Juan Barrera Barrera
Como se esperaba, el día de ayer el Tribunal Electoral de Puebla validó, por unanimidad, el triunfo de Martha Erika Alonso Hidalgo en la elección de gobernador del pasado 1 de julio. Los magistrados concluyeron que eran infundados y/o inoperantes los 37 agravios incluidos en los procesos de impugnación promovidos por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a través de los cuales trataron de anular los comicios.
De acuerdo con el proyecto aprobado por los magistrados del Tribunal del estado de Puebla, si bien hubo hechos violentos en 75 casillas instaladas ese primer domingo de julio, representan menos de uno por ciento (0.99) del total, por lo que rechazaron que haya sido una situación generalizada o que hayan afectado el proceso.
La decisión local del Tribunal poblano representa, momentáneamente un triunfo para el esposo de la beneficiada, Rafael Moreno Valle, y su grupo político, porque falta la decisión final del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) a donde el candidato perdedor, Miguel Barbosa Huerta, anunció que llevaría el caso, mismo que se estaría resolviendo a mediados de noviembre y su veredicto será inapelable.
Una dura prueba de fuego le espera al Tribunal federal, sin duda, si tomamos en cuenta que Puebla es uno de los estados políticamente más importantes en el ajedrez político nacional lo mismo que en lo económico. Hasta ahora el órgano judicial ha ratificado el triunfo de candidatos originariamente ganadores en otras elecciones y no han sido precisamente de Morena, como es el caso de la codiciada alcaldía de Coyoacán y la de Querétaro.
Por supuesto que Puebla se cuece aparte y a pesar del abultado expediente de las pruebas del manejo fraudulento del proceso electoral poblano, se espera que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tome una decisión más política que judicial.
Un dato que no hay que perder de vista. La esposa de César Yáñez (uno de los personajes más cercanos a Andrés Manuel López Obrador), Dulce María Silva, que enfrentaba un proceso legal en una cárcel poblana, fue dejada en libertad por el gobierno de Antonio Gali. La invitación al gobernador a la polémica y escandalosa, por lujosa, boda de Yáñez, a la que también asistió AMLO, pero no Barbosa, puede entenderse como un gesto de agradecimiento y de amistad hacia Gali y Moreno Valle, y eso en política tiene significados.
AMLO y su equipo no aterrizan
A menos de dos meses para que Andrés Manuel López Obrador asuma el poder, su equipo empieza a evidenciar rasgos de cansancio por las contradicciones y conflictos entre algunos de sus principales colaboradores cercanos y por algunos temas polémicos que serán estratégicos en el nuevo modelo de desarrollo en el gobierno del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Han sido casi tres meses intensos de curso propedéutico para el equipo del próximo gobierno. Tan solo el asunto de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México ha sido muy desgastante que el propio López Obrador se ha visto muy dubitativo: un día manda señales de que se inclinaría por Santa Lucía, y al otro por Texcoco.
Hay la percepción de que AMLO se metió en camisa de once varas con lo de la consulta popular sobre la ubicación de lo que será el nuevo aeropuerto. Pero sus críticos más agudos piensan que la consulta es solamente un distractor para “lavarse las manos” porque la decisión será finalmente Texcoco y el ganador Carlos Slim.
El tema es ya de hartazgo hasta para quienes le han dado seguimiento puntual. AMLO dice una cosa y sus colaboradores dicen otra. El presidente electo por fin dio fecha para la mentada consulta para que la gente decida, porque “el pueblo es sabio”, aunque no tenga conocimientos técnicos, la cual será del 25 al 28 de este mes. Pero no sabemos de la mecánica, ni la metodología de la encuesta.
De Mazo y Peña Nieto felices…
Mientras tanto, el próximo secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, dio nota y anunció ayer un plan para desahogar el tráfico aéreo del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM): la modernización y rehabilitación de las instalaciones aeroportuarias de la Ciudad de México y Toluca, con una inversión de 5 mil millones de pesos. Ya nos imaginamos la cara de alegría del gobernador, Alfredo del Mazo y la de Peña Nieto.
En el marco de una visita de López Obrador al estado de México en donde fue recibido por el mandatario estatal, Jiménez Espriú expuso: » Las alternativas de solución a largo plazo son dos y con una variante: continuar con el Nuevo Aeropuerto Internacional de México con la cancelación necesaria del AICM y de Santa Lucía como posible aeropuerto(…) Y la segunda opción de dos pistas en Santa Lucía hoy se transforma para el nuevo sistema aeroportuario con rehabilitación y modernización del ‘Benito Juárez’ y de Toluca. Es un paso necesario», aseguró.
El próximo funcionario siempre ha estado en contra de Texcoco para la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México, lo mismo el senador Alejandro Encinas. López Obrador en un principio también, después fue matizando su posición y ahora una decisión que debería de asumirla el nuevo gobierno la delega al pueblo, más no así el Tren Maya que tendrá un costo fenomenal, 150 mil millones de pesos, pero puede varias dependiendo de la situación económica.
López Obrador pronto se convertirá en el nuevo presidente de los mexicanos pero para eso tendrá que despojarse totalmente de su vestimenta de líder social y dejar las encuestas y consultas populares como método para la toma de decisiones, es decir, dejar las simulaciones y asumir su liderazgo que está muy cuestionado.
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