Juan Barrera Barrera
El déficit en derechos humanos ha sido una constante durante el sexenio que está por terminar. En este espacio se ha destacado información de los organismos defensores de los derechos humanos nacionales e internacionales sobre la grave situación en este tema tan sensible en un escenario de violencia e impunidad como el que vive México.
El 22 de febrero Amnistía Internacional México, dio a conocer su informe anual correspondiente a 2017, en el que sostiene de forma contundente que la promesa de un México en paz se desmorona hacia el final del sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, con cifras inéditas de violencia.
“En el capítulo sobre México nuestro informe exhibe la incapacidad del gobierno de Enrique Peña Nieto para garantizar la seguridad de la población y revertir la grave crisis de derechos humanos”, aseguró Tania Reneaum, directora ejecutiva del organismo en México.
El informe destaca que en 2017 en México hubo 46 mil 750 homicidios, de los cuales 29 mil 168 corresponden a homicidios dolosos y el resto a culposos. Pero la cifra podría ser más alta, ya que algunos crímenes no se denunciaron a la policía y no todos los que se denunciaron derivaron en medidas oficiales.
Graves violaciones a los derechos humanos continúan ocurriendo de forma rutinaria, existen muy pocos avances para combatir la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas, y las personas responsables de estos crímenes rara vez son llevadas a juicio, lo que envía un mensaje claro de que estos actos son tolerados, abundó la defensora de los derechos humanos.
Particularmente para Amnistía Internacional, la violencia de género sigue siendo una realidad cotidiana, pues ha afectado a dos tercios de las mujeres al menos una vez en su vida. La organización cuestiona que la desigualdad económica arraigada sea una causa fundamental de injusticias estructurales.
Gobierno sordo
Ante este panorama desolador de violación a los derechos humanos, movimientos de víctimas han exigido sus derechos y en 2017 obtuvieron importantes victorias como las leyes generales sobre tortura y desaparición. “La gente exige sus derechos humanos y ahora corresponde al gobierno mostrar que está escuchando”.
Sin embargo, para Tania Reneaum, en 2017 el presidente Peña Nieto y el Legislativo no escucharon a los organismos defensores de derechos humanos, a las academias y a los investigadores, ya que el diálogo lo convirtieron en una simple toma de nota.
A 40 años de la Ley Universal de los Derechos Humanos, la fotografía es impunidad y violencia. En 2017 México registró nuevos máximos en homicidios. A pesar de que se cuenta con dos nuevos marcos jurídicos: ley contra desapariciones forzadas y tortura, permanece la fotografía de las dualidades: impunidad y violencia, recordó la directora de Amnistía Internacional capítulo México.
De acuerdo con el Índice Global de Impunidad (IGI) 2017 elaborado por la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP), difundido el año pasado, México ocupa el primer lugar en impunidad en el Continente Americano y cuarto de un total de 69 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas.
Publicidad para maquillar la realidad
Amnistía Internacional aseguró que frente a la gravedad de la situación la sociedad está dispuesta a colaborar con el Estado mexicano para buscar soluciones, pero primero debe estar dispuesto a reconocer la crisis de los derechos humanos y crear instituciones confiables y transparentes.
James Cavallaro, ex presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, por su parte, cuestionó la negativa del presidente Peña Nieto a reconocer que México vive una grave crisis en materia de derechos humanos, a pesar de que la realidad lo contradice. El gobierno de EPN, en cambio, dijo, ha gastado dos mil millones de dólares en publicidad para promover una imagen falsa.
“No se puede hacer una política coherente para superar la crisis, cuando no se han hecho los cambios difíciles para poder vivir en paz, pues se ha preferido seguir una política que busca maquillar la realidad”, sostuvo el estadounidense.
Amnistía Internacional lamenta que el tema de la defensa de los derechos humanos no esté en la agenda de prioridades de los tres candidatos a la presidencia de la República.
Hemos visto que hasta ahora las campañas sucias en el proceso electoral han predominado en el escenario político con el objetivo de ir eliminando a los contrincantes.