Política Global

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  • Estrategia electoral el combate a la pobreza, reconoce AMLO
  • No habrá cambios en la  política de la 4-T en el 2023

Juan Barrera Barrera

Qué se espera del gobierno de la Cuarta Transformación para este año que empieza. Realmente no se puede esperar una variación importante en su estrategia política, ni en política económica, mucho menos cambios en la lucha contra las organizaciones criminales. Andrés Manuel López Obrador está más que convencido de su proyecto y lo defenderá segundo a segundo hasta el último día de su gobierno.

Desde asumió el poder AMLO empezó a sentar las bases no sólo para el cambio de gobierno, sino que fue más a fondo con el desmantelamiento de las viejas estructuras de los regímenes que le precedieron. Ha ido a una velocidad que desconcertó a sus opositores y los ha dejado muy atrás, pues quedaron prácticamente desarmados en el discurso y en la capacidad de movilización para oponerse y competir con un todo terreno en la arena política.

AMLO ha sido muy cuestionado por la distribución de los recursos a las clases populares, no obstante su política social ha sido muy exitosa y le ha redituado un alto apoyo popular. El mandatario inicia su quinta año de gobierno con una alta popularidad en las encuestas de opinión a pesar de sus errores, como su intención de imponer a Yazmín Esquivel Mossa como presidenta de la Suprema Corte de Justicia.

AMLO seguirá con la misma estrategia de confrontación

En estos dos últimos años que le quedan al frente de la administración el Presidente se dedicará a continuar con la cimentación de las bases de ese cambio de régimen y al mismo tiempo asegurar, desde el legislativo, que los cambios estructurales sean irreversibles o casi; dejar el proyecto de nación  de la 4-T avanzado para que su sucesor o sucesora lo pueda culminar sin mayores dificultades.

Para ese propósito igualmente se está dando a la tarea de controlar el proceso de sucesión, sin embargo, este punto aún es muy incierto por el descontento que ha provocado su predilección por la figura de Claudia Sheinbaum. Sus excesos y actitudes que pudieran ser consideradas como autoritarias o impositivas por alguno de los jugadores de su partido podrían desequilibrar el momento sucesorio.

El político tabasqueño continuará con el apoyo irrestricto a los sectores más pobres del país, pues son la piedra angular de su política social y porque fueron las masas desposeídas quienes lo encumbraron en el poder, por eso su frase ampliamente difundida de que “Amor con amor se paga”, o “Por el bien de México, primero los pobres”. Esa es su base clientelar que en otros tiempos no pudieron retener y cultivar los gobiernos priístas.

El régimen creado por el Partido Revolucionario Institucional durante las ocho décadas que estuvo en el poder igualmente creó una base clientelar que con el tiempo lo convirtieron en votos cautivos a cambio de dádivas como despensas, materiales de construcción, etcétera, que esas personas solamente recibían en tiempos de campañas electorales.

Los pobres los mejores clientes de los partidos

En su conferencia matutina del miércoles el Presidente hizo una declaración que no debe pasarse por alto por el impacto político que encierra cuando afirmó: “Ayudando a los pobres va uno a la segura, porque ya sabe que cuando se necesite defender, en este caso la transformación, se cuenta con el apoyo de ellos”, afirmó. “No así los sectores de clase media, ni con los de arriba, ni con los medios, ni con la intelectualidad. Entonces, no es un asunto personal, es un asunto de estrategia política”.

O el presidente emitió estas palabras con un cálculo político o se le barrió como se dice coloquialmente. El asunto es que por su declaración ya empieza a recibir duros cuestionamientos en las redes sociales y en los medios tradicionales. Con su dicho, le dio armas a sus críticos para poner en tela de juicio que el combate a la pobreza del gobierno federal no sea serio, sino solo un medio que López Obrador está utilizando de forma perversa con fines estrictamente electorales y no para disminuir la pobreza en nuestro país.

Así como lo dijo el presidente López Obrador da pie a pensar que su política social es una fachada que tiene por único objetivo el seguir cimentando una base social clientelar con capacidad de movilización y respaldo a los candidatos a cargos de elección popular propuestos por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en cada elección, sobre todo en la de 2024.

Si vemos el tema en retrospectiva, los pobres siempre han sido un botín político. En los regímenes priístas se decía que un pobre representaba un voto, por eso no había un interés real por terminar con la pobreza o por lo menos disminuirla. Los programas destinados a esos sectores siempre fueron, han sido, limitados y en muchas ocasiones los recursos eran desviados para campañas políticas y para los bolsillos de políticos inescrupulosos (“la estafa maestra”, por ejemplo). Los pobres siempre han estado presentes en los discursos ideológicos, hasta en los partidos de derecha, el PAN no es la excepción.

López Orador dio tema nuevamente para seguir con la confrontación. Sus palabras sobre los pobres, empero, no causarán sobresaltos en esa base social que lo sigue apoyando sin restricciones, diga lo que diga y como lo diga. Lamentablemente no hay partido político que no utilice a los pobres para fines eminentemente electorales. Sin embargo, a ningún gobierno le conviene tener un alto índice de pobreza por razones elementales de estabilidad social.

Al gobierno de la Cuarta Transformación se le reconoce el éxito que ha tenido su política social en cuanto a que ha servido de dique de contención de la conflictividad social, a pesar de la crispación política que genera su narrativa rijosa, confrontativa y divisiva.

El combate a la pobreza no es un tema cualquiera. Se requieren de muchos recursos humanos y materiales. Para disminuir esa brecha y alcanzar la justicia social es necesaria la participación de la sociedad, del sector privado y hasta de la Iglesia. El Estado hace su parte, pero por sí sólo poco se podrá avanzar para mejorar el bienestar, La pandemia nos trajo muchos retrocesos y se tienen que redoblar y triplicar esfuerzos, pero coordinados, serios, con responsabilidad. Sí, seguramente es mucho pedir.