Política Global

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  • Cumbre para la paz chino-rusa o antiestadounidense
  • Un nuevo orden mundial alternativo a occidente
  • China, a pesar de todo, es factor real de mediación

Juan Barrera Barrera

La reciente visita del líder chino a Rusia los tres primeros días de la semana, era esperada en el ámbito internacional con muchas expectativas porque Xi Jinping y Vladimir Putin hablarían de la propuesta de paz del gobierno de Pekín para terminar la devastadora guerra ruso-ucraniana que ha entrado en su segundo año.

El presidente de la segunda economía mundial en las últimas semanas se anunciaba como el principal mediador para la paz entre las partes en conflicto. Sn embargo, a decir de los resultados, el encuentro, celebrado en Moscú, sólo fue el pretexto para reafirmar las relaciones de amistad “sin límites” China-Rusia para enfrentar a un enemigo común: Estados Unidos, a través del eje Pekín-Moscú.

El objetivo geoestratégico antiestadounidense se basa en la idea de un nuevo orden internacional en el que Putin y Xi sean reconocidos como verdaderas potencias globales. La declaración de Xi antes de dejar Moscú no deja lugar a dudas: “nuestro mundo se enfrenta a desafíos de seguridad tradicionales y no tradicionales complejos y entrelazados, actos dañinos de hegemonía, dominación e intimidación”.

Un nuevo orden internacional alternativo al de EU

Después de la visita de Estado (en once año ambos líderes se han reunido en 40 ocasiones, esa es la dimensión de los lazos) la declaración central se resume en cómo las dos naciones profundizarían sus relación bilateral y un escenario para exponer su idea de cómo construir un nuevo orden mundial que le haga contrapeso al modelo que lidera Estados Unidos y sus aliados europeos.

No hubo avances sobre la paz en Ucrania. La respuesta de Moscú a la propuesta china de 12 puntos sobre una “solución política” al conflicto tiene como base el alto al fuego y conversaciones de paz, pero no el retiro de las tropas rusas del territorio invadido, mientras que la propuesta ucraniana si lo contempla y su rechazo a ceder soberanía que se contrapone a la posición rusa.

Era natural que el gobierno de Washington rechazara el plan de paz de Pekín, porque sostienen que es una iniciativa que busca minar la hegemonía geopolítica estadounidense. Aunque Vladimir Putin dijo que muchas de las disposición del documento” para un acuerdo pacífico de Ucrania”, podrían tomarse como base, cuando occidente y

Kiev estén preparados para ello

Es evidente que Rusia necesita más en estos momentos de China y la visita del mandatario Xi representa un gran aliento diplomático para Putin que se encuentra totalmente aislado internacionalmente y con una orden de aprehensión de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra (deportar niños ucranianos a Rusia).
Estados Unidos teme que a través de esta alianza China tome la decisión no deseada de suministrar armas letales a Rusia, acción que complicaría el escenario bélico si se expande fuera de sus fronteras e involucra automáticamente a otros países.

Cuando se realizaba la cumbre entre Xi Jinping y Vladimir Putin, Londres anunciaba la entrega de municiones de uranio no enriquecido al gobierno de Volodimir Zelensky, y La Casa Blanca desplegaba los sistemas de defensa antimisiles Patriot en territorio ucraniano, en parte para disuadir cualquier intentona china y reafirmar su decidido apoyo a Zelensky.

El financiamiento del gobierno de Joe Biden y sus alados de la OTAN a Ucrania es parte de su estrategia de no darle tregua al invasor en momentos en que consideran que se le agotan los recursos tanto en efectivos militares como en recursos económicos para sostener una guerra prolongada.

La confrontación comercial diplomática entre China y Estados Unidos es un tema que los mantendrá conflictuados por un buen tiempo, pero si Pekín decide involucrarse directamente en el conflicto armado apoyando al régimen autocrático ruso con recursos monetarios y militares en un esfuerzo por salvar de una derrota estrepitosa y deshonrosa a Putin, vendrán sanciones económicas y comerciales del gobierno de Biden y de los países europeos, cuando China pretende recuperar sus índices de crecimiento y seguir luchando contra la pandemia del Covid.

¿China mediador de la paz o parte del conflicto?

A pesar de las fricciones, Washington y la OTAN están conscientes que China es el único país que puede persuadir a Putin de dialogar en favor de la paz. Después del encuentro en Moscú, se abre ahora la posibilidad de un diálogo Xi Jinping con Zelensky, quien recibió con satisfacción el plan chino y lo consideró “no malo”, pero “sorprendentemente vago”

El Consejero de Seguridad Nacional de EU, Jake Sullivan, ha dicho que su gobierno ha estado intentando convencer a Xi de que platique con Zelensky y éste con Xi, quien viene de anotarse con mucho éxito en Medio Oriente un acuerdo, como mediador, entre Arabia Saudita e Irán, enemigo de Estados Unidos.

Con ese antecedente diplomático exitoso Xi se abre grandes posibilidades de reconocimiento mundial como el gran pacificador si logra encontrar la fórmula equitativa que tanto Kiev como Moscú no puedan rechazar. Parecería una misión imposible para el líder chino, pero el solo intento de mediación pacificadora que pudiera frenar el derramamiento de sangre en Ucrania le será reconocida por todo mundo.

Su otra alternativa de Xi Jinping, más descabellada, sería meter todo el cuerpo por la salvación de la horna de su par autócrata Vladimir Putin y ver hundido su propio prestigio que le queda.