Ciudad de México.- El Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP) calificó de preocupante el histórico subejercicio que registra el gasto público, ya que afectará al crecimiento de la economía, la cual es probable que esté “al borde de la recesión”.
El presidente de la Comisión de Revista del IMCP, Moisés Alcalde Virgen, dijo que el gasto público registra un subejercicio por más de 120 mil millones de pesos en el primer semestre del año, el mayor en lo que va del Siglo XXI.
“Nuestra preocupación es que esta evolución del gasto hacia el segundo semestre permanezca similar, con un subejercicio importante; esto podría llevar a no tener el crecimiento en el PIB, en el desarrollo económico del país”.
Esto, porque el gobierno es el principal agente económico del país, ya que gasta en muchos rubros, y la calidad y eficiencia en el ejercicio de los recursos públicos impacta directamente en el crecimiento, subrayó en la conferencia de prensa mensual del organismo.
El presidente de la Comisión de Análisis Económico del IMCP, Ernesto O’Farril Santoscoy, comentó que al fuerte recorte aplicado al presupuesto de 2019 se suma ahora este subejercicio, lo que se traduce en una menor demanda de bienes y servicios.
En su opinión, no hay razón de ser del “sacrificio social de la austeridad franciscana” del gobierno federal, pues si se excede en la contracción del gasto, inducirá a que haya más desaceleración económica en un entorno en el que ya hay un clima de desconfianza y se enfrentan choques externos.
Además, hay varios factores que están incidiendo en que la inversión en México caiga, en 6.0 por ciento anual menos en marzo pasado, y “si no hay inversión, difícilmente va a haber más crecimiento; es probable que estemos, con toda esta circunstancia, al borde de una recesión”.
A su vez, Alcalde Virgen recordó que tras su anuncio al inicio de esta administración, el IMCP consideró que la centralización de las adquisiciones del gobierno en Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda, como la compra de medicamentos, era una iniciativa trascendente e importante, porque permitiría tener ahorros y disminución en actos de corrupción.
No obstante, dijo, seis meses después ha visto que dichas adquisiciones han caído en un subejercicio, pues no han tenido la evolución, el dinamismo ni la velocidad en el ejercicio del gasto permitiría generar un encadenamiento que diera mayor crecimiento.
Opinó que es “efectiva” la idea de concentrar las compras gubernamentales en la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda, pero requiere de una restructuración importante en materia normativa, de funciones y de personal, ya que realiza miles de procesos de adquisición del gobierno.
“La Secretaría (de Hacienda) debió haber pasado por un proceso de reestructura interno que le ha costado mucho trabajo por los recortes; es decir, menor número y cantidad de funcionarios, con menores sueldos, implica una especie de estresar la administración, mucho más trabajo con menor personal, y lo que hoy estamos viendo es ese resultado”.
A mayo de este año, el subejercicio del gasto del sector central y paraestatal es por más de 120 mil millones de pesos, y precisó que en materia de inversión pública, el gasto destinado a infraestructura carretera no se ha ejercido pues no ha licitaciones, precisó.
Tampoco se ha ejercido el gasto destinado a las grandes obras propuestas por el gobierno, como el Aeropuerto de Santa Lucía, el cual se encuentra detenido por una orden judicial o el Tren Maya, no cuenta con estudios, por lo cual no existe un ejercicio del gasto y “este subejercicio es el mayor del Siglo XXI”.
Por su parte, O’Farril Santoscoy informó que el Índice Mexicano de Confianza Económica (IMCE) de mayo de 2019 se enfrió por segunda ocasión consecutiva, aunque a un menor ritmo, alcanzando el segundo nivel mínimo en 26 meses, solamente por detrás del mes previo, al caer en mayo de 2019 en 1.37 por ciento a 68.32 puntos desde los 69.27 puntos de abril.
Esto en parte se debe a que el gobierno federal se maneja con una “falsa premisa” porque piensa que en la administración del gasto se puede hacer lo que sea, siempre y cuando se logre un superávit primario y que ello será suficiente para mantener la estabilidad macroeconómica.
No obstante, apuntó, el esfuerzo de “austeridad franciscana” se está derrochando en pagar por un aeropuerto que no se va a usar, como el de Texcoco, o en proyectos cuyas características son cuestionables en cuanto a su racionalidad económica o viabilidad ambiental o técnica.
Ante el entorno interno y externo actual, consideró probable «que estemos al borde de una recesión”, para lo cual se necesitan dos trimestres consecutivos con caídas en la actividad económica, y ya bajó 0.2 por ciento entre enero y marzo, y si se contrae en el periodo marzo-junio, estaría en “recesión técnica”.