- La idea del ejército europeo
- La furia desatada de Donald Trump
- Choque entre patriotas y nacionalistas
Juan Barrera Barrera
Los festejos por el centenario del fin de la Primera Guerra Mundial, el fin de semana en París, también puso fin a la luna de miel entre los mandatarios, Emmanuel Macron, de Francia, y Donald Trump, de Estados Unidos y se enfrascaron en la guerra de las declaraciones y descalificaciones.
En un encuentro por la paz entre más de 70 jefes de Estado y de Gobierno afloraron las discrepancias entre el presidente estadounidense y los principales líderes comunitarios europeos. La propuesta de Macron de crear un ejército europeo autónomo de la OTAN fue compartida de inmediato por la canciller alemana, Ángela Merkel, pero no gustó nada al huésped de la Casa Blanca.
El presidente francés, previo a la ceremonia, había puesto en la mesa el tema de la seguridad: “No protegeremos a los europeos si no tenemos un verdadero ejército…
Debemos tener una Europa que pueda defenderse sola, sin depender solamente de Estados Unidos, y de manera más soberana”.
También se refirió a Rusia como una posible amenaza lo mismo que al ciberespacio. Pero si la retirada de Estados Unidos de un tratado nuclear de los años ochenta, importante para poner fin a la Guerra Fría, era una posibilidad, ahora, con los desencuentros con sus aliados europeos es mucho más real.
Donald Trump enfurece y ahonda la crisis aliada
El 11 de noviembre era el escenario propicio para recordar el triunfo de los aliados sobre Alemania en la Gran Guerra, pero los tiempos ya no son los de hace cien años aunque los riesgos no dejan de ser similares. Las naciones que antes eran enemigas (Francia y Alemania) ahora son las máximas aliadas de la nueva Europa y el enemigo a la vista: Donald Trump.
El mandatario estadounidense en su furiosa retórica contestataria respondió a su homólogo francés a través del Twitter: “Macron acaba de sugerir que Europa cree su propio ejército para protegerse de EEUU, China y Rusia” y agregó “¡Muy insultante, pero quizás Europa debería antes pagar su parte a la OTAN que Estados Unidos subvenciona ampliamente”.
Fue un encuentro frío entre Macron y Trump, atrás quedaron aquellos momentos de besos y abrazos de sus primeros encuentros en Washington. La idea de un ejército europeo caló en el ego trumpista que hasta el neoyorquino intentó sin éxito meter cizaña entre los nuevos aliados al recordar que Alemania ha sido el enemigo histórico de Francia que provocó dos guerras devastadoras, y le reclamó al anfitrión el apoyo de la potencia en esos eventos bélicos.
En un clima gélido, pero caliente en lo diplomático, la canciller alemana Ángela Merkel exhibió sin tapujos, ante el Parlamento Europeo, su apoyó a su aliado francés y a su propuesta de crear un ejército europeo que “demostrará al mundo que una guerra entre países europeos nunca más será posible”.
Choque de ideologías
¿Rompimiento entre viejos aliados? Así parece. Las ideologías se han intercambiado. Los multilateralitas y patriotismos enfrentados con los unilateralismos y nacionalismos aislacionistas: “El patriotismo es el exacto contrario al nacionalismo. El nacionalismo es su traición”, sostuvo Macron. Merkel en su discurso inaugural en París, en esa sintonía, dijo que “Si el aislamiento no fue la solución hace cien años ¿cómo puede serlo hoy en un mundo interconectado?” y advirtió de los peligros que entraña “un nacionalismo miope”.
Trump, que se desató como gatillero al estilo del viejo oeste, defendió su nacionalismo con base en su tesis de América Primero de los cuestionamientos de los líderes de las potencias enemigas en 1914-1918 y reviró a Emmanuel Macron que no hay un país más nacionalista que Francia y escribió en mayúsculas “¡HGAMAOS A FRANCIA GRANDE DE NUEVO!”.
Hace cien años se firmó el armisticio que puso fin a la Primera Guerra Mundial. El sábado, en ese mismo lugar, en el bosque de Compiégne, Francia y Alemania reafirmaron su amistad, en los momentos en que la ola nacionalista extrema europea y estadounidense amenaza a las democracias globales.
Que la alianza franco-alemana sea perdurable, y que la conmemoración del centenario del fin de la Primera Guerrea Mundial sea también un serio recordatorio de las razones del fracaso de la paz de 1918 porque las naciones no fueron capaces de formar instituciones internacionales suficientemente fuertes para mantener la paz y la estabilidad mundiales: los resultados todos lo sabemos; el ascenso del nazismo.
¿Donald Trump es ahora la cara del nuevo fascismo? Sin duda. La tarea es cómo enfrentarlo.