Política Global

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  • No romperá Marcelo con AMLO, sí con Mario Delgado
  • El ex canciller no abandonará la casa, afuera no hay mejor vida
  • ¿Repetirá Ebrard historia de rupturas?

Juan Barrera Barrera

Marcelo Ebrard no tiene que esperar al 19 de septiembre (fecha significativa para los mexicanos por los desastrosos terremotos que hemos padecido) fecha en que la Comisión Nacional de Honor y Justicia de Morena dé a conocer su veredicto sobre la impugnación que presentó por las presuntas inconsistencias en el proceso interno mediante una encuesta madre y cuatro espejo. El resultado no le será favorable. Lo sabe.

La instancia morenista seguramente desechará la petición formulada por el inconforme y su equipo. Dicha Comisión es parte de toda una nomenklatura partidista que está totalmente inclinada a los designios del presidente, Andrés Manuel López Obrador, por lo que no cambiará los resultados.

No rompería Ebrard con AMLO, sí con Mario

Un político de la talla de Marcelo, con una larga trayectoria política que lo ha llevado a enfrentar vicisitudes políticas de toda naturaleza, no es de los que se chupen el dedo. Luego entonces, por qué la tozudes de echarse a cuestas una pesada apuesta que desde hace dos años la tiene perdida, cuando López Obrador adelantó el destape de Claudia Sheinbaum. Acaso quiso medir el verdadero talante democrático de AMLO, de Morena, de Mario Delgado.

En realidad, los cuestionamientos deberían de estar dirigidos hacia la actitud del mandatario porque siempre asumió una posición parcial y nunca ocultó sus preferencias por la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sin embargo, no quiere romper con AMLO. Ebrard Casaubon ha cuidado con extrema precaución no tocarlo ni con el pétalo de una crítica, al contrario, siempre subraya su lealtad a su persona y liderazgo.

Me parece que cuando la CNHJ explique con lujo de detalle y que acepte que realmente si hubo algunas irregularidades en la interna guinda, pero que no afectan el resultado final como para repetir todo el proceso de levantamiento de las encuestas, es muy posible que el ex canciller termine aceptando su derrota, pero bajo protesta.

Afuera de Morena no hay mejor vida para Ebrard

Mientras tanto Marcelo y su equipo se siguen dando tiempo para decidir cuál es el camino posible a seguir, qué es lo más conveniente políticamente para él y sus seguidores. Lo más sensato es que deponga su confrontación con la dirigencia de Morena y Mario Delgado, y que no abandonen la casa (más vale malo conocido, que bueno por conocer).

Afuera de Morena el futuro se ve más incierto para Marcelo. En el opositor Frente Amplio por México a lo más que puede aspirar es a una candidatura, senaduría o diputación. En el dividido Movimiento Ciudadano, como abanderado solo alcanzaría a evitar la pérdida del registro de ese partido ¿y luego?.

Aunque Claudia Sheinbaum, así como la dirigencia de Morena y el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, siguen abriendo las puertas del movimiento para el ex canciller para que se quede, la ex jefa de Gobierno de la CDMX desearía que Marcelo se fuera porque le sería un opositor interno muy incómodo para su gobierno, a menos que negocie posiciones relevantes, sino para él si para su equipo y sigan incidiendo la democratización de la vida interna de Morena. Pero una ruptura si lesionaría seriamente al movimiento.

Pero mientras eso sucede el partido empieza a cooptar algunos cuadros marcelistas importantes. El miércoles la gobernadora del estado de México, Delfina Gómez, dio a conocer a su equipo de colaboradores que la acompañará en el primer gobierno de la alternancia, en el cual figura nada menos que Daniel Sibaja como secretario de Movilidad, quien actuó como su representante durante todo el proceso interno, aunque el diputado pertenece al Partido Verde.

¿Repetirá Ebrard historia de rupturas?

Ebrard Casaubon luego de mandar un ultimátum a su partido en caso de que la dirigencia y sus órganos internos concluyan que no hubo irregularidades denunciadas y detalladas en el recurso de queja, “entonces sí ya la decisión de su servidor sería no seguir participando”, anunció que el 18 de octubre formalizará la formación de un “Movimiento Progresista” e iniciará un recorrido por el país para reencontrarse con quienes participaron en sus aspiraciones.

Esa podría ser la decisión más razonable de Ebrard, una agrupación política nacional o una corriente de opinión dentro de Morena, algo así como aquella Corriente Democrática que formaron Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez de Navarrete, entre otros, en 1987 en el PRI para exigir que se democratizarán los métodos para la selección de candidato a la presidencia de la República. La intolerancia hacia ese movimiento terminó en una de las mayores rupturas de la historia del partido tricolor.

Años después (1993) el otrora partido casi invencible volvió a sufrir otro resquebrajamiento interno, del cual Marcelo Ebrard fue protagonista central junto con su jefe político, el talentoso Manuel Camacho Solís.

¿Volverá el ex canciller a repetir esa historia?