Política Global

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  • Arremete AMLO contra clase media, complica elección morenista
  • No quiere ganar voluntades: reduce poderío electoral a Iztapalapa

Juan Barrera Barrera

El presidente Andrés Manuel López Obrador está terminado su mandato de una forma muy abrupta, políticamente incorrecta dirían sus críticos sistémicos. Está en campaña permanente, ilegal, desde la tribuna más alta de la República: desde Palacio Nacional, a través de sus conferencias matutinas.

Arremete contra todo lo que se mueva. No deja títere sin cabeza: medios de comunicación, Poder Judicial, María Amparo Casar (de la derecha de “Fuerza y Corazón por México”), la UNAM y ahora nuevamente contra la clase media de la Ciudad de México, una reedición de sus agrias críticas que le enderezó luego de los resultados negativos para Morena en los comicios intermedios del 2021.

Disminuye AMLO capacidad de abanderados morenistas

AMLO no sólo hace campaña por su candidata Claudia Sheinbaum Pardo. Al mismo tiempo hace una contra campaña, consciente o inconsciente, que afecta nada menos que a su otra protegida, abanderada a jefa de gobierno de la ciudad capital, Clara Brugada.

No es de extrañarnos el estilo rijoso del presidente. Lo lleva en su ADN desde sus tiempos de militante en el PRI. El tabasqueño no es de los políticos que se andan con medios tonos. Alguien recordará: “La burra no era arisca, la hicieron a palos”.

El tono divisivo contra la clase media, a la que Marcelo Ebrard se proponía o se propone, recuperar, porque es a la que pertenece y también necesita Morena de sus votos, puede perjudicar las aspiraciones de la ex alcaldesa de Iztapalapa. Cuestiona López Obrador que la CDMX se haya derechizado y ahora sea sede de los fifís y separa a Iztapalapa del resto de la Ciudad, la única que no es conservadora.

No es casual que la CDMX albergue a un segmento importante de población clase media y alta. La capital del país es la sede de los poderes federales, es el corazón financiero del país. Es el principal motor económico del país. Es en la capital donde se encuentran las universidades más importantes y representa uno de los centros culturales de calidad mundial.

La ciudad es diversa, dinámica, compleja. La ciudad también es asiento de la mayoría de los medios de comunicación nacionales. AMLO tiene la falsa creencia de que la ciudadanía es fácil presa de la manipulación informática.

AMLO le tiene especial cariño a Iztapalapa, la más poblada con un millón 835 mil 486 habitantes, por los votos que le dieron sus habitantes para ganar la jefatura de gobierno en el año 2000. “Sí, siempre he contado con mucho apoyo, y aquí nacieron todos los programas de Bienestar que se están aplicando en todo el país…”

AMLO no quiere sumar voluntades, ni votos

Su narrativa contra la clase meda citadina es anticlimática en un escenario de campaña complicado y a solo 23 días de los comicios para renovar la jefatura de Gobierno de la CDMX no solo le puede restar votos a Clara Brugada, los candidatos a alcaldes pueden verse seriamente perjudicados por la verborrea presidencial. Los votos están en los territorios de las alcaldías.

A menos que a López Obrador no le interese otra elección más que “la joya de la corona”. En ese sentido, el jefe máximo de Morena no incentiva las campañas ni para alcaldes, ni para otros cargos de elección popular. Se ha convertido en el principal opositor de Morena en la CDMX. Solo le interesa no perder Iztapalapa, la más poblada. Acaso la considera más que a las otras porque ahí sí hay pobres, no fifís.

AMLO no quiere ganar voluntades para sus candidatos a cargos de elección popular, un error que después se podría lamentar y no habrá reclamo que valga contra ese sector social. Pero el tema no es AMLO, porque él no es candidato. Con su retórica el mandatario les complica las campañas a los representantes a las alcaldías que hacen esfuerzos extraordinarios porque enfrentan una campaña complicada.

La izquierda, el PRD primero y ahora su sucesora Morena, llevan 27 años gobernando la” joya de la corona” ahora enfrentan un escenario de riesgo ante una oposición (PRI-PAN-PRD) que ha mostrado músculo y está crecida por la cercanía con la puntera Brugada Molina de la alianza “Sigamos haciendo historia”. En la reciente encuesta del diario El Financiero, publicada el 19 de abril, la abanderada oficialista capta 42 por ciento de la intención del voto, mientras que Santiago Taboada suma 37 por ciento.