Política Global

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  • Apresurada visita de Kushner a Peña Nieto
  • Donald Trump condiciona a México TLCAN
  • Videgaray, aferrado a encuentro EPN-Trump

Juan Barrera Barrera

En un viaje relámpago e inesperado, el miércoles estuvo el primer yerno de Estados Unbidos, Jared Kushner , para una reunión en Los Pinos, con una parada previa en la cancillería quien lo distinguió como “Asesor Senior” del presidente Donald Trump, pero se le dio el trato de un alto funcionario de la potencia.

La secretaría de Relaciones Exteriores informó que durante las reuniones, Jared Kushner transmitió el mensaje del Presidente Trump sobre la importancia de seguir avanzando en las iniciativas conjuntas. Ambos países acordaron trabajar para lograr acuerdos benéficos para ambas naciones.
 
Llama la atención que Trump haya enviado como emisario personal a Kushner cuando a finales de febrero la Casa Blanca le había retirado su confianza al negarle acceso a información clasificada, debido a que es una persona inexperta, manipulable, como ha trascendido, condición de la cual varios gobiernos, entre ellos el de México, habrían sacado ventaja.

La entrevista Peña Nieto-Kushner viene precedida de un frustrado encuentro entre Peña Nieto-Donald Trump, negociada como las anteriores por Luis Videgaray y Kushner, aprovechando su cercanía con éste. El viaje a Washington se canceló, para fortuna de EPN pues corría el riesgo de volver a ser humillado por su homologo, por una conversación nada amigable entre los dos mandatarios por el asunto del muro fronterizo y el encuentro programado se postergó, como lo publicó el diario The Washington Post.

La intempestiva visita de Kushner a Los Pinos, criticada y rechazada ampliamente por varios sectores nacionales, tiene como contexto otra iniciativa de ataques de Trump contra México, quien acusó al gobierno de no hacer bien su trabajo en materia de inmigración y tráfico de drogas. La respuesta de Videgaray fue muy tibia y no tuvo repercusión alguna.

Trump: renegociación o aranceles

Pero acaso, el misil más potente de la Casa Blanca fue el anuncio del inicio de la guerra comercial decretada por Trump, alardeando de poderío superior para salir triunfante: el impuesto arancelario del 25% al acero y 10% al aluminio, que afectaría también a México y Canadá, lo que provocó la renuncia de su principal asesor económico, Gary Cohn y dividiendo aún más a la desastrosa Casa Blanca.

Sin embargo, tal vez el mensaje que traía el “Asesor Senior” a Peña Nieto, la Casa Blanca, a través del ultraderechista Peter Navarro, ya lo anunciaba ese mismo día: que por el momento no habrá imposición inmediata de aranceles para Canadá y México (por lo menos en 30 días) “porque será una gran oportunidad para renegociar un gran acuerdo comercial para Estados Unidos”.

“Nuestros buenos amigos del norte y del sur de nuestra frontera, Canadá y México, van a tener una oportunidad de negociar un acuerdo justo para el TLCAN, el cual sería un gran bonus para lo que el presidente Donald Trump está haciendo. Si ellos lo logran no tendrán los aranceles”, dijo el director del Consejo Nacional de Comercio de la Casa Blanca, quien tendrá un papel más protagónico en la administración Trump con la renuncia del moderado Cohn.

El mensaje-amenaza de Donald Trump no contiene nada nuevo, refuerza lo anteriormente dicho: la excepción arancelaria está condicionada a que México y Canadá acepten las imposiciones comerciales de Estados Unidos para la firma de un nuevo acuerdo comercial, de lo contrario deberán prepararse para sufrir las consecuencias de la guerra comercial. La firma del acta para imponer los aranceles se firmó ayer jueves por la tarde.

Otra vez surge la pregunta ¿Por qué creerle a Donald Trump, cuando ya sabemos que los mexicanos somos blanco de sus odios, desprecio y humillaciones?

Kushner a la baja; Videgaray aferrado al encuentro

A pesar de que Jared Kushner ha sido relegado en sus funciones por su suegro y atraviesa por su peor momento político, el mandatario estadounidense lo sigue sosteniendo como el encargado de llevar los asuntos bilaterales con México.

Pese de que los encuentros entre EPN-Trump, arreglados por Luis Videgaray y Kushner, han sido un total fracaso (huelga subrayar que la gran mayoría de los mexicanos los ha rechazado), el canciller insiste en sentar en la mesa de negociaciones a ambos mandatarios. El ex secretario de Hacienda ha apostado todo su capital político a su relación personal con el yerno número uno de Estados Unidos, poniendo a México de a pechito para los ataques de Donald Trump.

No tenemos conocimiento de un jefe de la diplomacia mexicana en la era moderna que se haya entregado de lleno y sin rubor alguno a los brazos del jefe de la Casa Blanca, sin esperar ganancia alguna. O tal vez sí: que antes de los comicios presidenciales los mandatarios dialoguen racionalmente y Trump se pronuncie por el candidato oficial y José Antonio Meade suba en las encuestas.