que serán las más cerradas de la historia de ese país. El carismático ex líder sindical, Luiz Inácio “Lula” da Silva va arriba en las encuestas de opinión, aunque por ligero margen de Jair Bolsonaro, por lo que se espera que el cierre de la campaña será de cardiacos.

Las campañas presidenciales han polarizado al gigante de Sudamérica, por los mutuos ataques de ambos candidatos y por la campaña negra de Bolsonaro en redes sociales y medios de comunicación que en la primera vuelta la mayoría de las encuestas lo mantenían muy por debajo del líder del PT, a quien le daban una ventaja de entre el 10 y 17% de las preferencias electorales, sin embargo, volvieron a fallar. El ex presidente “Lula” ganó con el 48.4% de la votación (57 millones 200 mil votos) contra el 43.2% del militar de extrema derecha (51 millones de sufragios), diferencia mucho menor a la que pronosticaron las encuestas.

Los recientes sondeos indican que la segunda vuelta del 30 de octubre será mucho más competitiva. La empresa demoscópica PoderData, por ejemplo, le da al exitoso ex presídete “Lula” el 50% de la votación, mientras que a Bolsonaro el 43%. Datafhola, por su parte le da un resultado al primero de 53% contra 47% del segundo.

Elecciones entre el Norte y el Sur

El presidente Bolsonaro ha ido reduciendo el margen de distancia con “Lula” Da Silva en las encuestas, pues ha sabido explotar el tema de la corrupción en la que se vieron involucrados varios integrantes del PT y funcionarios del gobierno. El ex presidente también fue encarcelado. Al militar que evoca la dictadura, se le acusa de hacer de la mentira su forma de gobierno pues se le recuerda el pésimo manejo de la pandemia por falta de medicinas que le costó al país casi 700 mil vidas, cuando el presidente minimizaba la letalidad del virus, además de la vasta deforestación que ha sufrido el Amazonas durante su administración.

El candidato de la ultraderecha también apuesta a la presumible recuperación económica, desde la pandemia, de la nación carioca que se refleja en la disminución del desempleo. Jair Bolsonaro ha abierto la llave del gasto público e impulsado programas sociales (campaña electoral disfrazada). Con medidas populistas como la entrega directa de recursos a la población pobre (el programa Auxilio Brasil) intenta quitarle votantes al candidato del Partido de los Trabajadores, cuando en la campaña del 2018 se dedicó a cuestionar los programas asistencialistas del sindicalista.

El popular Luiz Inácio da Silva, por su lado, ha logrado la alianza de otros aspirantes que quedaron muy abajo en las elecciones del 2 de octubre: Simone Tebet, de centro derecha, quien quedó en tercer lugar con el 4.17% de los votos; y del socialista Ciro Gomes, ubicado en el cuarto sitio, con el 3.05% de los sufragios. Sectores empresariales y grupos evangelistas le han expresado su apoyo. El tema religioso es uno más importantes en los que Bolsonaro tiene fincadas sus esperanzas de triunfo, lo mismo que en sus bases tradicionales de supremacistas que apoyan su narrativa ultra derechista.

Como resultado de los comicios del 2 de octubre, el mapa electoral de Brasil se configuró de la siguiente forma: el Nordeste del país sigue siendo bastión del Partido de los Trabajadores, y donde se concentran la mayoría de los estados: y el Norte, donde se ubica Amazonas el estado más grande del país, pero también son las regiones más pobres, según datos de la BBC News Mundo.

El Sur y Sudeste fueron las zonas en donde el candidato del derechista Partido Liberal, Jair Bolsonaro se impuso a su contendiente laborista. Es la región más rica pero considerada la más conservadora y la que le dio su voto al presidente en la elección en el 2018. Ahí se concentran los estados de Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, los más poblados.

“Lula” Da Silva favorito, pero no subestimen a Bolsonaro

Este domingo Brasil tendrá elecciones muy complicadas, las más disputadas desde su regreso a la democracia a finales de los años 80. Las encuestas tienen su importancia para los protagonistas y los electores, sin embargo, sus resultados han estado lejos de la realidad, han fallado.

“Lula”, de 76 años, está de regreso, después de los 580 días de estar en la cárcel quiere demostrar que su resiliencia electoral le puede alcanzar para hacer la hazaña y en su sexto intento por lograr la presidencia (sería la tercera ocasión) reivindicarse ante su pueblo y no repetir los mismos errores del pasado.

Enfrente tiene a un opositor que a pesar de ser un político divisivo ha podido sumar fuerzas a su proyecto conservador, por lo que no es recomendable subestimarlo. Le viene pisando peligrosamente los talones a su rival que terminó su presidencia con un 82% de popularidad.

Bolsonaro ha puesto en tela de juicio a los órganos electorales de la democracia más grande de Latinoamérica, el voto electrónico en concreto, y generado polémica pues se piensa que en un ambiente desfavorable ni él ni sus bases reconocerían los resultados, máxime que rompió la tendencia de los sondeos de intención del voto en la primera vuelta.

La moneda está en el aire. El izquierdista Inácio “Lula” da Silva es el favorito, pero no soslayen la fuerza del ultraderechista Jair Bolsonaro. Sin embargo, quien gané el voto de los indecisos tendrá asegurado el triunfo.