- Cambios geoestratégicos de Trump ponen en jaque el equilibrio mundial
- Zelensky cede ante Trump; Europa quiere evitar acuerdo de paz entre Rusia y Estados Unidos
- Liderazgos fuertes requiere Europa en momentos históricos cruciales
Juan Barrera Barrera
Con el inicio de la segunda era del gobierno de Donald Trump en la Casa Blanca, se ha iniciado el alejamiento con la vieja Europa y sus líderes, con excepción de aquellos que comulgan con su ideología de ultraderecha, en cambio ha comenzado a normalizar sus relaciones con su par ruso Vladimir Putin.
La reunión bilateral entre Washington y Moscú para poner fin al conflicto ucraniano, que está por cumplir tres años este 24 de febrero, a espaldas de Volodimir Zelensky, el magnate neoyorquino ha marcado ya la distancia con sus antiguos aliados y su alineamiento con el Kremlin.
Trump y Putin van por reparto de Ucrania
Con la idea colonialista de volver a “Hacer grande a América” porque las demás naciones se han aprovechado comercialmente de Estados Unidos, Trump demuestra músculo geopolítico e impone agenda de un modelo unipolar cuando no encuentra contrapesos reales, salvo China, y ante una Europa debilitada y dependiente de la potencia en materia de seguridad.
La realidad es que el tsunami llamado Trump ha despertado a los aliados europeos de su letargo en seguridad geopolítica que representa un cambio en la relación de Estados Unidos con Ucrania y el acercamiento del presidente estadounidense con el gobierno del Kremlin.
Trump dice que quiere terminar la guerra entre Rusia y Ucrania, dijo que la terminaría en 24 horas, ya cumplió un mes en el poder y las armas siguen activas. Su estrategia ya la impuso en el terreno: acordar un acuerdo de paz con Rusia, sin la participación de Kiev ni de los países europeos. La reunión de los enviados de Trump con Moscú, el martes en Riad, no deja lugar a dudas: repartirse el territorio ucraniano que es muy rico en tierras raras. Washington quieren cobrarle a Zelensky los apoyos de guerra y evitar que los minerales sean aprovechados por China o la Unión Europea.
Ha sido una semana intensa en movimientos diplomáticos al más alto nivel, como nunca visto en décadas. El lunes y miércoles dos encuentros entre los países europeos en París, motivados por su exclusión en la reunión entre el equipo de diplomáticos estadounidenses y rusos en Riad, capital de Arabia Saudí, el martes, encabezados por el secretario de Estado Marco Rubio y el ministro de Relaciones Exteriores Sergéi Lavrov, el primer encuentro entre las potencias desde la invasión de Ucrania.
El alejamiento de Trump pone en alerta a europeos sobre seguridad
Esos encuentros tuvieron como telón de fondo la Conferencia de Seguridad de Múnich, en donde Estados Unidos y Europa evidenciaron sus diferencias sobre el conflicto armado en Ucrania y sobre los temas de seguridad para la región europea. Entre los europeos igualmente priva la división por la propuesta de desplegar 30 mil efectivos para el mantenimiento de la paz en territorio ucraniano, pero es un asunto que no han consensado todavía con el gobierno de Kiev.
Lo cuestionable de los líderes europeos, ahora lo reconocen, es que no han hecho lo suficiente en materia de seguridad regional, no han incrementado el gasto y las capacidades de defensa. La presidenta de la Unión Europea, Ursula Von der Leyen, así lo reconoció el lunes: “La seguridad europea se encuentra en un punto de inflexión” y añadió “Esto es sobre Ucrania, pero también sobre nosotros. Necesitamos una mentalidad de urgencia y un aumento de la defensa. Y lo necesitamos ahora”.
El protector americano se cansó de financiar la seguridad europea y decidió trasladarse al lado del enemigo occidental. Está en marcha el alejamiento de una relación histórica entre Estados Unidos con Europa, Trump que se ha convertido en un socio agresivo comercialmente hablando y ahora pone en jaque el equilibrio de poderes geopolítico.
El primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, reconoce el nuevo escenario geopolítico: “Ha llegado el momento de asumir la responsabilidad, por nuestra propia seguridad y la seguridad del continente”. También les quedó claro a los estadistas europeos y eso es lo relevante, que apoyan la idea de “Nada sobre Ucrania sin Ucrania”.
El tiempo apremia para los aliados europeos ante el avance en las pláticas entre Washington y Moscú que están tejiendo una hoja de ruta para la paz de acuerdo con sus intereses geoestratégicos sin la participación de la Unión Europea, Gran Bretaña y Turquía y sin el concurso de éstos no habrá negociaciones que valgan para alcanzar una paz verdadera y duradera. Es la hora de que los líderes europeos estén a la altura de las circunstancias de esta etapa de la historia.
Zelensky cede a exigencias de Trump
Como respuesta a su exclusión de la reunión del martes en Riad entre los gobiernos de Washington y Rusia, Volodimir Zelensky radicalizo su posición y decidido no asistir a un encuentro ese mismo día en Riad previsto con el jefe de la diplomacia estadunidense, Marco Rubio. El líder ucraniano había afirmado que Donald Trump vivía en un “espacio de desinformación”, creado por Rusia.
La respuesta de Trump y su asesor Elon Musk, fue brutal. Ambos desconocieron la legitimidad del mandatario ucraniano al calificarlo de dictador y lo culparon de la guerra en Ucrania. Todo esto tensó las relaciones entre Washington y Kiev. Sin embargo, en la reunión entre Zelensky y el enviado especial de Washington, Keith Kellogg, los escenarios cambiaron diametralmente.
El encuentro celebrado en Kiev trascendió que el mandatario ucraniano está dispuesto a “alcanzar un acuerdo sólido y verdaderamente beneficioso” con su homólogo estadounidense, Donald Trump, en materia de seguridad e inversiones. La conferencia de prensa conjunta fue suspendida. Creo que finalmente Zelensky cedió a las presiones de Trump que el miércoles había sugerido que si el presidente ucraniano no se atiene a sus exigencias podría perder el país. Esperemos ver las consecuencias de estas negociaciones.
Los mandatarios europeos tienen que trabajar a marchas forzadas estrategias realistas, precisas y contundentes, ya que se avizora una ofensiva de Donald Trump para primero, con su estrategia de ataques a Zelensky, convencer a Putin de que está de su lado y forzar a un encuentro lo más pronto posible para firmar acuerdos bilaterales sobre Ucrania, mismos que podrían poner en riesgo la seguridad europea.
La próxima semana el presidente de Francia, Emmanuel Macron, viajará a Washington en donde sostendrá pláticas con Trump sobre el tema de Ucrania y las garantías de seguridad. Macron ya conoce a Trump, sabe que no espera un cambio radical en la posición sobre la paz a la cual el magnate ya le puso precio: la cesión de minerales de tierras raras a Estados Unidos como forma de pago por el apoyo financiero durante la administración de Joe Biden.