Ciudad de México.- Scotiabank ajustó su proyección de crecimiento para la economía mexicana en 2020, al estimar una caída del PIB de 8.4 por ciento, desde -5.77 por ciento calculado apenas el 20 de marzo, debido al entorno cada vez más adverso en distintos indicadores.
Asimismo, el banco prevé una pérdida de 919 mil empleos formales en el año, aumentando también la tasa de desempleo a poco más de 6%.
Los economistas de la institución explican que en los sectores más afectados destacan la construcción, estrechamente relacionado con la inversión y, por lo mismo, con las expectativas de crecimiento; en el de sector servicios también se esperan fuertes impactos en renglones como comercio, restaurantes y hoteles; y desde luego en transporte.
Entre los ramos menos afectados podrían estar el agropecuario, que no detiene su actividad en la misma medida que otros sectores, y posiblemente el financiero, ya que muchas de las operaciones se pueden conducir de forma electrónica, siempre y cuando el deterioro de la cartera vencida no se dispare de forma incontrolable, añaden.
Estiman que el sector de hoteles y moteles caerá 13.2 por ciento en el año, el de transportes disminuirá 9.7 por ciento y los servicios financieros descenderán 3.9 por ciento, entre otros.
Los expertos argumentan que modificaron su proyección apenas unos días después de sus estimaciones previas, al considerar la falta de una respuesta
de política efectiva para atender la emergencia sanitaria, así como el planteamiento de una política fiscal insuficiente.
Un elemento que acentúa la debilidad de las perspectivas estriba en que “se mantiene a ultranza proyectos de dudosa rentabilidad social y viabilidad
financiera, cuando van a faltar recursos para apoyar a las empresas pequeñas y medianas para proteger el empleo”.
«En lugar de un plan articulado para la reactivación de la economía que se esperaba por parte del gobierno federal, se presentaron una colección de medidas pobremente articuladas y escasamente enfocadas al problema, con objetivos que parecen fuera de la realidad, como el de crear dos millones de empleos sin una estrategia clara y convincente», advierten.
«Especial atención genera la insistencia en mantener los llamados proyectos prioritarios, como la Refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Santa Lucía,
y el Tren Maya; todos fuertemente cuestionados en su rentabilidad social y en su viabilidad financiera, y que se interpretan como un despilfarro de recursos cuando se requiere destinar muchos recursos al sector salud y a evitar una mortandad exagerada de empresas, con su consecuente destrucción de empleo», resaltan.
«Lo anterior, conlleva el riesgo de un daño más profundo y duradero en el aparato productivo del país», enfatizan. Con información de Notimex.