- En riesgo la Alianza “Va por México”
- Carece oposición de prospectos populares
Juan Barrera Barrera
Desde que fue relanzada la alianza opositora “Va por México” dejo entrever sus contradicciones porque no fue un acuerdo tripartito entre el PAN, PRI y PRD. Los dos partidos más fuertes literalmente se “agandallaron” y dejaron prácticamente fuera del reparto de las candidaturas a la organización más débil.
Hay enojo en la dirigencia del disminuido PRD. En reciente entrevista para el periódico español El País su dirigente Jesús Zambrano ratificó su inconformidad. Habló fuerte y hasta amenazó con abandonar su partido la coalición en caso de que no tomen en cuenta sus desacuerdos con la distribución de los cargos de elección popular.
El PAN condicionó Alianza
Recordó que el dirigente nacional del PAN, Marko Cortés, le propuso como condición para ir en alianza este año que le dieran las candidaturas en el 2024 (la presidencial y la de la Ciudad de México), lo que rechazó por considerar que “así no se construyen las alianzas”.
Para Zambrano Grijalva cada partido, en ejercicio de su autonomía interna, puede resolver lo que quieran, pero en el PRD, según él, tienen una posición de que la sociedad civil sea la depositaria del proceso de selección de las candidaturas y de su conducción.
La coalición opositora quedó mal herida con la traición del dirigente del PRI, Alejandro Moreno, cuando su partido decidió apoyar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador en la votación a favor de que las Fuerzas Armadas continuaran apoyando las labores de la Guardia Nacional hasta el 2028, dejando con un palmo de narices a sus socios.
Después de unos meses de pausa aliancista nuevamente las tres fuerzas políticas se volvieron a sentar para hacerle frente a la iniciativa de reforma electoral del Presidente. Todo parecía que la coalición revivía después de aquella marcha impresionante en defensa del INE del 13 de noviembre.
De hecho “acordaron” caminar juntos para oponerse al llamado “Plan B” que pretende reformar algunos artículos constitucionales, como respuesta de Morena al rechazo sufrido en el Congreso, específicamente en votar en bloque en la designación de los nuevos consejeros electores que serán remplazados en abril, entre ellos el presidente consejero, Lorenzo Córdova.
Falta de confianza hacia “Alito” Moreno
Pero en este tema hay obstáculos. El principal de ellos es la falta de confianza hacia el partido tricolor, de tal forma que el panista Cortés Mendoza le exigió “garantías” a Moreno Cárdenas a que se comprometerá a actuar en bloque cuando se discuta ese tema y asegurar que no repetirá, de última hora, la misma historia de ceder a presiones del gobierno federal.
En la alianza opositora las cosas no son ni van también como las difunden sus dirigentes. El riesgo de ruptura es real. Mucho de su éxito dependerá del método para seleccionar al candidato (a) a la presidencia de la República y también del perfil del abanderado. Como será el PAN el responsable de organizar el proceso para seleccionar al abanderado es lo primero que deberá hacer y que sea respaldado por las otras dos fuerzas políticas. Voces desde el priísmo han propuesto una elección primaria, otros el método de la encuesta y unos más que sea la sociedad organizada la encargada de esa tarea.
En lo que habrán de trabajar concienzudamente es en perfil de quien deberá abanderar a la Alianza y que tenga el aval de los tres partidos. La oposición es optimista y piensa que se le puede ganar a Morena. Pero de acuerdo a las encuestas el partido oficial les lleva ventaja en la intención del voto y, a diferencia del partido guinda, “Va por México” no cuenta con aspirantes fuertes y populares que le puedan dar la pelea a un partido todo terreno.