- El Poder Judicial actúa como partido político
- Norma Piña la nueva marioneta de los poderes fácticos
- La desestabilización del país, el objetivo
Juan Barrera Barrera
La disputa por la nación se ha circunscrito en estos momentos en el terreno de la reforma judicial. Las posiciones están muy polarizadas, muy enconadas. Morena, el partido gobernante, y sus socios el Partido Verde y el PT, se han convertido en una mayoría más que aplastante en la Cámara de Diputados ante una oposición muy raquítica y sin fuerza alguna.
La verdadera oposición política al oficialismo es la cúpula del Poder Judicial, esto es: los ministros y magistrados, con una pequeña ayuda de un X. Las formas del presidente Andrés Manuel López Obrador para proponer y publicitar su iniciativa de reforma, ha sido muy áspera, algunos se quejan de rudeza innecesaria.
La mayoría (ocho) de los ministros, especialmente los reflectores están puestos en la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña Hernández, son las verdaderas cabezas políticas opositoras a las reformas presidenciales. Son el verdadero grupo la de resistencia y no el PAN, algo inédito en la historia moderna de nuestro país.
El nuevo Partido del Poder Judicial
Norma Piña y sus dirigidos se han montado en el movimiento de rechazo a la reforma estructural del poder judicial que mantienen paralizado a ese sector los trabajadores y empleados. El conflicto entre los poderes, el Poder Judicial contra el Ejecutivo y el Legislativo ha generado diversas reacciones tanto de la oligarquía mediática, empresarial y financiera, el sector universitario, líderes de opinión y economistas.
La discusión del paquete de reformas del representante del Ejecutivo, concretamente la estructural que sostiene los cimientos del poder judicial, ha derivado en un conflicto político en el cual la posibilidad de diálogo ha sido rebasada. Cuando se iniciaban los trabajos para su aprobación o rechazo en la Cámara de Diputados algunos jueces interpusieron amparos para detener el trámite cameral.
A cuatro jueces federales se les concedió la suspensión provisional, el 31 de agosto, en el que la jueza ordenó detener la aprobación del dictamen de la reforma judicial que ya fue turnada al Senado luego de ser resuelta en la Cámara de Diputados. Aunado a esto, la jueza Martha Magaña López, del Quinto Distrito de Cuernavaca, concedió la suspensión definitiva, con lo que se pretendió detener la aprobación del dictamen de la reforma judicial que ya fue turnada al Senado para ser analizada en comisiones a partir del domingo. El Judicial actúa como partido político.
Piña, punta de lanza de la resistencia derechista
El Poder Judicial intenta a toda costa impedir el trabajo de otro Poder, del Legislativo, así sea por medios inconstitucionales. Es un momento inédito en la historia del país, como inédito es el encontronazo entre los Poderes en los que se sostiene el sistema político mexicano. De escalar la radicalización de las posiciones de los protagonistas centrales de este episodio, podríamos estar en el umbral de una crisis constitucional, de acuerdo con especialistas en el tema.
No habrá tregua entre las partes en conflicto. Ante el intento desesperado de Norma Piña y compañía por detener el avance de la División Panzer de la C-T por hacer realidad el Plan-C, los estrategas de Morena no descartan juicio político contra los ministros que se fueron a paro de labores, por “la defensa de sus derechos”, dejando un tiradero de casos por resolver.
Norma Piña se ha convertido en la nueva punta de lanza de la resistencia derechista ahora que Xóchitl Gálvez ha sido, sino totalmente olvidada por lo menos ya no es parte importante del círculo predilecto de la oligarquía empresarial (lo que ya no les sirve, lo desechan y fabrican otro producto).
Los poderes fácticos intentan desestabilizar al país
Este jueves la ministra volvió a la carga contra el espíritu reformista del presidente López Obrador, al iniciar dos consultas para saber si está facultada, como presidenta de la SCJN, para frenar la aprobación de la reforma judicial. Lo anterior por una solicitud presentada por la Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial Federal (Judef), que considera que la propuesta de ley de AMLO es inconstitucional y viola el principio de independencia judicial.
A tres días de iniciar la discusión de la reforma judicial en el Senado, el Poder Judicial de facto determina que suspende momentáneamente el paro para atender temas de interés personal de los magistrados y jueces, que se sirven de las leyes para sus intereses políticos (el buen juez por su casa empieza) en un acto sin precedente en México.
Para el gobierno de la 4-T no pueden suspender el proceso legislativo de la reforma mientras se discute en el Congreso, pero en el Judicial no tiene claro si pueden suspender el proceso. Un tema de alta responsabilidad que mete más presión a la olla. ¿Se echará ese trompo a la uña Norma Piña?
Las reformas de López Obrador avanzan en medio de las presiones internas, protestas laborales, de los mercados financieros y de los Estados Unidos. Es una fuerte presión para la nueva presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno. Más nos vale que la reforma sirva para mejorar el sistema de justicia. Hay confianza en demasía en el oficialismo de que así será y no un mero capricho de AMLO, mientras que en la oposición y poderes facticos existe una preocupación exagerada, a veces por consigna para desestabilizar al país.