Política Global

México atraviesa por su peor momento: MMC; desarrollo nacional supeditado a capital privado; AL apostó a la inversión extranjera

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Juan Barrera Barrera        

Son tiempos de campañas electorales. El próximo primero de julio de decide el rumbo del país. De algún modo hemos sido observadores de las discusiones y propuestas de proyecto de nación de los diversos candidatos, especialmente entre los tres que atraen los reflectores de la opinión pública: Andrés Manuel López Obrador (puntero en las preferencias de los electores), Ricardo Anaya (segundo) y José Antonio Meade (muy atrás).

AMLO y la coalición que encabeza Juntos Haremos Historia (Morena, PT y Encuentro Social) dicen representar un cambio del sistema, desde abajo, cambio de régimen, no solo de partido, en su Proyecto Alternativo de Nación con base en cinco ejes temáticos, cuyas propuestas económicas para algunos críticos resultan verdaderamente irrealizables.

Anaya Cortés de la alianza Por México al Frente: PAN, PRD, Movimiento Ciudadano también dice representar el verdadero cambio pero con responsabilidad (el irresponsable lo abandera López Obrador, según el queretano) y al igual que su contrincante a vencer, su propuesta, dada a conocer el mes pasado, descansa en cinco ejes “para transformar a México”.

Y en el caso de José Antonio Meade de Todos por México (PRI, Verde y Nueva Alianza) igualmente se promueve como el candidato del cambio, pero que genera confianza. Así se definió la noche del martes en un encuentro  con seis periodistas en Milenio Televisión. Argumentó que si no hay confianza no hay inversión y por lo tanto no hay espacios de crecimiento. Pero también ha defendido las políticas de por lo menos estas dos últimas administraciones, por lo que se le considera el candidato de la continuidad.

México vive encrucijada más compleja de su historia

El viernes 27 de abril Mauricio de Maria y Campos, presidente del Centro Tepoztlán Víctor L. Urquidi, presentó el informe “México próspero, equitativo e incluyente. Construyendo futuros”, cuyo amplio documento de análisis y prospectiva, me parece deberían tomarlo muy en cuenta y en serio los candidatos a la presidencia de la República.

En su diagnóstico sobre la realidad nacional, De Maria y Campos precisa que México vive una de las encrucijadas más complejas de su historia contemporánea. La mayoría de la población sufre un deterioro en su calidad de vida y la expectativa de un futuro mejor se ve amenazada por el estancamiento y el desgaste de la economía, las instituciones, el bienestar social, la práctica de la política y el medio ambiente.

“La situación  apunta a la urgencia de transformaciones estructurales que rompan con esta trayectoria, y que encaminen al país en una senda de desarrollo sostenible e incluyente, que abata la pobreza y la desigualdad y traiga prosperidad a la población”, enfatiza el ex subsecretario de Fomento Industrial durante la administración de Miguel de la Madrid.

Cuestiona las políticas seguidas desde hace tres décadas, cuando  en México iniciaba el llamado cambio  estructural y del cual él fue protagonista y debido a “la gravedad de los problemas  y la baja efectividad de las soluciones”, propone un cambio de estrategia “que ataque los problemas de raíz, que impulse el crecimiento, el empleo y el bienestar social, así como la inversión, la creatividad y la innovación y ofrezca resultados palpables a la población en todas las regiones del país en el corto plazo; pero que también impulse soluciones duraderas y sostenibles en el mediano y largo plazos, que permitan recuperar la confianza, el orgullo y la identidad en la hora global”.

El Centro Tepoztlán es un espacio de análisis y discusión multidisciplinaria e independiente de los problemas nacionales desde hace cuatro décadas, y con el apoyo del Colegio de México y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, decidió emprender en 2016 el proyecto México próspero, equitativo e incluyente. Construyendo futuros,  que tiene como objetivo formular una propuesta para encarar los grandes desafíos de la nación, a partir del análisis de los problemas actuales con una perspectiva estratégica de mediano y largo plazo.

El desarrollo de México dominado por el capital foráneo

Mauricio de Maria y Campos hace énfasis en el desarrollo industrial y tecnológico  y afirma que México pudo desarrollar en los últimos 30 años, en el marco de una política de libre mercado muy abierta al exterior dominada por el TLCAN y otros tratados comerciales con la Unión Europea y Japón, algunos sectores industriales altamente exportadores.

Sin embargo, reconoce que este desarrollo ha estado caracterizado por el dominio del capital y la tecnología extranjeros y el reducido valor agregado nacional. “En contraste con lo sucedido en China, Corea del Sur, la India y otros países asiáticos, las empresas de capital nacional no han coinvertido en México con las extranjeras, ni han destacado por el desarrollo de sus propias tecnologías, o sus exportaciones (con excepción del sector minero). Algunas fueron adquiridas por grandes grupos de capital extranjero, como las cerveceras y productoras de bebidas”, cuestiona.

De Maria y Campos quien fue el primer mexicano en presidir un organismo internacional como la Organización de las Naciones Unidas  para el Desarrollo Industrial (ONUDI), rechaza los enfoques inviables del pasado que mostraron sus fallas y en cambio propone examinar las nuevas políticas visionarias, audaces, exitosas, consistentes con los retos de la nueva globalización industrial y de servicios conexos.

No hay economía exitosa basada en la IED

En su texto subraya que no hay economía ascendente y exitosa en el mundo que se base sólo en la inversión extranjera, como México y otros países latinoamericanos han pretendido hacerlo en las últimas décadas. “El rol de las empresas de capital nacional es estratégico para la seguridad y el avance tecnológico del país; pero tiene que ser de liderazgo en el desarrollo de productos, la innovación, la inversión y la comercialización en el contexto global. Singapur y Taiwán son muestra de que aun países pequeños pueden jugar un papel en el planeta, si cuentan con grandes empresas innovadoras de capital nacional, capaces de tomar riesgos globales”.

El ex embajador de México en la India considera indispensable incorporar en una nueva política de desarrollo industrialla dimensión sub-sectorial y la regional, para atender las demandas y oportunidades prioritarias del país en su conjunto, y de sectores en procesos de transición atendiendo a las perspectivas mundiales de cambio tecnológico.

“Es urgente restaurar los niveles de inversión pública en infraestructura de comunicaciones y transportes y algunas infraestructuras sociales, que a su vez estimulen la inversión privada. En el caso del sector energético, de refinerías y petroquímico, en donde se ha permitido y provocado el deterioro de PEMEX y la CFE, es urgente una revisión profunda de la estrategia a seguir a mediano y largo plazo, para rescatar lo que justifique mantenerse y modernizarse, a la luz de la reformas recientes, de la gran revolución energética y de la cuarta revolución industrial”.

Sin embargo, para llevar a cabo estas propuestas De Maria y Campos considera necesario que el Estado recupere su papel de promotor del desarrollo, y la de regulador en función del interés público y del consumidor.

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