Política Global

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  • Xóchilt, de pasado trotskista, impone agenda en “Va por México»
  • Santiago Creel, melodramático, también se sube a la ola “izquierdista*
  • Verástegui avanza en la formación de un partido de ultraderecha

Juan Barrera Barrera

La senadora Xóchitl Gálvez Ruiz ha irrumpido en el escenario sucesorio con fuerza considerable. Su inclusión en la lista de aspirantes opositores ha tenido un alto impacto mediático y en el ámbito político. La imagen que ha estado promoviendo la hidalguense (su origen popular y pasado izquierdista) ha llamado fuertemente la atención en las filas de Morena y especialmente en el presidente Andrés Manuel López Obrador que no ha parado de cuestionarla por, afirma, ser la candidata de la oligarquía.

Gálvez Ruiz apareció en los momentos en que la coalición PRI-PAN-PRD estaba desmoralizada por el rechazo que sufrieron en las urnas en los comicios del 4 de junio en el estado de México, aunque ganaron Coahuila. Esa derrota, el inicio de la precampaña de los aspirantes de Morena y aliados del PT y PVEM y la falta de método para seleccionar a su candidato(a) los tenía en la lona, confundidos.

Dice la senadora hidalguense que después de que le cerraron las puertas de Palacio Nacional para ejercer su derecho de réplica, con amparo en mano, en una conferencia mañanera de López Obrador, 50 mil seguidores de organizaciones sociales le expresaron su apoyo, en las redes sociales, para que buscara la candidatura presidencial, cuando ella pensaba en la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.

Xóchitl impone el concepto “izquierdista” en “Va por México”

No es un secreto que los grupos poderosos patrocinan y dirigen a “Va por México”, ahora al Frente Amplio, e impone agenda en los partidos socios PRIPANPRD. Tampoco es un secreto que Claudio X, González es la cabeza del proyecto opositor y por lo tanto es quien está detrás del verdadero sustento de la senadora Gálvez Ruiz.

Se ha dicho que fue escogida por ser de cuna humilde, indígena y que conoce muy bien lo que es vivir en pobreza, y los estrategas opositores descubrieron que ese perfil es perfecto para crear un producto atractivo en el mercado político, arrebatarle la narrativa a Morena y sus aliados de que son los partidos que representan a las enormes masas de pobres, a las clases subalternas, al pueblo.

Xóchitl ha expuesto que en algún momento de su vida de estudiante militó en la izquierda trotskista (la Liga Obrero Marxista, ahora de perfil empresarial). Ese dato, sin embargo, no ha sido un obstáculo para su irrupción en la escena nacional sucesoria. Por el contrario, ha impuesto el concepto “izquierda” a los coaligados. El pragmatismo-conveniencia domina ahora a las ideologías antes encontradas y casi irreconciliables de las formaciones políticas. Es una nueva época.

Las descalificaciones que salen de Palacio Nacional contra la senadora además de innecesarias porque son publicidad gratuita, le ayuda a subir su popularidad a nivel nacional (es un privilegio que un presidente se preocupe y se ocupe de su persona, de ese tamaño es el beneficio).

El fenómeno Xóchitl dividirá a sectores de derecha

Pero habría que reparar en el impacto que causará, ya está causando, el fenómeno Xóchitl Gálvez en los sectores de derecha y ultraderecha de la oposición que seguramente no acaban de digerir la sorpresa y para los grupos empresariales que patrocinan al Frente que una persona con un perfil de “izquierdista” los rebase por la derecha.

La primera en inconformarse con el método fue la senadora Lilly Téllez quien se había posicionado como la mejor evaluada entre los aspirantes de “Va por México”. Sin embargo, su crecimiento en las encuestas en lugar de beneficiar al PAN que la arropó cuando dejo las filas de Morena, le resultó un verdadero problema por sus posiciones ultraderechistas y su afinidad con agrupaciones como Vox español.

Otro personaje de esa misma corriente es el senador veracruzano del PAN Julen Rementeria, quien invitó a ese partido a México para firmar la Carta de Madrid, un documento que pretende combatir “el comunismo” en Latinoamérica, no ha hecho comentario alguno, se entiende que es de inconformidad por el avance de una “izquierdista” en la derecha.

Santiago Creel no se quiere rezagar y también se subió a la ola “izquierdista”. Durante su registro, el miércoles, como aspirante a responsable de construir el Frente Amplio por México no se aguantó nada, ni las lágrimas en su acto melodramático. Se dijo ser de la izquierda del PAN: “Siempre he sido progresista, siempre he estado a la izquierda”, para el asombro de militantes del partido conservador.

El diputado albiazul pidió, imploró, a sus correligionarios que lo apoyaran. No oculta su obsesión por demostrar que es mejor que López Obrador. De actor político pasó a ser actor de telenovelas al estilo de Catalina Creel. Con el énfasis en sus creencias religiosas, el izquierdista Creel Miranda lanzó un claro mensaje al sector más derechista de su partido.

El PAN nunca se ha reconocido como un partido de derecha, a pesar de sus posiciones de ese talante; tiene afinidad y pertenencia con organismos internacionales de ese espectro ideológico como la Democracia Cristiana. Prefiere, es más cómodo, llamarse un partido humanista y al mismo tiempo arropa grupos extremistas como el Yunque.

En marcha la formación de un partido de ultraderecha

Estamos en un escenario riesgoso de política de identidades, de los orígenes como un requisito para poder participar en un proceso de selección de candidatos. A Xóchitl Gálvez se le cuestiona si es real o no su origen indígena y a Claudia Sheinbaum sus raíces judías. Y las contraponen: mientras Xóchitl padecía pobreza, Claudia practicaba gimnasia. Los papeles se invierten.

La figura de la senadora hidalguense está provocando divisiones en el interior de la derecha opositora. Organizaciones religiosas conservadoras han cuestionado a Xóchitl de ser una impostora. El ultraderechista Eduardo Verástegui al PAN por su pasividad y no defender las banderas conservadoras.

El actor y activista de ultraderecha arremetió contra los partidos políticos. En un video cuestionó “lo que está sucediendo en México con los partidos políticos nos produce una gran tristeza con su pan y circo”. Verástegui, ahijado político de Donald Trump, invitó a Lilly Téllez a sumarse a su agrupación Viva México, ya que ambos comparten valores e ideas que podrían fortalecer el movimiento, porque unidos podrán rescatar al país de “la agencia progresista” que han establecido los partidos políticos, de la que ellos difieren.

Está en marcha, pues, la creación del nuevo partido de ultraderecha en México, que estaría financiado por organizaciones internacionales como Vox y organizaciones supremacistas estadounidenses. Es el movimiento mundial que ya se está gestando con fuerza en Estados Unidos y Europa. El escenario político es muy interesante y de aquí a septiembre nos esperan sorpresas, al tiempo.